Los hispanistas
Por cada espa?ol que publica algo, existe una docena de hispanistas dedicados full time a hurgar en el estilo, despiezar las estructuras elementales de la obra o buscarle influencias ocultas a la originalidad literaria. Si tenemos en cuenta el desmesurado n¨²mero de escritores espa?oles registrados en los ¨ªndices de los vol¨²menes del ISBN, obtendremos, por multiplicaci¨®n, una muy seria cifra de hispanistas en activo.Hasta ahora, el hispanista era un ser ex¨®tico, d¨®cil, sin conciencia de clase, rodeado de fichas, sumergido en la bibliograf¨ªa exhaustiva y que cada a?o sab¨¢tico se daba una vuelta por Espa?a para conocer de cerca al sujeto que era objeto de sus desvelos, eruditos y metodol¨®gicos. Tambi¨¦n los hispanistas eran un hecho visual: tan pulcros, educados, emp¨ªricos, concienzudos en su trabajo, rubios y de entusiasta mirada verdosa.
Citaba el autor a su investigadora de cabecera a las siete de la tarde, y cuando ¨¦l aparec¨ªa en el caf¨¦ con la rigurosa media hora de retraso, sin esbozar la m¨¢s m¨ªnima justificaci¨®n, quedaba la hispanista sumida en el total desconcierto. Recorr¨ªa despu¨¦s las bibliotecas universitarias en busca de preciosos datos in¨¦ditos y ni siquiera encontraba rastro de sus tesis y tesinas sobre Berkeley. Preguntaba al creador por el significado de tal met¨¢fora decisiva y le respond¨ªa el tipo con una vil metonimia oblicua. Interrogaba en semi¨®tica conversa, pero le respond¨ªan en realismo grosero.
Los hispanistas empiezan a rebelarse. Hartos de tanta informalidad, escandalizados por la falta de rigor y puntualidad de sus amados ind¨ªgenas literarios, han planteado valientemente sus justas quejas laborales en un congreso reciente en Madrid.
Habr¨¢ que atender inmediatamente las reivindicaciones de los hispanistas, incluso con prioridad sobre las protestas del colectivo siderometal¨²rgico. Una huelga salvaje en el sector hispanista puede tener repercusiones de suma gravedad para la imagen exterior del pa¨ªs. La cultura de un pueblo, en las postrimer¨ªas del siglo, no se mide por la calidad de sus creaciones, sino por el n¨²mero de tesis y tesinas que esa cultura es capaz de producir. Lo ¨²nico que nos faltaba ahora era un descenso en el n¨²mero de hispanistas per c¨¢pita.
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