El Pleno del Congreso aprueba, con la sala semivac¨ªa, el proyecto de Presupuestos de 1984.

Con el hemiciclo semivac¨ªo y ning¨²n miembro del Gobierno presente en la C¨¢mara, el Pleno del Congreso aprob¨® ayer el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 1984, que suman m¨¢s de cinco billones de pesetas. La votaci¨®n no reflej¨® exactamente las ausencias que se registraban en ese momento, porque los diputados acostumbran dejar la Nave de votar puesta antes de marcharse, o encargan a alg¨²n compa?ero que la accione en su lugar. As¨ª, el tablero electr¨®nico contabiliz¨® 250 diputados presentes -96 de ellos con voto en contra-, cuando en realidad sumaban un centenar escaso.

Esa misma actitud relajada que se pod¨ªa observar en el hemiciclo, fruto quiz¨¢ de las casi dos semanas de agotadoras sesiones dedicadas a los Presupuestos, se reflej¨® en el tono final del debate.El portavoz del Grupo Popular, Pedro Schwartz, explic¨® que hab¨ªan votado no al art¨ªculo primero del proyecto de ley, el que sintetiza en cifras todo el resto del articulado, "porque son unos presupuestos que nos parecen insatisfactorios". Seguidamente, se dedic¨® a establecer paralelismos entre lo que el Gabinete de Felipe Gonz¨¢lez hab¨ªa presentado y lo que ellos har¨¢n si llegan al Gobierno.

Schwartz afirm¨® que estos presupuesto Ilevar¨¢ a un numerito de los tipos de inter¨¦s, ya muy crecidos, porque no consigue reducir el d¨¦ficit. Nosotros fomentar¨ªamos y premiar¨ªamos el ahorro. Aumentar¨¢ el paro porque este presupuesto castiga el ahorro y la inversi¨®n. El Gobierno de las 800.000 promesas intentar¨¢ vendernos como un triunfo cualquier peque?a reducci¨®n. en el paro que est¨¢n contribuyendo a crear por la desconfianza que inspiran. Nosotros s¨ª sabremos crear confianza".

En s¨ªntesis, Pedro Schwartz continu¨® destacando lo que, a su juic,io, son errores que comete el Gobierno, haciendo especial hincapi¨¦ en que castigan- a los funcionarios y se expolian los ahorros de innumerables pensionistas, y contrapuso que ellos sabr¨¢n hacerlo mejor. Como si de un mitin de campa?a electoral se tratara, las ¨²ltimas palabras; del portavoz del Grupo Popular fueron: "El votante sabr¨¢ en el futuro elegir lo mejor". Un silencio desganado acogi¨® un discurso q'ue en otras circuns.tancias habr¨ªa arrancado los aplausos de sus propios compa?eros de grupo, ya que significaba echar el resto en una cuesti¨®n de importancia tan trascendental para la vida del pa¨ªs como son los Presupuestos Generales del Estado.

Le contest¨® el socialista Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n, que, con palabras encendidas, lanz¨® una serie de dur¨ªsimas acusaciones, entre las que cabe destacar aquella en la que dijo: "Ustedes, la derecha, han tenido siempre miedo a la libertad. Ahora le tienen un miedo atroz a la suma; por eso han presentado un proyecto de presupuestos alternativo malo, irreal y doctrinario, sin un solo dato concreto ni ninguna f¨®rmula de aplicaci¨®n real".

En este punto, los diputados, tal vez contagiados por la espectacular oratoria que emple¨® Marug¨¢n en su discurso, se dedicaron a aplaudir, pero no s¨®lo los de la izquierda, sino tambi¨¦n los propios parlamentarios del Grupo Popular, tan duramente atacados. En cualquier caso, los aplausos de estos ¨²ltimos iban acompa?ados de amplias risotadas y gestos de llevarse la mano a la mejilla, palme¨¢ndola.