La OTAN carece de directrices pol¨ªticas para la utilizaci¨®n de las nuevas armas nucleares
"Nada es m¨¢s dif¨ªcil, y por lo tanto m¨¢s precioso, que el ser capaz de decidir". La m¨¢xima de Napole¨®n Bonaparte vuelve a cobrar valor ante la llegada de los euromisiles norteamericanos a Europa y la confusi¨®n que significa el proceso de la toma de una eventual decisi¨®n de la OTAN de utilizar armas nucleares.
Los pa¨ªses de la OTAN no han logrado nunca ponerse realmente de acuerdo sobre unas l¨ªneas maestras pol¨ªticas para el uso de las armas nucleares, m¨¢s all¨¢ de que un primer disparo de advertencia con estas armas no lograr¨¢ convencer al adversario de que interrumpa las hostilidades. Adem¨¢s, la consulta de EE UU a los aliados se llevar¨ªa a cabo si "el tiempo y las circunstancias lo permiten", como rezan parte de los llamados Principios de Atenas, que acord¨® la OTAN en 1962. El ya viejo problema de la llamada doble llave se plante¨® en los a?os cincuenta con la llegada de los misiles Thor y J¨²piter a Europa. Las cabezas nucleares quedaban en manos estadounidenses, y los misiles en s¨ª, en las de los europeos. El coste econ¨®mico se repart¨ªa a medias.
Acuerdos especiales
Cuando se debati¨® en la OTAN la cuesti¨®n de los euromisiles, antes de la doble decisi¨®n de diciembre de 1979, EE UU ofreci¨® este sistema a los europeos. Pero los aliados implicados tendr¨ªan que pagar un mill¨®n de d¨®lares (155 millones de pesetas) por cada misil, m¨¢s el coste de mantenimiento. Fue rechazado por este motivo y porque el entonces canciller alem¨¢n, Helmut Schmidt, se neg¨® a que la Rep¨²blica Federal de Alemania tuviera un dedo sobre el bot¨®n de los Pershing 2 y de los misiles de crucero, para evitar provocar a Mosc¨², aunque esto ocurre de hecho con los Pershing 1. Adem¨¢s, los europeos insistieron en ?que estos euromisiles ten¨ªan que ser claramente norteamericanos, destinados a reforzar el eslab¨®n dudoso de la disuasi¨®n nuclear norteamericana en Europa.
Los Principios de Atenas estipulan que habr¨¢ consultas entre EE UU y el Gobierno donde est¨¢n emplazadas las armas nucleares en cuesti¨®n "si el tiempo y las circunstancias lo permiten". ?se es el problema. Puede no haber tiempo, con lo cual se echar¨ªa mano de los planes nucleares ya existentes en la OTAN, eso s¨ª, elaborados en colaboraci¨®n con los aliados. Otros pa¨ªses, como el Reino Unido, tienen acuerdos especiales con EE UU. Londres ha sugerido que la doble llave existe de hecho para los nuevos misiles de crucero, pues para su disparo han de ser desplegados fuera de las bases, por lo que los pa¨ªses donde se encuentran pueden ejercer cierto control sobre su desplazamiento.
La doctrina oficial de la OTAN est¨¢ recogida en el llamado documento MC/14, de 1968, que cubre la disuasi¨®n nuclear, la defensa adelantada y la respuesta flexible, principios repetidamente reafirmados y que engloban la triple funci¨®n de la defensa directa, la escalada deliberada y la respuesta nuclear general. El uso de las armas nucleares est¨¢ definido en los citados Principios de Atenas, las l¨ªneas maestras sobre la consulta de 1969, las del uso t¨¢ctico de 1970 y otros documentos no p¨²blicos.
Por este sistema, para las armas t¨¢cticas desplegadas mediante el sistema de cooperaci¨®n, el presidente de EE UU, a petici¨®n del Saceur (comandante supremo aliado para Europa, en estos momentos el general Bernard Rogers), ha de decidir liberar las cabezas nucleares por paquetes, que quedar¨ªan bajo la autoridad del comandante del cuerpo de ejercito. No se prev¨¦ delegar por debajo del nivel de mando de una divisi¨®n. Los paquetes, seg¨²n diversas fuentes, se componen de entre 100 y 200 cabezas nucleares. Naturalmente, en el caso de los euromisiles, ¨¦stos est¨¢n en la cadena de mandos del Ej¨¦rcito norteamericano en Europa, cuyo jefe supremo es tambi¨¦n el Saceur.
Disparo de advertencia
El uso demostrativo entr¨® en la doctrina de la OTAN en 1968. Fue reafirmado en 1981. El Grupo de Planes Nucleares estim¨® en 1969 que este disparo inicial de advertencia tendr¨ªa una carga nuclear de baja potencia y que el sistema enemigo de mando, control y comunicaciones ser¨ªa evitado deliberadamente para permitir que el enemigo pudiera controlar sus propias fuerzas.
Sin embargo, a pesar de todo, fuentes especializadas en la OTAN piensan que para detener una invasi¨®n se utilizar¨ªan casi todas las armas nucleares t¨¢cticas disponibles a la vez.
En cuanto a los Pershing 2, en febrero de 1979, antes de la doble decisi¨®n de la OTAN, el entonces subsecretario de Estado norteamericano para el Ej¨¦rcito, Clifford Alexander, testific¨® que entre los objetivos potenciales se enocontraban "instalaciones de misiles protegidas o no, pistas de aterrizaje, bases navales, dep¨®sitos de armas qu¨ªmicas y biol¨®gicas, centros de control y mando, cuarteles generales" y otros puntos. Alexander afirm¨® tambien que "el Pershing 2 es especialmente eficaz contra objetivos protegidos y objetivos subterr¨¢neos por su gran precisi¨®n y la capacidad ¨²nica de que dispone su cabeza para penetrar en tierra. Hasta ahora, esta funci¨®n s¨®lo pod¨ªan ejercerla los Minuteman y los pr¨®ximos MX, misiles, intercontinentales norteamericanos que tienen otras prioridades y cuyo uso implicar¨ªa (firectamente al territorio de EE, UU.
Los planes operativos -ya no con criterios pol¨ªticos, sino militares- para el uso de armas nucleares son formulados por la rama de actividades nucleares del SHAPE (Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa), en estrecha conjunci¨®n con EE UU.
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