La multitudinaria concentraci¨®n en Montevideo evidencia el creciente aislamiento del r¨¦gimen militar uruguayo
La masiva movilizaci¨®n dominical de los uruguayos contra el r¨¦gimen militar que impera en el pa¨ªs desde el golpe de Estado de 1973 ha puesto abiertamente de manifiesto el aislamiento en que se encuentra la dictadura. Las 400.000 personas, en un pa¨ªs de tres millones de habitantes, concentradas en el centro de Montevideo constituyeron la mayor manifestaci¨®n vivida en la historia de Uruguay. Actos similares se realizaron en las principales ciudades del pa¨ªs.
Los ecos de la masiva respuesta de la poblaci¨®n al llamamiento de los tres partidos autorizados -el Blanco (centro-izquierda), el Colorado (liberal) y Uni¨®n C¨ªvica (democristiano)- resonaban ayer en todas las esferas pol¨ªticas y sociales del pa¨ªs, donde se coincid¨ªa en considerar la concentraci¨®n como una derrota personal para el general Gregorio (Goyo) ?lvarez.Alberto Candeau, el actor m¨¢s popular de Uruguay, ley¨® el domingo durante 40 minutos ante los reunidos un manifiesto elaborado por los convocantes y estableci¨® una analog¨ªa entre el mitol¨®gico Prometeo, prototipo de la rebeli¨®n contra la injusticia, y los uruguayos. "Prometeo fue grande porque supo decir no a los dioses. Los uruguayos lo son porque supieron decir no a los dioses con pies de barro", referencia, comprendida por todos los manifestantes, al rechazo del refer¨¦ndum de 1980, con el que los militares "pretendieron legitimar la usurpaci¨®n de nuestros derechos sagrados en un proyecto de constituci¨®n que desconoc¨ªa toda la tradici¨®n democr¨¢tica y republicana de la patria".
R¨¦gimen agotado y agostado
Los partidos, a trav¨¦s de Candeau, afirmaron que "el Gobierno de facto al que la Rep¨²blica fue sometida hace m¨¢s de lo a?os se halla hoy agotado y agostado. No responde a ning¨²n sector de la ciudadan¨ªa y constituye un elemento artificial, incrustado por la fuerza en la vida colectiva".En la proclama tambi¨¦n se pidi¨® la libertad de actuaci¨®n para, todos los partidos pol¨ªticos de cara a las previstas elecciones de finales de 1984, "porque la democracia no se concibe sin un pluralismo total".
Tras el acto -que se desarroll¨® sin incidentes, s¨®lo custodiado por la polic¨ªa de tr¨¢fico, y en el que menudearon los gritos contra el r¨¦gimen y consignas tales como la popular de "Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar"-, la multitud se dispers¨® mientras unas 10.000 personas se encaminaban desde el obelisco a los Constituyentes de 1830 hasta la plaza de la Independencia, donde se encuentra la Casa de Gobierno. En los tres kil¨®metros que separan ambos puntos la marcha fue engrosando y lleg¨®, en medio de duros estribillos e insultos contra el presidente ?lvarez, a los pies del monumento al h¨¦roe nacional Jos¨¦ Artigas, situado frente al palacio presidencial, donde se enarbolaron durante dos largas horas pancartas exigiendo la amnist¨ªa y la libertad para los presos pol¨ªticos.
Las tribulaciones de ?lvarez
La decisi¨®n irrevocable de recuperar la democracia mostrada por los uruguayos ha supuesto un nuevo contratiempo por el teniente general Goyo ?lvarez, cuya insistente negativa a abrir v¨ªas hacia la normalizaci¨®n no cuenta con el apoyo un¨¢nime de sus conmilitones. ?lvarez, que ambiciona la creaci¨®n de un partido oficial hecho a su medida para las elecciones que han de celebrarse en noviembre del a?o pr¨®ximo, ha sido t¨¢citamente desautorizado por buen n¨²mero de jefes militares que, de una manera oficiosa, reanudaron hace varias semanas, a veces en privado, el di¨¢logo con los partidos pol¨ªticos. Esta escisi¨®n entre duros, partidarios de ?lvarez, y profesionales, inclinados a la apertura, es la consecuencia del profundo descontento que la poblaci¨®n manifiesta regularmente desde hace varios meses por medio de huelgas de corta duraci¨®n y cacerolazos como los de Santiago de Chile, movimientos de protesta que han provocado decenas de heridos y numerosas detenciones. El descontento social se ha visto incrementado recientemente por la confirmaci¨®n de una tasa de desempleo del 15% y una inflaci¨®n del 45%.El objetivo de los partidos pol¨ªticos, que han encontrado un poderoso aliado en la otra orilla del r¨ªo de la Plata en la persona del futuro presidente argentino, Ra¨²l Alfons¨ªn, es conseguir ciertas garant¨ªas de una vuelta sin trampa a la vida constitucional antes de los ascensos y nombramientos que, en febrero, van a permitir al general ?lvarez apartar de puestos clave a algunos militares que no le son de total confianza. Los partidos tambi¨¦n reclaman la puesta en libertad de todos los presos pol¨ªticos -unos 1.000, entre los que destaca el general L¨ªber Seregni, que fuera candidato presidencial por el Frente Amplio-, la vuelta de los, exiliados -el m¨¢s representativo de los cuales es Wilson Ferreira Aldunate, l¨ªder del partidoi Blanco- y el restablecimiento de las libertades de expresi¨®n y Prensa.
Despu¨¦s de la unidad popular puesta de manifiesto el domingo, el desacuerdo existente entre los militares, la agudizaci¨®n de la crisis econ¨®mica y la ayuda que la oposici¨®n puede esperar de Argentina, el r¨¦gimen militar no puede por m¨¢s que acabar cediendo a las aspiraciones de los urguayos ' seg¨²n estimaci¨®n un¨¢nime en Montevideo.
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