La cosecha de muerte de los pajareros furtivos
13 millones de pajaritos se matan en Ja¨¦n, en seis meses, para solaz de gastr¨®nomos y perjuicio de agricultores
El trabajo de pajarero no es nada f¨¢cil; al contrario, se considera un oficio duro. Hay que levantarse mucho antes de que despunte el d¨ªa y enfrentarse al riguroso invierno de la sierra jiennense; cargar con el peso de muchos cepos, a oscuras, y arrastrarlos, andando cuesta arriba por unas tierras heladas y poco transitables. Despu¨¦s de encontrar el lugar estrat¨¦gico y colocar las hormigas de alas en los cepos, comienza una larga espera. Si ha habido suerte y caen m¨¢s zorzales que p¨¢jaros peque?os, las ganancias del d¨ªa girar¨¢n en torno a las 6.000 pesetas.Los pajareros de a diario, los que van al monte a cazar zorzales como el que ficha en la f¨¢brica de pat¨¦ de alouette, no quieren ni o¨ªr hablar de los otros pajareros, los que una vez finalizada su semana laboral se van los s¨¢bados o los domingos con el land rover cargado de cepos para conseguir una paga extra. ?stos son m¨¢s numerosos que aqu¨¦llos. Casi todos carecen del temor de encontrarse un guarda porque generalmente ignoran que est¨¢n realizando un trabajo ilegal.
Los insect¨ªvoros est¨¢n protegidos en Espa?a desde 1902, mucho antes que cualquier otra especie. Desde entonces se han ido sucediendo las leyes, hasta un decreto de 1980 que reafirma la protecci¨®n, con nombres y apellidos, de todas las aves insect¨ªvoras. Espa?a ha suscrito, adem¨¢s, los tratados internacionales que van en este sentido.
La entrada en el mercado legal va de la mano del recovero, quien paga al cazador de p¨¢jaros alrededor de 60 pesetas por cada zorzal y mucho menos por los pajarillos peque?os. El recovero es el encargado de llevarlos al veterinario y despu¨¦s a los lugares donde hay c¨¢maras frigor¨ªficas, desde donde son lanzados al mercado.
Los mejores ejemplares de zorzales ser¨¢n exportados a Francia y a otros pa¨ªses de Europa. En Francia se elabora, con p¨¢jaros cazados en el sur de Espa?a, el cotizado pat¨¦ de alouette.
Los ejemplares peque?os tienen una distribuci¨®n m¨¢s de andar por casa. Del intermediario al bar, donde la unidad cuesta alrededor de las 30 pesetas. Ja¨¦n y C¨®rdoba son las provincias m¨¢s consumidoras y m¨¢s cazadoras, aunque tanto en Madrid como en Barcelona existe una gran demanda. De los 13 millones de capturas anuales, unos 8 millones son de ejemplares peque?os. Aunque hay que advertir que, por lo irregular de la situaci¨®n, las cifras que se barajan no son oficiales, son las que manejan como m¨¢s fiables los grupos ecologistas de la provincia de Ja¨¦n; sin embargo, contrastadas con las que facilitan otros grupos ecologistas europeos, cabe pensar que los de aqu¨ª se han quedado cortos.
Ausencia de control sanitario
Otro aspecto a destacar es el "casi inexistente" control sanitario, seg¨²n afirma Joaqu¨ªn Mu?oz Cobos, profesor de Zoolog¨ªa del Colegio Universitario de Ja¨¦n y reconocido especialista en aves insect¨ªvoras: "Un d¨ªa nos encontraremos con un tinglado como el de la colza".
Los intermediarios llevan "s¨®lo los zorzales" al veterinario, pero dif¨ªcilmente ¨¦ste analiza individuo por individuo, como ser¨ªa lo preceptivo. "Gracias a que se fr¨ªen mucho se han evitado las intoxicaciones", asegura Joaqu¨ªn Mu?oz, "al eliminar la gran cantidad de par¨¢sitos que tienen algunas especies; pero alg¨²n d¨ªa nos podemos encontrar con un par¨¢sito desconocido que nos d¨¦ un buen susto".
No menos nocivo para la salud es considerado el vertiginoso aumento de insecticidas, ya que el hombre, adelant¨¢ndose a las inevitables plagas de insectos por las masivas matanzas de p¨¢jaros, ha echado mano de los productos qu¨ªmicos, "que a la vez que son un tremendo derroche de dinero han ido ocasionando, entre otras cosas, un alarmante grado de contaminaci¨®n de las aguas", asegura Joaqu¨ªn G¨®mez Mena, coordinador del taller de ecolog¨ªa Amigos de la Tierra, de Linares.
Tanto Joaqu¨ªn Mu?oz como Joaqu¨ªn G¨®mez Mena coinciden en afirmar que el problema notiene una r¨¢pida soluci¨®n, "porque aqu¨ª se ve tan naturtal una tapa de pajaritos fritos como una de ensaladilla y porque nos consta que muchos alcaldes est¨¢n en contra de las leyes que protegen a los insect¨ªvoros, porque la situaci¨®n de paro es tal que es un alivio que la gente se dedique a coger p¨¢jaros; lo que ocurre es que junto a esa gente que realmente lo necesita surge la t¨ªpica picaresca".
"Fundamentalmente, pensamos, es un problema de cultura, y los ministerios competentes tendr¨ªan que llegar a un acuerdo para que desde las escuelas se empiece a concienciar a la gente de lo perjudiciales que son las cacer¨ªas indiscriminadas de p¨¢jaros y se d¨¦ a conocer la existencia de las leyes que los protegen".
El petirrojo, por ejemplo, cae en los cepos de octubre en una proporci¨®n del 76%; en febrero, s¨®lo el 8% de las capturas son de esta especie.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.