Bajas extendidas y cierta desconfianza
Los mercados de valores espa?oles han continuado manteniendo una pertinaz tendencia a la baja, que no ten¨ªa una justificaci¨®n espec¨ªfica, aparte de las posibilidades de endurecimiento, ya comentadas en cr¨®nicas anteriores, de los mercados monetarios y de las crecientes demandas de financiaci¨®n por parte tanto del sector p¨²blico como del privado. Ahora bien, las mismas razones de fondo Ion las que sustentan ese 20% amplio de plusval¨ªa que refleja el ¨ªndice general del mercado en el presente a?o. La ausencia de ¨®rdenes de compra que el elemento determinante de este peculiar comportamiento. Pr¨¢cticamente no existieron valores que, merecieran la atenci¨®n de los inversores, como no fuera para materializar las ¨²ltimas diferencias positivas acumuladas.El grupo bancario fue, quiz¨¢, el m¨¢s claro exponente del fen¨®meno que ha dado en llamarse los gozos y las sombras, parafraseando el t¨ªtulo de la obra m¨¢s popular de Gonzalo Torrente Ballester. Se pretendi¨®, y posiblemente se continuar¨¢ intenta do, que los precios de las acciones bancarias experimenten unas plusval¨ªas m¨¢s menos acepta bles antes de fin de a?o. Pero a la vez se procura evitar con la m¨¢xima exquisitez un posible fulgor excesivo de estos t¨ªtulos, en unos momentos coma los actuales, en los que indefectiblemente se centrar¨ªa sobre ellos la atenci¨®n de los err¨¢ticos operadores a corto plazo, y tendr¨ªan que sufrir los efectos de la m¨¢s burda de las es peculaciones.
Pero tampoco las compa?¨ªas el¨¦ctricas fuero capaces de hacer frente al mal ambiente gen¨¦rico del mercado. Sus precios se vieron deslizados por la pendiente negativa generica, y no hubo forma de conseguir reconducir la situaci¨®n, a pesar de que se esgrimi¨® hasta la saciedad el hecho de que los dividendos a cuenta de una buena parte de estas compa?¨ªas ser¨¢n satisfechos antes de que finalice el presente ejercicio.
El caso concreto de El ?guila posiblemente merece un tratamiento especial. Es conocido que el ¨¢nimo de los inversores es f¨¢cilmente tornable. Pero pasar de una situaci¨®n en que se atribu¨ªan todas las posibilidades del mundo a El ?guila, como demuestra la evoluci¨®n de sus propias cotizaciones, que se remontaron desde el 38% al 205% en poco menos de 10 meses, a otra en la que el fatalismo se ha apoderado de casi todas las versiones y no atribuye mayores capacidades a estos t¨ªtulos que los que se refieren a cotizar en torno al ciento por ciento, constituyen criterios basados fundamentalmente en la histeria. Claro que a lo mejor esto es lo que pretende alg¨²n grupo bancario para comprar barato y hacer un discreto agosto.
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