"Un nuevo fracaso en el Consejo de marzo de la CEE puede ser el principio de la desbandada general"
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Pregunta. ?Qu¨¦ an¨¢lisis ha hecho la Administraci¨®n espa?ola del fracaso de la cumbre de Atenas?Respuesta. El punto de partida del primer an¨¢lisis que hizo el Gobierno estaba en una l¨ªnea de entender que el fracaso de Atenas es un dato preocupante en su estricto ¨¢mbito europeo y en el caso espa?ol, Pero nuestra preocupaci¨®n m¨¢xima se basa mucho m¨¢s en el peligro de descomposici¨®n futura que puede sobrevenir en la CEE, porque con frecuencia se olvida, en Espa?a el sentido que tiene el Mercado Com¨²n como elemento de trabajo conjunto de todo el viejo continente; y tambi¨¦n con demasiada frecuencia se olvida en Espa?a que, en ¨²ltimo t¨¦rmino, la con figuraci¨®n hist¨®rica de la CEE, de la CECA, del Euratom, responde a un sistema de paz que los propios europeos se dieron despu¨¦s de ese gran desastre que fue la se gunda guerra mundial. Y ojo, que yo no quiero decir que el fracaso de Atenas nos vaya a conducir a una situaci¨®n similar. Nosotros, respecto al consejo europeo de Atenas hab¨ªamos previsto tres hip¨®tesis de trabajo: la primera, que se produjera una cat¨¢strofe, que es lo que ha ocurrido; la segunda -que nos parec¨ªa la m¨¢s plausible- consist¨ªa en que en Atenas se diesen ¨²nicamente acuerdos de principio que permitir¨ªan un posterior desarrollo de los mismos para conseguir superar la crisis de la CEE bajo la presidencia francesa; la tercera hip¨®tesis de trabajo era que en Atenas se llegase a un arreglo total de los diferentes problemas que conoce la Comunidad. Es evidente que se ha dado la peor de las hip¨®tesis.
P. ?Cu¨¢l es el futuro inmediato tras esa cat¨¢strofe que para Europa -y para Espa?a- supone abandonar Atenas sin un solo pujito de referencia en com¨²n?
R. Lo que pueda ocurrir despu¨¦s de Atenas es una operaci¨®n que los pa¨ªses comunitarios tienen que medir al mil¨ªmetro, en el sentido de que un nuevo fracaso en el consejo europeo de marzo en Par¨ªs podr¨ªa ser el paso definitivo hacia la desbandada general. No obstante, no somos queremos seguir pensando que al final el sentido com¨²n se va a imponer entre los dirigentes europeos. Si as¨ª fuera, es probable que de esta crisis saldr¨¢ un reforzamiento de la CEE porque se haya puesto ya en marcha en los estados mayores de los Gobiernos europeos la angustia del fracaso.
P. ?Qu¨¦ lectura directamente pol¨ªtica se puede hacer del desastre de Atenas?
R. Para nosotros ha sido chocolate lo que ha ocurrido en Atenas, porque nos preocupaba la perspectiva europea, pero tambi¨¦n la internacional, porque Espa?a tiene una perspectiva muy delimitada en el campo internacional en este momento, y todav¨ªa existe un problema de indefiniciones y de perge?ar una pol¨ªtica exterior de Estado que nadie la discuta, ganen las derechas o las izquierdas. En Atenas se ha entregado gratis a la URSS una posibilidad enorme de actuar en un conjunto europeo totalmente dividido y d¨¦bil y se han hecho buenas las tesis de la Administraci¨®n Reagan, que sustentan desde hace mucho tiempo que con los europeos es una tonter¨ªa tratar porque son incapaces de ser interlocutores v¨¢lidos y en ¨²ltimo t¨¦rmino se comportan como ni?os peque?os.
P. Pese a esta esperanza futura, basada en que de una situaci¨®n de crisis puede nacer un impulso hac¨ªa adelante, la posici¨®n de los negociadores espa?oles no parece nada buena...
R. Por lo que respecta a la parte espa?ola, a nosotros el consejo europeo de Atenas nos ha dado una situaci¨®n de relajamiento, con independencia de las dificultades en las negociaciones de adhesi¨®n. Lo que m¨¢s nos preocupaba a los espa?oles es que se hubieran producido acuerdos parciales en Atenas en materia de financiaci¨®n o de recursos propios y en materia de agricultura. Si en Atenas se hubiera llegado a acuerdos penosos y duros en los aspectos agr¨ªcolas y financieros y se hubiera dejado al margen la adhesi¨®n, entonces s¨ª que hubiera sido preocupante para Espa?a. Las negociaciones de adhesi¨®n no hubieran culminado en mucho tiempo.
Por esto, siendo dif¨ªcil de aceptar para la opini¨®n p¨²blica espa?ola lo sucedido en Atenas, a los que llevamos las negociaciones nos ha colocado en una situaci¨®n de cierto relajamiento. Nos sentimos relajados porque el mayor peligro no se ha producido. Ahora estamos a la espera de tener mayor informa ci¨®n y ver c¨®mo la nueva presiden cia francesa va a encarar las negociaciones de adhesi¨®n como una parte m¨¢s del conjunto de la crisis comunitaria. En esto es en lo que hemos insistido m¨¢s, tanto el presidente de Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, como el ministro Mor¨¢n y yo mismo: en el mantenimiento del paquete de Stuttgart, porque en Stuttgart se hizo una operaci¨®n que constituye el aut¨¦ntico asidero para la adhesi¨®n de Espa?a a la CEE; la adhesi¨®n de Espa?a y Portugal se ha configurado como una parte integrante de la propia crisis de la Comunidad.
P. Entonces, el pesimismo que se intuye en la opini¨®n p¨²blica ?no se corresponde con la realidad misma?
R. Hay que entender la paradoja de que del paquete de Atenas -nuevas pol¨ªticas, recursos propios, reforma de la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n, participaci¨®n en los fondos comunitarios de los distintos Estados miembros, que en el fondo es lo que ha dividido a todos- el ¨²nico punto sobre el que hubo un consenso generalizado fue el de las negociaciones de adhesi¨®n; obviamente, cada delegaci¨®n con sus matices particulares.
P. En el tiempo que media entre la cumbre de Atenas y la pr¨®xima de Par¨ªs, en marzo, ?cu¨¢l es la estrategia de la Secretar¨ªa de Estado de Relaciones con las Comunidades Europeas?
R. De aqu¨ª a marzo, Espa?a puede seguir negociando; de hecho tenemos una serie de cap¨ªtulos muy ajustados t¨¦cnicamente. Ahora bien, con independencia de lo que se decida finalmente por el Gobierno cuando tengamos toda la informaci¨®n en las primeras semanas de enero, personalmente no soy partidario en este momento de proceder a cerrar o a acelerar el cierre de cap¨ªtulos t¨¦cnicos o parciales, porque corremos el riesgo de que al final nos quedemos con el cap¨ªtulo de la agricultura abierto, con lo que la capacidad de negociaci¨®n desaparece pr¨¢cticamente. Esto, que es una consecuencia t¨¢ctica de la negociaci¨®n, es atacado tambi¨¦n por quienes hacen depender el ¨¦xito o el fracaso de la negociaci¨®n de la rapidez con la que se concluyan determinados cap¨ªtulos t¨¦cnicos.
P. Las posiciones francesas en Atenas y las declaraciones de Mitterrand afirmando por primera vez que puede haber un no definitivo a Espa?a al final de las negociaciones centra nuevamente los problemas hispano-comunitarios en el vecino franc¨¦s...
R. La idea de Mitterrand se comprende, desde el punto de vista pol¨ªtico, con el razonamiento siguiente: Francia, bajo su presidencia, se encuentra con una dificultad: tiene que buscar sus propias; f¨®rmulas de conciliaci¨®n, lo cual supone que tiene que flexibilizar su actitud frente a todos y ante s¨ª misma. De no producirse bajo la presidencia francesa un ¨¦xito en el relanzamiento europeo, ello puede suponer sobre el Gobierno franc¨¦s un efecto bumer¨¢n m¨¢s grande que sobre cualquier otro Gobierno. En segundo t¨¦rmino, Mitterrand, particulamente, necesita un ¨¦xito de su gesti¨®n como presiden te de una Europa en crisis. En tercer lugar, desde la perspectiva pol¨ªtica interna francesa la debilidad se acrecienta en el sentido de que el Gobierno socialista franc¨¦s necesita instrumentar ante su opini¨®n p¨²blica interna el sentido de que ha obtenido concesiones de los dem¨¢s, porque hay un dato muy significativo, que son las elecciones de junio de 1984 al Parla mento Europeo. Hay que comprender un poco las dificultades del Gobierno franc¨¦s, aunque a veces sea dif¨ªcil porque planea siempre el s¨ªndrome del gabacho. La oposici¨®n en Francia est¨¢ intentando trucar el sentido pol¨ªtico de las elecciones al Parlamento Europeo, present¨¢ndolas como un plebiscito contra el propio presidente de la Rep¨²blica.
P. ?Influir¨¢ la dimisi¨®n del ministro franc¨¦s de Asuntos Europeos, Andr¨¦ Chandernagor, en las relaciones bilaterales hispanofrancesas? ?No hay un problema, de interlocuci¨®n con Francia?
R. Con nuestros amigos franceses, m¨¢s que fallar la interlocuci¨®n, lo que pasa es que existen diferentes sensibilidades. Por ejemplo, la visi¨®n que se tiene en el El¨ªseo, es muchas veces m¨¢s matizada que la que tienen los distintos ministros sectoriales. La dimisi¨®n de Chandernagor y su sustituci¨®n por Cheysson es un dato secundario, aunque esta casa hab¨ªa conseguido tener buenas relaciones con el equipo de Chandernagor. En este momento desconocemos si va a cambiar este equipo. Por otra parte, hay muchas veces que me cuestan m¨¢s las negociaciones hispano-espa?olas que las hispano-francesas o hispano-comunitarias. Hay gente que, por aplicar esquemas culturales del pasado, termina adquiriendo del dossier que ha elaborado una concepci¨®n patrimonialista del mismo, con lo cual es muy dificil que haya flexibilidad. Tambi¨¦n juega la pura condici¨®n humana, y todo el mundo quiere ganar por 10 a cero al otro ministerio.
P. ?Cambiar¨¢n en el futuro inmediato las relaciones comerciales con Francia?
R. Las relaciones comerciales con Francia hay que analizarlas con naturalidad. Con quien tienes problemas hay que intentar arreglarlos, limar todas las diferencias. Se van a aplicar criterios pol¨ªticos, como ocurre, como ley natural, en el seno del Mercado Com¨²n. Son situaciones que se producen todas las semanas en el Consejo de Ministros de la Comunidad. Aplicaci¨®n de criterios pol¨ªticos a circunstancias estrictamente econ¨®micas.
P. Ante esta situaci¨®n, ?no teme Manuel Mar¨ªn que cada vez haya m¨¢s ciudadanos que se interroguen sobre lo bueno y lo malo dle entrar en la CEE?
R. La opini¨®n p¨²blica espa?ola est¨¢ amargada, est¨¢ frustrada. Vamos a atravesar de nuevo un agujero negro y nos va a costar mucho, una vez m¨¢s, convencer a la gente de que todav¨ªa es posible seguir trabajando. Afortunadamente, quien lleva la direcci¨®n pol¨ªtica de las negociaciones con la CEE, que es el Consejo de Ministros y el propio presidente de Gobierno, es quien m¨¢s nos alienta en la tarea, pero a otros niveles m¨¢s bajos nos cuesta mucho vender el problema. En el primer trimestre del a?o, mientras se desatranca esto de nuevo, va a ser muy dif¨ªcil convencer e insistir en el tema del Mercado Com¨²n.
P. ?Y c¨®mo los negociadores espa?oles piensan desatrancar la situaci¨®n de un modo activo?
R. ?C¨®mo empezar de nuevo? Depender¨¢ casi exclusivamente del enfoque que le d¨¦ la presidencia francesa a partir del primer d¨ªa del pr¨®ximo enero. Para m¨ª, ¨¦ste es el punto clave, que por ahora es una inc¨®gnita. Se ha hablado mucho de una nueva cumbre a finales de enero. Yo particularmente no lo creo, y si incluso pudiera votar en el seno de la CEE dir¨ªa que no, que es malo, porque en 30 d¨ªas poco se va a cambiar de la posici¨®n de Thatcher, de Kohl o de Mitterrand. Creo que es mejor que el pr¨®ximo consejo europeo se posponga y, a cambio, tenga una preparaci¨®n superior, para que sea el principio del arreglo y no el principio de la desbandada.
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