Bach y Haydn en tiempo de oratorios
Orquestas y Coros Nacionales y de RTVE.
Directores: Alberto Blancafort y Od¨®n Alonso. La creaci¨®n, de Haydn, y Oratorio de Navidad, de Bach.
Teatro Real. Madrid, 16, 17 y 18 de diciembre.
En tanto llega el retardado homenaje de las orquestas madrile?as (en especial, la de RTVE) al desaparecido maestro Markevitch, algunos, quiz¨¢ muchos, le record¨¢bamos estos d¨ªas al hilo del Oratorio navide?o, de Bach, dirigido por Od¨®n Alonso, o de La creaci¨®n haydniana, en versi¨®n de Alberto BlancafortVerdaderamente, hemos tenido dos versiones muy considerables de ambas partituras. El titular de la RTVE siempre tuvo buena mano para las seis cantatas del cantor de santo Tom¨¢s, escritas para las festividades de Navidad, A?o Nuevo y Reyes y no pensadas como un todo org¨¢nico; tal sucede con La creaci¨®n, en la que Haydn supera, incluso, al excelente autor oper¨ªstico que fue, valor que s¨®lo recientemente empieza a ser divulgado.
Sucede, sin embargo, que el hombre de coherente pensamiento que fue Bach ide¨® para el tiempo de Navidad un ciclo que escuchado en su funcionalidad lit¨²rgica o a modo de suma, presenta unidad estil¨ªstica y predominio del car¨¢cter navide?o tanto por ciertos toques instrumentales como por una continuidad expresiva que, vistas las cosas desde una ¨®ptica human¨ªstica, hacen de la m¨²sica alegr¨ªa y consuelo.
Recordemos la preciosa pastoral de la Cantata segunda, con el juego de flautas y oboes, la intervenci¨®n del ¨¢ngel, en la voz infantil, el aria, de todo punto magn¨ªfica, Duerme, mi dulce ni?o, particular modo de berceuse a Jes¨²s, basada en un tema bien cercano a La pasi¨®n de san Mateo, el aria con eco (Mi salvador), con el obligato del oboe de amor acompa?ado en pizzicatti por la viola de gamba.
En fin, los corales y los recitativos, de honda sustantividad. Todo obtuvo una interpretaci¨®n ver¨ªdica, interiorizada y fluida a partir de una idea justa del director: ver en el Oratorio el m¨¢s largo y elevado villancico que jam¨¢s se haya escrito. El ¨¦xito fue completo.
A la manera, tan pura de l¨ªnea, de la soprano Sheila Armstrong, se sum¨® la voz, tensa y coloreada, de la contralto Linda Finnie, la extraordinaria flexibilidad expresiva, que hizo de su parte aut¨¦ntica columna vertebral del oratorio, del tenor Fred Silla y la buena profesionalidad del bajo Walton Gr?nroos. Excelentes los ni?os (Flores y Blasco), as¨ª como sus compa?eros de la Escolan¨ªa que dirige C¨¦sar S¨¢nchez; absolutamente magistral el viola de gamba, Christoph Coin.
El trabajo de los organistas Azcue y Dolera, de los oboes de amor, Jes¨²s Corral y Miguel S¨¢ez y la breve pero exacta intervenci¨®n de ?ngeles Zanetti contribuyeron a los mejores resultados partiendo del voluntarioso, ¨¢gil y matizado que hacer de orquesta y coro (preparado ¨¦ste por Pascual Ortega) aun cuando la segunda formaci¨®n no alcanzara los niveles en ella habituales.
La vuelta de Blancafort
Alberto Blancafort, que fuera durante a?os director bien excelente del coro grande de la RTVE, lleva unos a?os de trabajo con una orquesta de c¨¢mara en el suroeste de la Rep¨²blica Federal de Alemania, en cuya titularidad sucedi¨® a Paul Angerer. Ten¨ªa inter¨¦s el reencuentro con un m¨²sico de tan altos quilates y cuidada formaci¨®n como el maestro barcelon¨¦s, y despu¨¦s de escuchar su versi¨®n de La creaci¨®n, debe valorarse como acierto de la ONE el haberle dado una ocasi¨®n propicia y brillante.
Desde el comienzo nos sentimos ante una exigencia musical rigurosa, ante una delicada manera de hacer el sonido, ante un muelle flexibilizado de la sucesi¨®n sonora en todos sus aspectos. Pero la pr¨¢ctica cotidiana de Blancafort con su orquesta (con la que realiza frecuentes y largas giras dentro y fuera de Alemania) le ha valido un dominio gestual y una precisi¨®n de mando muy superior a la que ten¨ªa.
El triunfo de Blancafort y sus colaboradores fue rotundo. Bien es cierto que el Coro Nacional (que ahora cuidan Sabas Calvillo y Tom¨¢s Cabrera) se encuentra en un momento espl¨¦ndido y pudo servir al maestro, junto con la ONE, en claro per¨ªodo ascensional, cuando le demandaba.
Retorn¨® tambi¨¦n Mar¨ªa Or¨¢n, profesora en la Escuela Superior de M¨²sica de Freiburg, para hacer sus partes del oratorio con tanta calidad corno atractivo. Mucho menos mostraron sus colaboradores, el tenor Howard Crook y el bajo Wout Oosterkamp. La creaci¨®n es un hermoso compendium musical en el que el pasado se recoge y avanza hasta anunciar el futuro: a veces, hasta Brahms parece sonar.
Diversidad que se funde en una unidad y una continuidad dram¨¢tica superiores al mismo H?ndel. No en vano se ha dado el gran paso que va desde el barroco al clasicismo vien¨¦s, verdadera antesala en sus expresiones m¨¢s hondas, del romanticismo que preludia. Vaya una cita muy merecida para el clave de Francisco Corostola.
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