Pol¨¦mica en Sicilia por la construcci¨®n de una iglesia en una base de misiles
Una dura pol¨¦mica ha estallado en Sicilia entre el obispo de Ragusa y algunos p¨¢rrocos j¨®venes de la ciudad por la construcci¨®n de una iglesia cat¨®lica, que costar¨¢ 400 millones de pesetas, dentro de la base de misiles de Comiso y que ser¨¢ utilizada por militares nortemericanos.La bendici¨®n de la primera piedra de la nueva iglesia, llevada a cabo en los d¨ªas pasados por el obispo de Ragusa, Angelo Rizzo, hab¨ªa pasado en realidad desapercibida tanto a las fuerzas pol¨ªticas como al mismo movimiento pacifista, que mantiene piquetes en Comiso desde hace varios meses. Hasta que de pronto, durante estas fiestas de Navidad, toda una serie de p¨¢rrocos j¨®venes sicilianos han lanzado su catilinaria desde el p¨²lpito, criticando la presencia del obispo en la base de Comiso para bendecir la primera piedra de la nueva iglesia.
"Para nosotros, cristianos", dijo en su homil¨ªa el a?o nuevo el sacerdote Giancarlo Grigio, p¨¢rroco de la iglesia de San Pablo de Ragusa, "es una ofensa el que, dentro del templo de Marte, surja un templo de Dios".
Seg¨²n estos p¨¢rrocos j¨®venes, cuantos se manifiestan hoy a favor de la paz "aunque no est¨¦n bautizados, reflejan lo que Dios desea, y Dios est¨¢ con ellos" .
Pero la respuesta del obispo de Ragusa ha sido inmediata. "Es una forma de incivilizaci¨®n rechazar al hu¨¦sped", ha declarado ayer a una agencia de prensa, puntualizando que la iglesia de Sicilia "est¨¢ muy contenta de que los soldados norteamericanos que profesan la fe cat¨®lica puedan tener un lugar de culto dentro de la base de misiles de Comiso". Y neg¨® rotundamente que su discurso pronunciado "sobre la paz", con ocasi¨®n de la primera piedra, hubiese sido motivado "por el hecho de que hablaba en un lugar de guerra". Seg¨²n el obispo Rizzo, no hay que confundir a estos soldados norteamericanos "que se hallan en Comiso, dijo, para ayudar a los europeos a mantener la paz en su casa" ni con Reagan ni con Andropov. Y acab¨® diciendo que poner en tela de juicio la bendici¨®n de la primera piedra de una iglesia en la base norteamericana de Comiso ser¨ªa como preguntarse por ejemplo "?para qu¨¦ sirven los capellanes castrenses?" y con cierta fiereza remach¨®: "o renegamos de nuestra identidad en el plano rel¨ªgioso, o la conservamos incluso cuando estemos en el frente".
A los p¨¢rrocos y a los j¨®venes pacifistas cristianos y no cristianos de Sicilia que han protestado contra el gasto de tanto dinero para construir una iglesia codo a codo con los misiles de crucero norteamericanos, se ha unido, como voz aislada, la del gran escritor siciliano Leonardo Sciascia.
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