Marruecos, entre dos fuegos
La gravedad de los disturbios en Marruecos no viene determinada solamente por los cad¨¢veres de los manifestantes b¨¢rbaramente reprimidos. Lo peor es que el futuro de nuestros vecinos del Sur aparece todav¨ªa m¨¢s sombr¨ªo que el presente. La crisis desencadenada en diversas ciudades del reino alau¨ª es gemela de la reciente guerra del pan en T¨²nez, y en ella concurren dos claves antag¨®nicas que deben analizarse por separado. En primer lugar est¨¢ la debilidad pol¨ªtica y econ¨®mica del r¨¦gimen de Hassan, que, aunque mantiene t¨ªmidas formas parlamentarias y constituye probablemente el pa¨ªs isl¨¢mico con mayores ¨ªndices de libertad, se enfrenta a una grav¨ªsima situaci¨®n financiera y debe tomar medidas dr¨¢sticas para sanear su econom¨ªa si quiere renegociar nuevos cr¨¦ditos en el Fondo Monetario Internacional. ( ...)Pero hay un segundo factor en la crisis que es el que, a largo plazo, resulta m¨¢s preocupante. Al r¨¦gimen autoritario y poco eficaz de Hassan no se le opone una alternativa de democratizaci¨®n institucional y relanzamiento econ¨®mico, sino n¨²cleos isl¨¢micos radicalizados, con base m¨¢s universitaria a¨²n que popular, que pretenden instalar en Rabat un r¨¦gimen como el de Jomeini, superrepresivo, militarista e inquisitorial, a cuyo lado la monarqu¨ªa de Hassan es una democracia escandinava.
Que los incidentes se hayan desencadenado durante la clausura de la conferencia isl¨¢mica y que la participaci¨®n estudiantil haya sido la punta de lanza de una protesta m¨¢s ideol¨®gica y pol¨ªtica que corporativa prueban que el integrismo isl¨¢mico est¨¢ haci¨¦ndose fuerte en Marruecos, mientras Hassan, que ha maniatado a la oposici¨®n democr¨¢tica, se debilita. Entre la poca libertad presente y la tiran¨ªa futura, Marruecos se encuentra entre dos fuegos que convendr¨ªa ayudar a apagar.
22 de enero
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.