Presiones militares hacen que Betancur cierre la mano abierta a la guerrilla colombiana
El pulso que sosten¨ªan el presidente colombiano Belisario Betancur y los jefes militares acerca de los m¨¦todos para pacificar el pa¨ªs s¨¦ ha inclinado en favor de estos ¨²ltimos. En un sorprendente cambio de actitud, el primer magistrado manifest¨® el domingo que los guerrilleros que no se acogieron a la amnist¨ªa no ser¨¢n indultados en el futuro, ni podr¨¢ negociarse con ellos un acuerdo de alto el fuego.Despu¨¦s de una reuni¨®n celebrada con el alto mando del Ej¨¦rcito para analizar los ¨²ltimos enfrentamientos de Cerro Grande, cerca de la ciudad de Antioqu¨ªa, donde murieron siete soldados, Betancur redefini¨® su pol¨ªtica de pacificaci¨®n. "Con la amnist¨ªa amplia", dijo, "se traz¨® una l¨ªnea divisoria: hacia atr¨¢s se olvida absolutamente todo. Hacia adelante, nada".
El presidente no ha hecho en el fondo sino ratificar su propio discurso pronunciado en noviembre de 1982 con motivo de la promulgaci¨®n de la amnist¨ªa. Ya en aquella ocasi¨®n advirti¨® que no habr¨ªa nuevas medidas de gracia, porque ello supondr¨ªa anular el Estado de derecho.
El fracaso relativo de aquel decreto ley le llev¨®, sin embargo, a corregir m¨¢s adelante sus puntos de vista y a intentar en negociaciones directas con los l¨ªderes guerrilleros (en Madrid se entrevist¨® personalmente con los dos jefes m¨¢ximos del M-19) una tregua que tendr¨ªa como contrapartidas la desmilitarizaci¨®n de las regiones m¨¢s conflictivas e indultos particulares para quienes no estuvieran amparados por la amnist¨ªa.
Estas negociaciones causaron un profundo malestar en el Ej¨¦rcito, hasta el punto de que el ministro de Defensa, general Fernando Landazabal, realiz¨® unas declaraciones que supon¨ªan un enfrentamiento directo con el presidente. En esa ocasi¨®n ¨¦ste apel¨® a la obediencia que le deben los militares como comandante en jefe.
El incidente qued¨® aparentemente resuelto con la renuncia del ministro, pero le sustituy¨® en el cargo el general Gustavo Matamoros, cuya posici¨®n en la materia no difiere de la de su predecesor. Ha sido finalmente Betancur quien ha asumido como propia la opini¨®n mayoritaria del Ej¨¦rcito. De esta forma el nuevo ministro de Defensa puede declarar que no habr¨¢ alto el fuego y que sus hombres "responder¨¢n al ataque de los asesinos de soldados".
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