Una empresa arriesgada
Sarajevo se ha esforzado al m¨¢ximo para los Juegos. Al margen de c¨®mo se desarrollen las competiciones, no se puede discutir el m¨¦rito a esta peque?a ciudad, que ha jugado muy fuerte en una empresa arriesgada. En un pa¨ªs en desarrollo, con graves problemas econ¨®micos y hasta pol¨ªticos, ha ido llevando el reto con toda dignidad. "Lo ¨²nico que no podernos controlar es la meteorolog¨ªa", contaba un alto encargado de la organizaci¨®n, "pero hemos, hecho todo lo posible, incluso en la programaci¨®n previa, para contentar a la mayor¨ªa".En un radio de 35 kil¨®metros est¨¢n todas las instalaciones ol¨ªmpicas. Se han construido la mayor¨ªa y se han arreglado otras con habilidad, como la pista de descenso de Bjelasnica, a la que le faltaban unos metros para tener los 800 de desnivel m¨ªnimos que exige una competici¨®n ol¨ªmpica. ?Soluci¨®n? Se construy¨® un edificio de cuatro plantas en lo m¨¢s alto de la monta?a y la salida actual se hace desde el equivalente a la terraza de un tercer piso. El desnivel es ahora de 803 metros. Hasta hace poco tiempo, sin explotar tur¨ªsticamente, en las faldas de la Monta?a Blanca, su nombre en castellano, hab¨ªa ciervos y lobos, como el simp¨¢tico Vucko, mascota de los juegos.
Sarajevo, con la presi¨®n de cinco siglos de dominaci¨®n turca, es m¨¢s isl¨¢mica que austroh¨²ngara, como lo demuestran sus 73 mezquitas.
Con la llegada de los turcos, en 1435, comenz¨®, precisamente, la historia moderna de esta ciudad que debe su nombre precisamente a la palabra turca Seraj, equivalente a palacio. Punto de reuni¨®n de las civilizaciones oriental y occidental, Sarajevo fue ocupada en 1878, al t¨¦rmino del Congreso de Berl¨ªn, como toda Bosnia-Herzegovina por el Ej¨¦rcito austro-h¨²ngaro.
El 28 de junio de 1914, como se?ala la placa colocada en la esquina de una calle, enfrente de uno de los puentes que cruzan el canalizado (en escalones) r¨ªo Miljacka, el servio, Gavrilo Princip, miembro del Grupo Progresista e Independentista, Mlada Bosna, asesin¨® a tiros al pr¨ªncipe heredero de Austria, Francisco Fernando. Unas huellas de pies en el cemento, al estilo de las del Teatro Chino de Hollywood, se?alan exactamente la posici¨®n en que dispar¨® Princip, de cara al coche que ven¨ªa por la calle parelala al r¨ªo, para matar tambi¨¦n a la esposa del pr¨ªncipe, que recibi¨® las balas destinadas al gobernador. El pretexto para la Segunda Guerra Mundial era un hecho.
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