El escritor Julio Cort¨¢zar ser¨¢ despedido hoy en un cementerio de Par¨ªs por el mundo pol¨ªtico e intelectual
En el cementerio parisiense de Montparnasse ser¨¢ hoy enterrado, a las once de la ma?ana, el escritor de origen argentino, nacionalizado franc¨¦s en 1981, Julio Cort¨¢zar, que falleci¨® el domingo atendido por su primera esposa, Aurora Bern¨¢rdez. Desde que volvi¨® de Nicaragua -su principal compromiso pol¨ªtico- el a?o pasado, viv¨ªa enfermo y s¨®lo se mov¨ªa para asistir a actos de solidaridad con los sandinistas. Sus dos ¨²ltimos viajes fueron a Barcelona, para intervenir en la televisi¨®n y a Buenos Aires, tras el triunfo electoral de Ra¨²l Alfons¨ªn. Al entierro asistir¨¢n representantes del mundo pol¨ªtico e intelectual franc¨¦s y latinoamericano.En Francia y en todo el mundo se le admiraba y valoraba como uno de los "grandes" de la literatura latinoamericana, al lado de Borges, Garc¨ªa M¨¢rquez, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, entre otros. Fue un apasionado de esta ciudad, en la que viv¨ªa desde 1951.
Hace s¨®lo tres d¨ªas, la que fue su segunda compa?era, Ugne Karvelis, vio a Cort¨¢zar vivo por ¨²ltima vez, en el hospital Saint Lazare, en el que hab¨ªa ingresado el pen¨²ltimo fin de semana. Apenas hablaba ya, vencido por la leucemia. Ugne fue la que le expuso "la necesidad que tenemos de ti".
A duras penas, Cort¨¢zar le respondi¨® a su ex compa?era: "Te aseguro que hago y har¨¦ todo lo que pueda para vivir. Cr¨¦eme". Dice Ugne que a¨²n intent¨® pronunciar otra frase, pero la confusi¨®n pudo m¨¢s.
Ugne dice que "era todo lo contrario de lo que son algunos escritores: rechazaba totalmente el lujo y la facilidad. Nunca so?¨® que pudiera vivir de la literatura, y cuando gan¨® dinero lo regal¨®. Y con lo que digo no quiero hacer un h¨¦roe gratuito. No, lo que fue su virtud, tambi¨¦n fue su defecto".
Un enamorado de Par¨ªs
Cort¨¢zar amaba Par¨ªs con pasi¨®n. Lo que le gustaba de esta ciudad "era la calle", estar fuera de casa, paseando por los muelles del Sena, o por el canal de Saint Martin, o en los caf¨¦s. Fue uno de los intelectuales argentinos que, en su juventud, so?aba que Par¨ªs era la capital mundial de la espiritualidad. Desde que se exili¨® en 1951, en tres ocasiones pretendi¨® conseguir la nacionalidad francesa. La primera fue en 1970, en tiempos del presidente Georges Pompidou. Despu¨¦s, en 1974, cuando accedi¨® al palacio del El¨ªseo Val¨¦ry Giscard d'Estaing. Por fin, en 1981, cuando los socialistas llegaron al poder, el presidente Fran?ois Mitterrand en persona y su ministro de la Cultura, Jack Lang, le dieron la nacionalidad y lo condecoraron.
Ugne y Cort¨¢zar conocieron a Lang cuando ¨¦ste dirig¨ªa el Festival Mundial de Nancy de Teatro. El ministro franc¨¦s de la Cultura, ayer dijo que "lloramos un inmenso escrito y tambi¨¦n un amigo". En 1974, Francia le hab¨ªa concedido el premio Medicis Extranjero, lo que hab¨ªa supuesto para su carrera francesa el empuj¨®n definitivo. La editorial Gallimard ha traducido y publicado aqu¨ª 13 libros suyos.
Fue un hombre que se caracteriz¨® en Francia por su "miedo a las masas, a la celebridad", y eso lo hac¨ªa enternecedor para quienes lo admiraban por sus escritos, adem¨¢s, a pesar de su amor por la cultura francesa, y de 30 a?os de vida parisiense, continuaba siendo un muchacho "alto, interminable, que no hab¨ªa cambiado apenas", dice un cr¨ªtico.
Florence Delay (premio F¨¦mina el oto?o pasado y especialista de Ram¨®n G¨®mez de la Serna), dijo: "Era mi preferido, con Borges. Lo que me gustaba era esa especie de"est¨¦tica de la alegr¨ªa" que lat¨ªa en toda su obra, aunque contara las cosas m¨¢s tremendas y graves.
Su condici¨®n de hombre pol¨ªtico comprometido con la izquierda latinoamericana se le respetaba en Francia, aunque muchos no estuviesen de acuerdo con sus ideas. A lo largo de su vida asisti¨® a dos tomas de posesi¨®n del poder: a la de Salvador Allende, en Chile, y a la de Mitterrand, en Francia. La ¨²ltima causa que defendi¨® con todas sus fuerzas, y con su dinero (enviaba el importe de la venta de algunos de sus libros a los revolucionarios latinoamericanos) fue la de los sandinistas nicarag¨¹enses.
Una l¨¢grima nicarag¨¹ense
De ah¨ª que sea el ministro del Interior de Nicaragua, Tom¨¢s Borge quien encabece una de las delegaciones que hoy asistir¨¢ al sepelio del escritor. En Managua, Borge dijo que "vamos a Francia a depositar una l¨¢grima en la tumba de Julio Cort¨¢zar, que ser¨¢ la l¨¢grima de Nicaragua por la p¨¦rdida de este entra?able hermano de los nicarag¨¹enses".
Por su parte, el ministro de Cultura de Nicaragua, padre Ernesto Cardenal, ha enviado un mensaje que, muy probablemente, sea le¨ªdo en las exequias del escritor y que reproducimos en esta misma p¨¢gina.
Cort¨¢zar, que dedic¨® gran parte de sus ¨²ltimos a?os a la actividad pol¨ªtica en favor de la izquierda latinoamericana, hab¨ªa declarado que "el ideal ¨²ltimo de la lucha pol¨ªtica es llegar a un plano democr¨¢tico que facilite la revoluci¨®n, pero ninguna revoluci¨®n cumplir¨¢ su destino si lo l¨²dico y lo er¨®tico, entre otras facetas fundamentales de la personalidad humana, se niegan o se anulan". "La revoluci¨®n", hab¨ªa a?adido, "no se hace con abejas u hormigas: se hace con hombres. Si los hombres siguen defendiendo posiciones cerradas o sectarias sobre lo que es bueno o malo, no son revolucionarios. Para m¨ª son contrarrevolucionarios", a?adi¨®.
Para Cort¨¢zar, el problema de todo intelectual estribaba en la resconvergencia equilibrada entre la vocaci¨®n de escritor y hacer una literatura rigurosa. "Es muy dif¨ªcil", dec¨ªa, "porque son elementos heterog¨¦neos que, en general se molestan mutuamente. El que le da total prioridad al mensaje pol¨ªtico suele escribir obras muy mediocres. El realismo socialista en la Uni¨®n Sovi¨¦tica es un ejemplo total".
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