Unos son m¨¢s iguales que otros
Nos vemos inundados por las garant¨ªas de los soviet¨®logos de que no importa qui¨¦n suceda a Yuri Andropov. Se nos dice que el liderazgo sovi¨¦tico es monol¨ªtico; que todas las decisiones, en especial en los primeros seis meses despu¨¦s de la toma de posesi¨®n del nuevo secretario general, ser¨¢n de una conservadora cautela; que ning¨²n cambio b¨¢sico en la direcci¨®n del pa¨ªs puede deducirse de la selecci¨®n de un primus inter pares.Y yo no estoy de acuerdo. Si la teor¨ªa de que el elegido es lo de menos, la lucha por el poder que se desarrolla en el Kremlin en los per¨ªodos de ausencia de liderazgo no pasar¨ªa de una querella entre personalidades y el hombre finalmente elegido no representar¨ªa m¨¢s que un cambio de estilo y no de sustancia.
Y, sin embargo, el juego de piernas que se ha producido en el Kremlin durante los ¨²ltimos seis meses tiene tanto que ver con las futuras decisiones pol¨ªticas como con la personalidad de quien las tome. Una profunda brecha existe entre los jerarcas sovi¨¦ticos, y el hombre que en cada caso se designa es la expresi¨®n de una filosof¨ªa propia del grupo que ha impuesto a su candidato.
As¨ª fue como ocurri¨® cuando Stalin triunf¨® sobre Trotski, con la victoria de Jruschov sobre los estalinistas y con la de Andropov sobre los hombres de Breznev. En cada caso, la personalidad del vencedor represent¨® un cambio sustancial de pol¨ªtica.
Tres direcciones
En estos momentos las posiciones de poder en el Kremlin se orientan en tres direcciones. La burocracia del partido, dirigida por Chernienko, que es quien ha salido elegido; el grupo del KGB, cuyo jefe era hasta su muerte Andropov, con el apoyo del ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Grorniko, y el Ej¨¦rcito, representado por el ministro de Defensa, Dimitri Ustinov, posiblemente ahora amenazado por la ascensi¨®n del mariscal Ogarkov.
Lo esencial para escalar la cuca?a m¨¢s escurridiza del mundo es obtener el apoyo del Ej¨¦rcito. Jruschov y Breznev lo consiguieron, lo que permiti¨® a la burocracia del partido dominar al KGB durante d¨¦cadas. Andropov le dio la vuelta a la tortilla y, con el apoyo de los militares, hizo posible que la facci¨®n del KGB contraria al Ej¨¦rcito se hiciera cargo de la situaci¨®n.
?Qu¨¦ signific¨® el eclipse de la burocracia durante el mandato de Andropov? En Occidente tendemos a juzgar a un l¨ªder sovi¨¦tico por su pol¨ªtica exterior, y bajo esos criterios el mandato del difunto Andropov fue un fracaso, puesto que no consigui¨® sacar a la URSS del pantano de Afganist¨¢n, no logr¨® llevar adelante la mejora de relaciones con China y, junto con Grorniko, fall¨® de manera estrepitosa en su intento de convencer a Europa occidental de que no permitiera la instalaci¨®n de los euromisiles.
Dentro del Kremlin, sin embargo, es m¨¢s importante juzgar la capacidad de un secretario general por la forma en que aborda los temas econ¨®micos. Andropov trat¨® de arrebatar la capacidad de decisi¨®n a los dirigentes regionales del partido, s¨®lo interesados en preservar sus posiciones de poder, situando, por tanto, el control de la producci¨®n m¨¢s cerca de los intereses del consumidor. Al mismo tiempo, y con el mismo rigor con que procedi¨® contra los disidentes, Andropov trat¨® de aumentar la productividad del trabajo atacando el absentismo y el consumo de alcohol. A causa de su mala salud, el l¨ªder fallecido fracas¨® en su intento de revitalizar la industria sovi¨¦tica, por lo que la burocracia debe asegurarse ahora de que no se produce una segunda tentativa con ¨¦xito.
Planificaci¨®n centralizada
Si el Ej¨¦rcito ha quedado a medias desencantado con las reformas parciales de Andropov, volver¨¢ a apoyarse en la burocracia del partido, reforzando la posici¨®n de Chernienko. Eso significar¨ªa la continuaci¨®n de la planificaci¨®n centralizada, como anteriormente, con un declive de la fuerza de Gromiko en la conducci¨®n de los asuntos exteriores.
Por el contrario, si hubiera salido elegido alguien que no fuera Chernienko, augurar¨ªa una continuaci¨®n de la campa?a contra la corrupci¨®n y la misma rigidez en el mantenimiento de la pol¨ªtica exterior. He procurado hacer una cierta simplificaci¨®n de las cuestiones para mayor claridad, pero lo esencial es subrayar que la elecci¨®n de secretario general es muy importante.
Los sistemas no cambian de car¨¢cter porque se designe a una u otra personalidad para dirigirlos, pero los l¨ªderes cambian con frecuencia la orientaci¨®n de los sistemas. Por ejemplo, el sistema norteamericano continuar¨¢ siendo libre y democr¨¢tico bajo Reagan, Mondale o Glenn, pero cada uno de ellos le dar¨ªa una impronta particular a nuestra forma de vivir en ese sistema.
Lo mismo puede decirse del caso sovi¨¦tico, que continuar¨¢ siendo represivo y expansionista bajo Chernienko o bajo cualquiera de los contrarios al dominio burocr¨¢tico, pero el l¨ªder influir¨¢ en la forma que la Uni¨®n Sovi¨¦tica trate con EEUU y act¨²e en el interior de sus fronteras.
No supongamos, por tanto, que "da igual uno que otro" ni esperemos tampoco que cualquier nuevo l¨ªder sovi¨¦tico vaya a responder necesariamente a eventuales concesiones norteamericanas. El mandato colectivo es siempre provisional en el Kremlin, y tarde o temprano un solo individuo en representaci¨®n de un grupo de poder se pondr¨¢ al frente de la situaci¨®n.
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