El romanticismo ver¨ªdico del pianista Murray Perahia

Cielo Piano-84 en homenaje a Rosa Sabater.

Pianista: Murray Perahia. Obras de Bach, Beethoven, Chopin y Schumann.

Teatro Real. Madrid, 27 de febrero.

Este a?o, el habitual ciclo pian¨ªstico de Iberm¨²sica / Hazen est¨¢ dedicado a la memoria de Rosa Sabater, la gran pianista barcelonesa muerta en accidente de aviaci¨®n. Lo inaugur¨® el todav¨ªa joven y ya triunfador Murray Perahia (Nueva York, 1947) con un programa que casi llen¨® el Teatro Real.Perahia podr¨ªa hacer suyas las palabras de otra estrella de la promoci¨®n anterior, Maurizio Pollini, cuando asegura que "la vida de un pianista es s¨®lo interesante por lo que aporte a la vida musical general". Actitud que en Perahia se hace biograria, por la calidad de su criterio y la multiplicidad de su preparaci¨®n: piano, m¨²sica de c¨¢mara, direcci¨®n y composici¨®n. El instinto puede entonces circular por las v¨ªas seguras del conocimiento; el an¨¢lisis previo, el proyecto interpretativo se resuelve en versiones de vivo magisterio.

Pocos pianistas dan, como Perahia, la sensaci¨®n de saber lo que quieren, por qu¨¦ lo quieren y c¨®mo han de conseguirlo. Tras una espl¨¦ndida Partita en sol mayor, de Bach, nos introdujo en el proceso rom¨¢ntico que va desde un Beethoven despegado tempranamente del clasicismo vien¨¦s, como es el de la Sonata en re mayor opus 10 n¨²mero 3, hasta las fantas¨ªas de Chopin (en fa menor, opus 49) y Schumann (en do mayor, opus 17).

Dimensi¨®n intimista

Escritas en la misma ¨¦poca, las obras de Schumann (1836) y Chopin (1840) se intercambian maneras de pensar y de sentir la m¨²sica para darnos una dimensi¨®n intimista del romanticismo radicalmente diversa de la voz mult¨¢nime y el gran aparato del Requiem de Berlioz (1837) o Los Hugonotes, de Meyerber (1836).

Murray Perahia, con su t¨¦cnica completa y perfecta, vierte luz sobre cada obra, la poetiza con m¨¢xima y penetrante simplicidad. Es un raro maestro de la depuraci¨®n -en el sonido, en el juego, en la exposici¨®n, en la relaci¨®n de valores-, cuyas proposiciones resultan, ante todo y sobre todo, ver¨ªdicas. La lecci¨®n de su Fantas¨ªa schumaniana quedar¨¢ en el archivo de los recuerdos musicales como punto de referencia.

El p¨²blico aclam¨® entusi¨¢sticamente al pianista neoyorquino, que correspondi¨® con el Impromptu en mi bemol, de Schubert tocado prodigiosamente.