Siria quiere acabar con los acuerdos de Camp David
Damasco busca el liderazgo ¨¢rabe con dos objetivos: cancelar el tratado egipcio-israel¨ª y el acercamiento Hussein-Arafat
El ministro sirio de Asuntos Exteriores, Abdel Halim Jadam, con firm¨® as¨ª las amenazas de la Prensa oficial de Damasco, que, nada m¨¢s comprometerse Gemayel ante su hom¨®logo sirio, Hafez el Asad, a renunciar al famoso acuerdo, aseguraba en sus p¨¢ginas que hab¨ªa empezado "la cuenta atr¨¢s de Camp David", el tratado de paz firmado en 1979 entre Egipto e Israel, mientras el comentarista pol¨ªtico de la radio estatal subrayaba la lecci¨®n que su ponen los acontecimientos de L¨ªbano "para todos aquellos que han traicionado la causa ¨¢rabe convirti¨¦ndose en aliados de Estados Unidos".M¨¢s all¨¢ del supuesto peligro que constitu¨ªa para la seguridad de Siria un acuerdo en el que, a cambio de determinadas concesiones libanesas en materia de soberan¨ªa, el Ej¨¦rcito israel¨ª se retiraba del sur del pa¨ªs, para un jefe de Estado sirio que sostiene que "L¨ªbano y Siria forman una sola naci¨®n", separada artificialmente por Francia en tiempos de mandato, era inimaginable que su peque?o vecino del Oeste pudiese traicionarle con "el enemigo sionista".
Liderazgo ¨¢rabe
La normalizaci¨®n de las relaciones entre un segundo pa¨ªs ¨¢rabe, despu¨¦s de Egipto, e Israel conllevaba adem¨¢s, para el r¨¦gimen baasista sirio, el riesgo de quedarse aislado en un Oriente Pr¨®ximo entregado a f¨®rmulas de paz israel¨ª y norteamericana, cuando su principal ambici¨®n es justamente la de asumir el liderazgo del mundo ¨¢rabe para sentarle en posici¨®n de fuerza a la mesa de una negociaci¨®n patrocinada por las Naciones Unidas.
Tras la victoria en L¨ªbano, "el Bismarck de los ¨¢rabes", como calific¨® a Asad su bi¨®grafo liban¨¦s, Karim Pakraduni, el presidente sirio va a concentrar ahora sus esfuerzos en abortar el reci¨¦n reanudado di¨¢logo palestino-jordano entre Hussein y Arafat, a los que el rotativo de Damasco Al Baas ha acusado ya de "actuar conjuntamente para liquidar a la causa palestina".
Antes incluso de que se reanudasen las conversaciones de Amman, los atentados perpetrados en octubre y diciembre contra diplom¨¢ticos y funcionarios jordanos en Roma, Nueva Delhi y Madrid fueron interpretados como una advertencia siria a la monarqu¨ªa hachemita, y el propio soberano jordano no dud¨® durante su ¨²ltima conferencia de prensa, a finales de enero, en acusar al r¨¦gimen baasista de haber instigado estos cr¨ªmenes.
Ahora, una semana despu¨¦s de que finalizase la primera ronda de conversaciones Hussein-Arafat, informaciones concordantes se?alan que la mayor¨ªa de los palestinos rebeldes y prosirios ha sido retirada de L¨ªbano para ser reagrupada en territorio sirio en torno a Deraa, cerca de la frontera con Jordania, desde donde podr¨ªa provocar escaramuzas parecidas a los incidentes fronterizos que enfrentaron a ambos pa¨ªses en noviembre de 1950.
A la presi¨®n militar siria contra el reino hachemita se a?aden las amenazas verbales que Radio Damasco profiere al recordar a Washington que, a pesar de que proyecte financiar y entrenar una fuerza militar jordana de despliegue r¨¢pido, "no est¨¢ en condiciones de garantizar la seguridad de sus agentes en la regi¨®n". Deseoso de no dar pretextos a nuevas cr¨ªticas, Hussein neg¨® que "existiese un plan para formar esa fuerza", cuya creaci¨®n fue, sin embargo, revelada por la Administraci¨®n norteamericana.
En su prop¨®sito de hacer fracasar el di¨¢logo palestino-jordano, Hafez el Asad cuenta no s¨®lo con el apoyo de la disidencia que foment¨® la pasada primavera en las filas de la OLP, sino con el respaldo del tercer grupo en importancia num¨¦rica de la resistencia. El Frente Popular de Liberaci¨®n de Palestina, que dirige George Habache, vaticin¨®, en su comunicado sobre el triunfo sirio en L¨ªbano, que ¨¦ste "anticipaba la derrota de la l¨ªnea desviacionista en el seno de la revoluci¨®n palestina".
Colaboraci¨®n sovi¨¦tica
El r¨¦gimen baasista intentar¨¢ tambi¨¦n recabar la colaboraci¨®n sovi¨¦tica para sus planes con motivo de la pr¨®xima visita a Damasco de Gueidar Aliev, un destacado miembro del Bur¨® Pol¨ªtico del PCUS, cuya estancia en la capital siria coincidir¨¢ con la que efectuar¨¢ en Mosc¨² una delegaci¨®n mixta palestino-jordana, que pedir¨¢ a los responsables del Kremlin que reactiven su proyecto de conferencia internacional sobre la cuesti¨®n palestina, auspiciada por la ONU.
Sin prejuzgar cu¨¢l ser¨¢ la opci¨®n definitiva de la URSS, Mosc¨² se ha inclinado hasta ahora por
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su aliado sirio en su enfrentamiento con Arafat, como bien qued¨® demostrado cuando el 14 de febrero el l¨ªder palestino fue colocado, durante el funeral de Yuri Andropov, junto a las delegaciones occ1 dentales, mientras que el representante sirio, Abdala al Ahmar, secretario general del Baas, estuvo en la tribuna oficial reservada a los pa¨ªses socialistas. Quince meses antes, tras la muerte de Leonid Breznev, Arafat hab¨ªa compartido esa misma tribuna.
Obtener la abrogaci¨®n del tratado de Camp David es, seg¨²n la expresi¨®n de un diplom¨¢tico, "un hueso mucho m¨¢s duro de roer" para Siria. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, no desaprovecha ocasi¨®n -la ¨²ltima fue a finales de enero, con motivo de la readmisi¨®n de su pa¨ªs en el seno de la Conferencia Isl¨¢mica- de reiterar su apego al acuerdo bilateral de paz con el Estado hebreo.
Egipto fue en mayo de 1983, junto con Jordania y Sud¨¢n, uno de los tres pa¨ªses ¨¢rabes que se declararon favorables al acuerdo L¨ªbano-Israel, mientras que el reino saud¨ª matiz¨® prudentemente su postura, limit¨¢ndose "a apoyar cualquier decisi¨®n tomada por el pueblo liban¨¦s".
Felicitaci¨®n saud¨ª
El mi¨¦rcoles pasado, 293 d¨ªas despu¨¦s de la firma del acuerdo ahora anulado por Beirut, el rey Fahd de Arabia Saud¨ª llam¨® por tel¨¦fono a Asad para felicitarle por la gran victoria de la abrogaci¨®n, y la semana pasada, el principal diario cairota, Al Ahram, dejaba entrever la preocupaci¨®n del Gobierno egipcio ante la decisi¨®n del Ejecutivo liban¨¦s, que crea un peligroso precedente, al subrayar que la aplicaci¨®n del tratado concluido entre Beirut y Tel Aviv "hubiese impedido la hegemon¨ªa siria e israel¨ª sobre L¨ªbano".
Queda por ver si Damasco tiene de verdad inter¨¦s en acabar con Camp David y facilitar la plena reintegraci¨®n de El Cairo en la ¨®rbita ¨¢rabe, porque, mientras Irak contin¨²e empantanado en su interminable guerra con Ir¨¢n, Egipto es su ¨²nico rival potencial que puede pretender un liderazgo del mundo ¨¢rabe, que ya ejerci¨® en tiempos de Gamal Abdel Nasser.
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