Un buen a?o para la banca
Los beneficios del sector bancario en 1983 se elevaron a 128.000 millones de pesetas
Los beneficios de los bancos en 1983 se elevaron a 128.000 millones de pesetas, frente a los 96.000 millones de 1982 o los 103.000 millones de 1981. Aunque se observa una sensible mejor¨ªa en relaci¨®n a un a?o antes, continua el deterioro -seg¨²n la propia banca- del margen de beneficios. La crisis de algunos bancos y la estrategia de los dirigentes financieros han impulsado la formaci¨®n de grupos bancarios que, cada d¨ªa m¨¢s, act¨²an como una unidad econ¨®mica y trasladan de unos a otros costes, pasivo, operaciones de activo y beneficios.
Las cifras absolutas de resultados de los bancos que anualmente ofrece el Banco de Espa?a, como mera agregaci¨®n de los que individualmente presenta cada instituci¨®n al cierre del ejercicio ante la autoridad monetaria, se ha venido presentando como la f¨®rmula eficaz para medir no s¨®lo la sanidad del conjunto del sistema financiero, sino incluso de la econom¨ªa en general. De esta forma, el presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, no se sonroja cuando afirma que "todos debemos estar agradecidos a que la banca contin¨²e obteniendo unos beneficios superiores cada a?o porque de otra forma se demostrar¨ªa que la econom¨ªa espa?ola estaba en crisis". El s¨ªmil de la General Motors y la econom¨ªa norteamericana se traslada a esta naci¨®n para defenderse de las cr¨ªticas que desde ciertos sectores se hace a la banca de ganar m¨¢s en ¨¦pocas de crisis.
Quiebra de tendencia
El an¨¢lisis de las cuentas de resultados agregadas de todos los bancos que operan en Espa?a, incluyendo los extranjeros y aquellos que presentan p¨¦rdidas en sus balances, muestra que durante 1983 se ha quebrado una tendencia descendente en el beneficio antes de impuestos que se produjo el a?o anterior. En realidad, lo que estas cuentas muestran es que durante 1982 se cargaron p¨¦rdidas latentes de ejercicios anteriores en algunas instituciones financieras, que hab¨ªan sido ocultadas hasta donde fue posible, es decir, hasta que el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos se decidi¨® a actuar sobre ellas y se produjo la intervenci¨®n. Los agujeros patrimoniales de algunos de los mayores bancos que han pasado por el Fondo no se producen en el a?o de la intervenci¨®n, sino que son el resultado de ejercicios anteriores. En 1983 la mayor parte de las p¨¦rdidas reflejadas corresponden a los bancos de Rumasa, lo mismo que en 1982 se centraron en el grupo de Banca Catalana y en el resto de las instituciones intervenidas.Estos resultados finales, suma de los parciales de cada banco, no reflejan la situaci¨®n real. Hay duplicidades que deben eliminarse para llegar a conocer el estado real del sector bancario. La crisis de algunos bancos y la propia estrategia de los dirigentes financieros han impulsado la formaci¨®n y creaci¨®n de grupos bancarios que, cada vez m¨¢s, act¨²an como una ¨²nica unidad y que trasladan costes, pasivo, operaciones de activo y beneficios de unos a otros.
El Banco de Espa?a intent¨® a lo largo de 1983, una vez que ha logrado imponer voluntariamente las auditor¨ªas externas de los bancos, dar un paso adelante en el conocimiento del sistema financiero. Para ello propuso que se presentara la situaci¨®n consolidada de los grupos financieros. De esta forma se elud¨ªan las duplicidades observadas. Diversas reuniones en el seno de la Asociaci¨®n Empresarial de Banca (AEB) para fijar los criterios de consolidaci¨®n que deber¨ªan seguirse no fructificaron en ning¨²n tipo de acuerdo final. En los pr¨®ximos d¨ªas un grupo reducido del conjunto de la banca -integrado por dos representantes de los bancos (Hispano Americano y Vizcaya), uno de la AEB y dos personas del Banco de Espa?a- tratar¨¢ de ponerse de acuerdo para que se presente el balance consolidado del grupo al cierre del ejercicio de 1984.
El peso de los grupos
Mientras tanto algunos de los principales grupos bancarios del pa¨ªs han iniciado su marcha por separado. De los grupos cuya matriz es uno de los siete grandes, al menos seis presentar¨¢n este a?o una situaci¨®n consolidada que permitir¨¢ apreciar el volumen real de su grupo, el peso de la casa matriz y las diversas estrategias que mantienen cada uno. Tres de los siete grandes lo han hecho p¨²blico ya: Vizcaya, Santander y Popular.El Banco Central, el Hispano y el Bilbao tambi¨¦n presentar¨¢n estos balances ante sus respectivas juntas de accionistas.Las memorias de las tres instituciones que han publicado sus resultados, unido a las intervenciones de algunos de los presidentes de los que tambi¨¦n publicar¨¢n una consolidaci¨®n, muestran a las claras las distintas posiciones de cada uno. El Banco Popular es un caso at¨ªpico, ya que desde hace tiempo ha decidido separar jur¨ªdicamente la propiedad del banco principal de la correspondiente a las segundas marcas. Por ello la aportaci¨®n de estos bancos al verdadero grupo financiero no se refleja en los balances consolidados. Ello significa que mientras al grupo del Banco de Vizcaya sus filiales le proporcionan un 23% de su activo en relaci¨®n al activo del banco matriz, al Popular este porcentaje se le sit¨²a en un modesto 6%. El Banco de Santander recibe, como grupo, una cuarta parte de su activo de los bancos filiales.
Una proporci¨®n similar, aunque algo m¨¢s extrema, se observa en los dep¨®sitos de clientes. Las filiales del Popular s¨®lo aportan un 2%, mientras que al Santander le proporcionan un 29% y al Vizcaya un 27%. Jos¨¦ ?ngel S¨¢nchez Asia¨ªn, presidente del Banco de Bilbao, declar¨® recientemente ante un grupo de analistas de inversiones que hab¨ªa grupos que aportaban hasta casi un 40% del pasivo. Deb¨ªa referirse al presidido por ¨¦l, ya que no hay otros datos. En inversiones crediticias destaca el grupo del Banco de Vizcaya, que soporta un 30% de las que proporciona la matriz.
Estos datos, unidos al peso que en el conjunto de los grupos tienen los ingresos de las filiales, o la repercusi¨®n de los costes financieros, o de los propios costes operativos, muestran la importancia que en la actualidad tiene considerar los grupos y no las instituciones individuales.
Trasladar costes
Por poner un ejemplo, hay que se?alar que en 1983 la banca ha hecho un esfuerzo por frenar al m¨¢ximo el incremento de los costes operativos como f¨®rmula de mantenimiento de su margen, y, por tanto, de la obtenci¨®n de unos beneficios importantes. En algunos casos se han presentado reducciones en valores absolutos de estos costes en las casas matrices. Pero lo que importa es el volumen, a nivel de grupo, de estos costes. Y en este apartado se vuelven a mostrar las diferencias. Mientras que los filiales del Vizcaya representan una aportaci¨®n de un 38% de los costes, en el caso del Popular caen hasta un 2%. El Vizcaya y el Santander repercuten todos los costes que les originan sus filiales sobre la cuenta de resultados de ¨¦stas, mientras que otros los mantienen en las propias casas matrices.De esta forma se llega al porcentaje que representan los beneficios de las filiales sobre el conjunto del grupo. Y en este caso apenas s¨ª hay diferencias entre los conocidos, ya que tanto para el Popular como para el Vizcaya se coloca en el 11% y en el Santander crece hasta el 14%. Nuevamente, el Bilbao debe obtener una rentabilidad muy elevada de sus filiales, ya que S¨¢nchez Asia¨ªn habl¨® de que hab¨ªa quien obten¨ªa hasta un 30% en estas compa?¨ªas.
Diferencias tan se?aladas obligan a que en los pr¨®ximos ejercicios se presenten los balances consolidados de los grupos. La raz¨®n se debe a que algunas sociedades matrices contabilizan como rendimiento de su cartera de valores los beneficios generados en sus filiales, que se eliminan cuando se consolidan a nivel de grupo.
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