El boxeo: a un paso atr¨¢s y dos adelante
En la tarde del jueves 29 de marzo, la corporaci¨®n socialista perdi¨® una batalla. Pero la guerra -en este caso pac¨ªfica, afortunadamente- es algo mucho m¨¢s largo y penoso que una simple escaramuza. Para nosotros, la lucha no ha hecho m¨¢s que empezar; este peque?o retroceso ser¨¢ como el paso atr¨¢s que dan los corredores, para adoptar una postura s¨®lida, a la hora de iniciar la salida de la prueba con mayor impulso. Espero, estoy seguro, de que esta derrota ser¨¢ un toque de atenci¨®n, un revulsivo, para todas aquellas personas que a¨²n no han tomado una actitud decidida y apasionada en favor de la supresi¨®n de una actividad tan nefasta como el boxeo, no s¨®lo en las instalaciones municipales ovetenses, sino en todo el mundo civilizado.La tranquilidad ante una decisi¨®n tan lamentable proviene de la certidumbre que proporciona el acuerdo un¨¢nime de los especialistas, absolutamente opuesto al de unos pol¨ªticos que revocan la postura adoptada en su d¨ªa por los gestores del deporte municipal ovetense. No tengo noticia de la existencia en Espa?a de neur¨®logo, neurocirujano o neurorradi¨®logo alguno que afirme que el boxeo el sano y saludable, como se lleg¨® a asegurar en el debate por un concejal de la derecha. Los colegios de m¨¦dicos brit¨¢nicos, suecos e italianos, as¨ª como la Asociaci¨®n Internacional de Medicina Deportiva, han dejado clara constancia, en recientes fechas, de su repulsa por ese espect¨¢culo pleistoc¨¦nico, no s¨®lo por sus consecuencias letales, sino tambi¨¦n por su tufillo de explotaci¨®n humana y de amoralidad mafiosa, estilo Chicago a?os treinta.
Es curioso que todos los aficionados a los espect¨¢culos brutales, a la hora de argumentar sus opiniones, acuden al pasado: "ya en Grecia...", "la nobleza de un deporte milenario" o, por ejemplo, la cita que hizo un conservador al defender lo indefendible: "Homero, en La odisea, relata nobles combates...". Es evidente que a algunos se?ores les gusta el pasado remoto, pero igual no les gustar¨ªa tanto si a ellos les hubiera tocado ser esclavos, gladiadores o cristianos comidos en un circo para p¨²blica diversi¨®n. Si profundizamos un poco en este recurso al t¨²nel del tiempo que utilizan personajes desinformados, deber¨ªamos descubrir que desde la aurora de la civilizaci¨®n ya hab¨ªa qui¨¦n se opon¨ªa a la barbarie y a la ignominia; as¨ª, Pit¨¢goras, en un consejo recogido por el catedr¨¢tico Gustavo Bueno, ya dec¨ªa: "Deb¨¦is proceder como los corredores, cada uno de los cuales busca la victoria por s¨ª mismo, y no como los luchadores, cuyo triunfo se asienta s¨®lo sobre la destrucci¨®n del adversario". En l¨ªnea con esa tradici¨®n del fil¨®sofo, ya progresista hace s¨®lo 2.600 a?os, concluye el doctor Bueno en un estudio que me aport¨® para este debate: "Puede afirmarse, en consecuencia, que la instituci¨®n del boxeo0 constituye una regresi¨®n, dentro de la cultura urbana, a situaciones muy definidas del salvajismo".
Miles de razones
Cientos, miles de razones, avalan la decisi¨®n de la Fundaci¨®n Municipal de Deportes ovetense; pero en el fondo, sin m¨¢s profundidades que no vienen al caso, no hay m¨¢s motivos en nuestro favor que ese car¨¢cter progresista y de ensalzamiento del ser humano.En la derrota provisional de esta causa ha jugado un importante papel la actitud del PDP, partido que siempre se hab¨ªa abstenido argumentando motivos de conciencia por su ideolog¨ªa humanista; sorprendentemente, en el Pleno, apoyaron la actitud de AP, declarando a EL PA?S del 30 de marzo que lo hab¨ªan hecho porque "se trata de una importante victoria contra el Gobierno socialista municipal". Cada d¨ªa la pol¨ªtica nos da nuevas sorpresas: partidos que dicen ser y existir por y para la conciencia del ser humano, y la defensa de lo mejor de su tradici¨®n humanista, se alinean, con posturas de un cerrilismo inconcebible, para algo tan noble y elevado como derrotar a los socialistas en el tema del boxeo.
Igualmente preocupante es que el partido comunista apoye esta actitud, tras publicar un art¨ªculo en Mundo Obrero, su ¨®rgano central, que empezaba diciendo: "El alcalde de Oviedo ha prohibido la utilizaci¨®n de locales municipales para practicar el boxeo. Ya era hora de que alguien empezara a colgar esos guantes sangrientos".
Estos dos partidos, PDP y PCE, representados en la corporaci¨®n por unas extraordinarias personas, me han sorprendido profundamente, pues no han estado en absoluto a la altura de su categor¨ªa y de sus convicciones. Siempre esperar¨¦ con los brazos abiertos una revisi¨®n de sus posiciones, que a nadie beneficiar¨ªa tanto como a ellos mismos.
Pese a todo y a todos, como dec¨ªa al principio, la guerra se est¨¢ iniciando. El Ministerio de Cultura, con Javier Solana a la cabeza, comienza a sanear el deporte con decisi¨®n y coherencia, como bien se manifiesta en el esp¨ªritu del real decreto que democratiza con matices discutibles el deporte federado, muy a pesar de quienes lanzan su bilis acomplejada a trav¨¦s de cr¨ªticas cuyo m¨¢ximo argumento es el insulto. Este partido de cambio moral que es el nuestro comienza, a contra corriente, a transformar el mundo de la competici¨®n; en tal objetivo debe estar el fin, de una vez por todas, de esa pr¨¢ctica que, como un f¨®sil remoto, sobrevive incomprensiblemente en nuestro mundo moderno.
Los ovetenses y el pueblo espa?ol en su conjunto reaccionar¨¢n contra estos retrocesos, en abierto apoyo al cambio moral del deporte y de la sociedad.
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