Lo mejor es danzar

En la sala de baile las parejas se buscan, se investigan, se conocen, se aman y se olvidan. Pasa el tiempo, y la situaci¨®n vuelve a ser la misma. All¨¢ donde exista un lugar para el encuentro y la m¨²sica aparecer¨¢n de nuevo las mismas ilusiones e id¨¦nticos desencantos, los amores furtivos y otros m¨¢s prolongados, las ingenuas y los expertos, las mujeres y hombres que no conocen otra forma de contacto que ese lugar, ni otra forma de justificar su abrazo que seguir el comp¨¢s de la melod¨ªa de moda.La sala de baile, pel¨ªcula franco-italo-argelina, dirigida por Ettore Scola, que obtuvo en el ¨²ltimo festival de Berl¨ªn el Oso de Plata a la mejor direcci¨®n, y que recientemente fue nombrada candidata al Oscar a la mejor pel¨ªcula de habla no inglesa, es un filme sin palabras en el que las im¨¢genes van describiendo ese paso del tiempo, la constante relaci¨®n entre la m¨²sica y la vida. Cada ¨¦poca se defini¨® en sus melod¨ªas. Durante el frente popular, la alegr¨ªa de su esperanza y ese ingenuo pero vivo amor por la libertad combinaron en las canciones de amor la picard¨ªa con el sentimentalismo, el sexo con la ilusi¨®n de un romance. En los cuarenta, la guerra tradujo esa esperanza en patriotismo y la m¨²sica norteamericana en s¨ªmbolo de libertades. La posguerra apunt¨® su toque de tragedia animando a la evasi¨®n, y luego ya las canciones italianas, el ritmo brasile?o y la revoluci¨®n del rock fueron marcando los pasos de un siglo que no ha tenido tiempo de acostumbrarse a s¨ª mismo.

Ettore Scola ha querido reflejar esos cambios en una pel¨ªcula que retrata con intermitente brillantez el espect¨¢culo teatral del grupo Campagnol Le bal, que obtiene desde hace tres a?os ¨¦xitos importantes. Los mismos actores repiten ante la pantalla sus danzas y humoradas: todos hacen un espl¨¦ndido trabajo, aunque, en honor a la verdad, resulte en ocasiones inveros¨ªmil que mujeres de cierta edad compongan personajes adolescentes. Lo que en el teatro puede ser aceptado, se denuncia en los primeros planos del cine, exigiendo una complicidad no siempre f¨¢cil.

Aciertos teatrales

En cualquier caso, la pel¨ªcula disfruta de los mismos aciertos del montaje teatral, desarrollados inteligentemente por Scola, pero tambi¨¦n de su ligera monoton¨ªa: en ciertos fragmentos, como los que se refieren a la imitaci¨®n de Fred Astaire y Ginger Roger, a los a?os cincuenta o a mayo del 68, las situaciones se hacen previsibles, poco estimulantes.Quiz¨¢ La sala de baile sufre los vaivenes de la ¨¦poca que cuenta, porque a esos fragmentos se enfrentan otros muy sugestivos, resueltos con humor y a veces con cierta amargura: la presentaci¨®n de todos los personajes, el regreso del frente de un bailar¨ªn que qued¨® cojo, las referencias a los mitos del cine franc¨¦s, la descripci¨®n de un trepa que sabe de qu¨¦ vestirse en cada ¨¦poca... Se trata, evidentemente, de un filme original, y no s¨®lo por la ausencia de palabras cuyo reto est¨¦tico no es tan importante.