Reagan no consigue convencer a los l¨ªderes chinos de que se integren en una "cooperacion estrat¨¦gica" frente a la URSS
El establecimiento de una "cooperaci¨®n estrat¨¦gica" entre Washington y Pek¨ªn para ?combatir el expansionismo de la URSS", objetivo prioritario declarado de la visita de Ronald Reagan a la Rep¨²blica Popular parec¨ªa lejos de haber sido alcanzado ayer, cuando, concluida la parte pol¨ªtica de su viaje el presidente norteamericano y su esposa iniciaron una jornada eminentemente tur¨ªstica. Tras censurar los ataques de Reagan contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica, los dirigentes chinos reiteraron a su hu¨¦sped que desean normalizar relaciones con Mosc¨², mientras la agencia Nueva China propon¨ªa un paralelismo entre el intervencionismo de las dos grandes potencias. Pese a todo, incluido el problema de Taiwan, el viaje del presidente norteamericano tendr¨¢ importantes consecuencias econ¨®micas.
Tras la entrevista de Reagan con Deng Xiaoping, los propios portavoces de la Casa Blanca expresaron el s¨¢bado cierto escepticismo sobre el eco que la visi¨®n norteamericana de las relaciones con la URSS dejar¨¢ en China, y sus impresiones contrastaron con el claro optimismo que hab¨ªan transmitido hasta esa fecha."Los chinos", precis¨® una fuente oficial estadounidense, "est¨¢n d¨¦ acuerdo en el principio de una disuasi¨®n frente a amenazas comunes, pero no lo sit¨²an entre sus prioridades del momento". Antes de que llegara el presidente, el pasado jueves, los portavoces anunciaro¨¢ que Reagan expondr¨ªa en Pek¨ªn, "d¨¦ coraz¨®n" sus puntos de vista sobre la responsabilidad de los sovi¨¦ticos en la escalada de la tensi¨®n internacional, y a?adieron que se esperaba que los dirigentes chinos dejaran de criticar al menos la actuaci¨®n de Washington en zonas calientes, como Oriente Pr¨®ximo o Centroam¨¦rica.
La agencia oficial de noticias Nueva China defraud¨® ayer estas esperanzas al publicar un an¨¢lisis en el que se comparaba el "intervencionismo" de Mosc¨² en Afganist¨¢n con el de Washington en Nicaragua. A la misma hora en que se hizo p¨²blico este informe el presidente norteamericano y su esposa volaban a la ciudad imperial de Xian, antigua capital que guarda la tumba de Gin Shi Huang y sus estatuas de terracota. La visita de los ilustres hu¨¦spedes concluye hoy en Shangai, con similares connotaciones tur¨ªsticas, y no es pensable que el resto de la gira china de Reagan, que el mi¨¦rcoles se entrevistar¨¢ en Alaska con el Papa, p roduzca m¨¢s noticias que las estrictamente protocolarias, adem¨¢s de la firma de los acuerdos ya programados, que deb¨ªa tener lugar hoy por la ma?ana.
Fuentes fidedignas han indicado que Deng Xiaoping, el hombre fuerte de la Rep¨²blica Popular China, se mostr¨® tambi¨¦n cr¨ªtico con el despliegue de los nuevos misiles nucleares norteamericanos de alcance intermedio en Europa, si bien los portavoces norteamericanos precisaron que la preocupaci¨®n china se refiri¨® fundamentalment¨¦ al deterioro de relaciones que dicho despliegue puede indu cir en el seno de la Alianza Atl¨¢ntica.
Hu Yaobang, secretario general del Partido Comunista chino, dio una explicaci¨®n m¨¢s pragm¨¢tica de las diferencias que, separan los enfoques internacionales de Pek¨ªn y Washington cuando reiter¨® ante Reagan que China "trata de normalizar sus relaciones con la URSS" por la v¨ªa de las negociaciones pac¨ªficas.
Los observadores occidentales destacan que el contexto de esta visita presidencial a la Rep¨²blica Popular tiene poco que ver con el de la visita de Nixon en 1972, y no s¨®lo porque ¨¦ste planteara su viaje como una escala previa a Mosc¨² -cosa que ahora. no ha podido hacer Reagan-, sino porque la China de entonces estaba agobiada por unos problemas de defensa que hoy no se plantean.
Pero tambi¨¦n se?alan que la t¨¢ctica de Reagan frente a Pek¨ªn es similar a la que en tiempos de la distensi¨®n Nixon plante¨® de cara a la Uni¨®n Sovi¨¦tica: fortalecer las relaciones econ¨®micas y tecnol¨®gicas para moderar virtuales amenazas derivadas de diferencias ideol¨®gicas.
El problema de Taiwan
En medios diplom¨¢ticos de la capital china se afirma que Deng Xiaoping ha afrontado esta visita desde el centro de un dilema: la absoluta necesidad de tecnolog¨ªa norteamericana que la modernizaci¨®n de la Rep¨²blica Popular plantea es contradictoria con las presiones que ejercen sectores importantes del Partido Comunista chino para que las relaciones con Washington no se normalicen mientras la cuesti¨®n de Taiwan siga siendo un problema.
Ambas partes han reconocido que durante los ¨²ltimos d¨ªas no se ha conseguido nipg¨²n avance en torno a este tema. Los portavoces norteamericanos afirman que el presidente Reagan rechaz¨® de plano la petici¨®n que le hizo Deng Xiaoping para que favorezca el proceso de reunificaci¨®n con la isla. Un portavoz chino afirm¨® que el ministro de Asuntos Exteriores, Wu Xuegian, lament¨® ante el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, que la reducci¨®n de las ventas de armas- norteamericanas a Taibei prevista para este a?o es muy modesta.
Con todo, las consecuencias econ¨®micas del viaje de Reagan a Pek¨ªn son suficientemente importantes como para que ambas partes se muestren sat¨ªsfechas. Para esta ma?ana estaba prevista la firma de un acuerdo de doble imposici¨®n y de un acuerdo cultural, adem¨¢s del acuerdo de cooperaci¨®n nuclear que permitir¨¢ a empresas norteamericanas exportar tecnolog¨ªa por valor de varios billones de pesetas.
El propio Ronald Reagan ha quitado importancia al hecho de que sus alusiones al "expansionismo sovi¨¦tico" fueran censuradas por la televisi¨®n china, en des ocasiones, durante los ¨²ltimos d¨ªas. "Ustedes me hacen lo mismo continuamente", explic¨® el presidente a los periodistas que le acompa?aron el s¨¢bado en su paseo por la Gran Muralla.
Por parte china, tanto el presidente de la Rep¨²blica, Li Xiannian, como el secretario general del Partido Comunista, Hu Yaobang, han aceptado sendas invitaciones para visitar EE UU. El hecho no tiene precedente en la historia de las relaciones entre ambos pa¨ªses.
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