La defensa del violador
Leo con asombro y preocupaci¨®n la carta que la se?ora o se?orita Lidia Falc¨®n, abogada, publica en su diario el d¨ªa 26 de abril, secci¨®n Cartas al Director, reprochando duramente la actuaci¨®n de la abogada Ana Mil¨¢ por hacerse cargo de la defensa del llamado violador de Gracia, lo que considera algo as¨ª como una indigna conducta de esta ¨²ltima.Es lamentable que la susodicha Lidia Falc¨®n desconozca que el derecho a la defensa no es s¨®lo un derecho democr¨¢tico, sino un derecho de la persona reconocido ahora en la Constituci¨®n y vigente desde hace siglos, incluso en sociedades no democr¨¢ticas.
Cualquier abogado dignifica su profesi¨®n y a s¨ª mismo asumiendo la defensa de cualquier causa, aunque el reo sea de ideolog¨ªa contraria a la suya, de distinto sexo o supuesto autor del crimen m¨¢s re pugnante, pues, en primer lugar, hasta que no haya una sentencia en firme que lo determine, nadie es culpable, y aun en el supuesto de que el reo se confesara autor del crimen, su conducta ser¨ªa en todo caso juzgada a tenor de circunstancias que atenuar¨ªan o incluso eximir¨ªan de responsabilidad criminal sus actos, para lo que es el ¨¢bogado el elemento imprescindible.
La abogada Ana Mil¨¢ ha demostrado, asumiendo voluntariamente tal defensa, su alto sentido de la responsabilidad profesional y de la dignidad de todo abogado, prestigiando la toga y nuestra profesi¨®n, que no est¨¢ vinculada a ideolog¨ªas, tendencias, partidos o personas. Y, si por el lado del af¨¢n de notoriedad se puede acusar a Ana Mil¨¢, lo cual desconozco, no es precisamente Lidia Falc¨®n la m¨¢s indicada para criticarlo, cuyas apariciones en distintos medios de comunicaci¨®n son constantes. /
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