El Rey defiende con firmeza en el Kremlin, ante Chernenko, los derechos humanos y la democracia
El rey Juan Carlos, que inici¨® ayer, en compa?¨ªa de la reina Sof¨ªa, una hist¨®rica visita de seis d¨ªas de duraci¨®n a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, hizo, en el palacio del Kremlin, en presencia de Konstant¨ªn Chernenko, una firme defensa de la democracia, la libertad y los derechos humanos, "donde quiera que puedan ser amenazados". El primer mandatario de la URSS, que hab¨ªa entrado tambaleante a la sala en que ofreci¨® una cena a los ilustres visitantes, asent¨ªa cuando el Rey se refer¨ªa a la democracia, pero permanec¨ªa impasible mientras don Juan Carlos hablaba de derechos humanos. Los Reyes llegaron al aeropuerto moscovita de Vnukovo a las 15.03, hora de Mosc¨² (13.03 hora peninsular). Fueron recibidos por el jefe del Gobierno sovi¨¦tico, Nikolai Tijonov. Es la primera vez que un jefe de Estado espa?ol visita la URSS.
En la Sala de las Facetas del Kremlim, el edificio en que los zares recib¨ªan a los embajadores extranjeros, el rey Juan Carlos, de 46 a?os, ley¨® el ¨²nico discurso de contenido pol¨ªtico que est¨¢ previsto que efect¨²e durante su estancia en la Uni¨®n Sovi¨¦tica para responder al brindis de su anfitri¨®n, el jefe del Estado de la URSS, Konstant¨ªn Chernenko, de 72 a?os. Los siete folios le¨ªdos por el Rey de Espa?a conten¨ªan un mensaje pol¨ªtico de firme defensa de las libertades y los derechos humanos, dentro de la habitual moderaci¨®n que impone el protocolo en las visitas de jefes de Estado. Diplom¨¢ticos occidentales citados por la agencia Reuter dijeron que las referencias del Rey a los derechos humanos probablemente habr¨¢n irritado a los dirigentes sovi¨¦ticos. Konstant¨ªn Chernenko, en su brindis previo, hab¨ªa se?alado que su pa¨ªs y Espa?a mantienen puntos de vista notablemente diferenciados sobre los problemas internacionales. Sin embargo, se?al¨® que, al igual que su pa¨ªs, Espa?a est¨¢ interesada en una paz duradera.
El m¨¢ximo dirigente sovi¨¦tico no se refiri¨® directamente a la adhesi¨®n de Espa?a a la OTAN acaso porque la situaci¨®n se considera en Mosc¨² que ya es irreversible. Por ello centr¨® su mensaje en la actitud espa?ola de no admitir armas nucleares en su territorio "Quiero recordar", dijo Cherneniko, "que la Uni¨®n Sovi¨¦tica declar¨® oficial y solemnemente que no emplear¨ªa armas nucleares contra los Estados que renunciaran a la producci¨®n y adquisici¨®n de esas armas ni las tuvieran en su territorio".
Don Juan Carlos, adem¨¢s de la apolog¨ªa de los valores de la democracia y la defensa de los derechos humanos, toc¨® en su discurso aspectos calientes de la pol¨ªtica internacional, como Centroam¨¦rica y oriente Pr¨®ximo.
Refiri¨¦ndose a Latinoam¨¦rica el Rey afirm¨® que sus problemas "no pueden salvarse ni con la subversi¨®n armada ni con la acci¨®n terrorista ni con la intervenci¨®n externa". En relaci¨®n con Oriente Pr¨®ximo record¨® la permanente solidaridad espa?ola con lo que de justo tienen las aspiraciones palestinas y el reconocimiento del derecho de todos los Estados de la zona a vivir pac¨ªficamente dentro de fronteras seguras.
En otro momento afirm¨® que los pueblos como el espa?ol y el sovi¨¦tico "tienen un largo camino que recorrer para crear y contribuir a crear ese mundo que los pueblos desean, regido por la libertad y el consenso, el respeto de los derechos humanos y la democracia pol¨ªtica y social".
Antes de la cena, el Rey y Chernenko, Tijonov y los ministros de Exteriores de ambos pa¨ªses, Andrei Gromiko y Fernando Mor¨¢n, mantuvieron una entrevista de una hora de duraci¨®n, a la que tambi¨¦n asistieron los embajadores Yuri Dubinin y Jos¨¦ Luis Xifra.
Uno de los datos m¨¢s significativos de esta primera jornada es la debilidad f¨ªsica del dirigente sovi¨¦tico, que qued¨® patente en su llegada al Kremlim para recibir a los Reyes, as¨ª como en el transcurso de la cena. Al llegar a la explanada delantera del palacio, Chernenko fue ayudado por dos acompa?antes para salir del coche y posteriormente le condujeron tom¨¢ndole por ambos brazos. Chernenko necesit¨® tambi¨¦n que uno de sus ayudantes le abrochara el abrigo.
La Reina visit¨® ayer la escuela del Ballet Bolshoi. Durante la cena, el tono rojo de su vestido largo, de lam¨¦ brillante, destacaba entre el gris que uniformaba a los comensales. Do?a Sof¨ªa, en los brindis, s¨®lo moj¨® los labios con el vodka de su copa, mientras. don Juan Carlos, al uso sovi¨¦tico, apur¨® el trago hasta el final.
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