Un nuevo grupo terrorista se responsabiliza de la voladura de un buque de la Armada
Gatazka (Lucha), un nuevo grupo terrorista, se atribuy¨® ayer el hundimiento de una lancha de vigilancia portuaria de la Armada espa?ola, hecho llevado a cabo de madrugada en Fuenterrab¨ªa, que cost¨® la vida a un joven soldado asignado a la custodia del barco. Juan Flores Villar, de 20 a?os, cabo mec¨¢nico, natural de Barcelona, muri¨® ahogado, atrapado por el remolino de las aguas, que se adue?aron del barco en pocos segundos. Su compa?ero, el soldado Antonio Mart¨ªnez Abella, logr¨® alcanzar la cubierta y salv¨® su vida arroj¨¢ndose al agua en el momento en que la lancha se hund¨ªa arrastrada de popa.
La potente bomba, colocada por submarinistas en uno de los ejes de la h¨¦lice, seccion¨® la popa del barco y catapult¨® a centenares de metros de distancia trozos de la cubierta. "Fue como un trueno, un ruido tremendo y sordo", manifestaron vecinos de Fuenterrab¨ªa que habitan viviendas situadas frente a la bah¨ªa que separa la costa francesa y espa?ola.La onda expansiva hizo peligrar a las embarcaciones peque?as, fondeadas junto a la lancha de la Marina, a 100 metros escasos de la orilla, y habr¨ªa provocado m¨¢s v¨ªctimas si hubiera coincidido, dos horas antes, con la salida a la mar de los pescadores de la localidad.
Los terroristas que programaron y colocaron el artefacto pudieron llegar hasta la lancha buceando desde la orilla francesa o desde la costa de Fuenterrab¨ªa. "Un nadador aficionado que utilice aletas tarda menos de cinco minutos en llegar hasta aqu¨ª desde el lado franc¨¦s", coment¨® un oficial de la Marina. La hip¨®tesis seg¨²n la cual los terroristas hab¨ªan utilizado una chalupa similar a las que fondean por la bah¨ªa para, llegar a la desembocadura del Bidasoa resulta menos consistente, en la medida en que comporta un riesgo mayor ya que sus movimientos podr¨ªan haber sido observados por la guardia de la Comandancia de Marina, desde la que se domina visualmente la bah¨ªa.
Los arrantzales que hab¨ªan salido a la mar esa misma noche regresaron a puerto nada m¨¢s conocer el atentado, y el resto de los pescadores de Fuenterrab¨ªa decidieron no salir a faenar hasta finalizado el funeral, celebrado en la iglesia de la Cofrad¨ªa de Pescadores, a las cuatro de la tarde, con la presencia del ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra; del jefe del Estado Mayor de la Armada; del capit¨¢n general de la Regi¨®n Mar¨ªtima del Cant¨¢brico, almirante Joaqu¨ªn Contreras, y del consejero de Interior del Gobierno vasco, Jes¨²s Mar¨ªa Retolaza.
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La explosi¨®n en una lancha de la Armada en Fuenterrab¨ªa sorprendi¨® a los marineros descansando en sus camarotes
Viene de la p¨¢gina primeraLa explosi¨®n sorprendi¨® descansando en sus camarotes a los marineros encargados de la custodia del barco. El superviviente, Antonio Mart¨ªnez, de 20 a?os, se mostr¨®, a lo largo del d¨ªa, sumamente deprimido y nervioso, impresionado por las escenas dram¨¢ticas vividas con su compa?ero, muerto en los momentos que siguieron a la explosi¨®n. No quiso o no pudo hacer declaraciones a la Prensa, pero del testimonio entregado a sus superiores se desprende que, tras la brutal sacudida del barco, los dos j¨®venes intentaron ganar la cubierta. Antonio vio que su compa?ero se retrasaba e intent¨® ayudarle, pero sus esfuerzos fueron in¨²tiles, y tuvo que abandonar la lancha para salvar su vida, nadando hasta la orilla.
Juan Flores qued¨® aprisionado en los camarotes, de donde fue rescatado dos horas m¨¢s tarde por buzos de la comandancia de Marina. "No ten¨ªa se?ales de haber sido alcanzado por la onda expansiva; el chaval, pobrecito, muri¨® ahogado, agarrado a una colchoneta", indic¨® uno de los submarinistas que rescataron el cuerpo del joven. La autopsia del cad¨¢ver confirm¨® estas palabras, desmintiendo que Juan Flores hubiera muerto por efecto de la onda expansiva.
La lancha, una embarcaci¨®n fr¨¢gil, de seis metros de eslora y poco calado, dedicada a la vigilancia de la d¨¢rsena y de la r¨ªa del Bidasoa se rompi¨® en dos, "como si fuera de papel", y se hundi¨® casi inmediatamente, dejando asomado el v¨¦rtice de proa y el resto embarrancado en la arena. Trozos de cubierta, los espejos de popa y el gonio del barco, flotaban en las aguas de la bah¨ªa, al igual que algunos peces muertos.
La lancha hundida por los terroristas forma parte de una flota de 20 unidades destinadas al servicio de vigilancia de la r¨ªa, y su dotaci¨®n est¨¢ compuesta por un suboficial, contramaestre, maquinista y un timonel. A principios de los a?os ochenta fueron construidas en unos astilleros de Vigo 30 unidades de este tipo, dedicadas en su totalidad a las patrullas de vigilancia interior de puertos, a las ¨®rdenes de los comandantes de Marina. La lancha desplaza 300 toneladas. Su presencia frente a la comandancia de Marina, el varadero y la lonja era habitual para los habitantes de Fuenterrab¨ªa. La baja mar impidi¨® que el resto del barco fuera izado a tierra hasta primera hora de la tarde.
Duras palabras en la homil¨ªa
El sacerdote de Fuenterrab¨ªa que ofici¨® el funeral efectu¨® en su homil¨ªa una dur¨ªsima condena a las organizaciones terroristas. "Con este nuevo asesinato", dijo, "se escribe una de las p¨¢ginas m¨¢s negras y desgraciadas de nuestro pueblo; la sangre derramada hoy clama al cielo", a?adi¨®, tras calificar a los terroristas de "verdaderos y aut¨¦nticos ca¨ªnes del pueblo". "Os hablo a vosotros, asesinos, a los que os otorg¨¢is el t¨ªtulo de salvadores del pueblo euskaldun: basta ya de matar".
Tras la ceremonia religiosa, el ministro de Defensa condecor¨® a Juan Flores con la cruz del M¨¦rito Naval, con distintivo blanco. Narc¨ªs Serra manifest¨® que, como ministro, ratificaba las palabras del sacerdote, y dijo que el teniente general Guillermo Quintana Lacaci, el comandante de Bermeo Mart¨ªn Barrios y Juan Flores suponen para ¨¦l los nombres de un compromiso: "Creo", dijo, "que debemos acabar de una vez por todas, y serenamente, con la violencia en nuestra querida Espa?a".
Trasladado a hombros de sus compa?eros de la comandancia, despu¨¦s de haber recibido los honores militares, el cuerpo de Juan Flores fue introducide, en el furg¨®n que lo, traslad¨® al aeropuerto de Fuenterrab¨ªa, con destino a Barcelona.
Honores militares
El f¨¦retro con los restos del soldado muerto en el atentado lleg¨® a Barcelona a las 19.45 horas, en cuya comandancia de Marina fue instalada la capilla ardiente. Momentos despu¨¦s se iniciaron unos actos de honor militar, dedicados a la v¨ªctima, a los que asistieron exclusivamenre autoridades y familiares del fallecido. Fuera del edificio se encontraban unas 200 personas, en su mayor parte amigos de la familia y vecinos de la Zona Franca de Barcelona donde resid¨ªa Juan Flores. A las diez de la ma?ana de hoy se celebrar¨¢ una misa de cuerpo presente y, a continuaci¨®n, el sepelio.
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