Juan Madrid y Jes¨²s Pardo, dos periodistas que apuestan por la literatura, hablan de sus ¨²ltimas novelas
Ambos son veteranos periodistas y, aunque no nacieron en Madrid, pululan por sus calles y se sirven de la gran ciudad para poner escenario a sus relatos. Ambos tambi¨¦n acaban de presentar su ¨²ltima obra: Juan Madrid, malague?o, de 37 a?os, redactor de sucesos de Cambio 16, est¨¢ en su tercera novela, Nada que hacer, Jes¨²s Pardo, santanderino, de 57 a?os, redactor cultural de Efe, est¨¢ en su segunda obra, Ramas secas del pasado, que, como la anterior, ha sido editada por Seix Barral. A pesar de los aparentes puntos de contacto, se trata de dos literaturas bien distintas. Mientras Pardo apuesta por la novela tradicional, que describe como "una an¨¦cdota bien contado", Madrid se decanta por el g¨¦nero negro y dice que lo importante es "contar historias" y que el lector "haga de la novela una experiencia propia".
"Nada que hacer es la historia de una venganza, de una frustraci¨®n", dice Juan Madrid, malague?o de 37 a?os de edad, redactor de sucesos de la revista Cambio 16. "El protagonista, Silverio Roca, es un h¨¦roe solitario, rom¨¢ntico, un atracador que se enfrenta continuamente con la estructura del poder. Se trata de un personaje real que conoc¨ª; un viejo atracador que cumpl¨ªa 20 a?os de c¨¢rcel". Nada que hacer, t¨ªtulo que hace alusi¨®n a la impotencia y a la probable inutilidad de enfrentarse contra esa estructura del poder, es una novela negra, como las dos anteriores obras de Juan Madrid, Un beso de amigo y Las apariencias no enga?an.Novela que el tambi¨¦n escritor y periodista, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, que present¨® el libro en la sede de Detectives Monopol, calific¨® de descarnada. "Yo creo que este tipo de literatura es la ¨²nica posible en estos momentos, tiempo de crisis, de delincuencia de todo tipo, de ruptura de valores", dice Madrid.
El autor de Nada que hacer opina que lo importante es contar historias que la gente crea y le interesen y afirma que se divierte much¨ªsimo escribiendo sus novelas porque la literatura no coacciona tanto como el reportaje, que no deja lugar para la ficci¨®n, que tiene que estar mucho m¨¢s ajustado a la realidad.
El ritmo oculto de la obra
La literatura que practica Juan Madrid es amena, tiene el suspense propio de este tipo de novelas y resulta enormemente f¨¢cil de leer. Como muy comunmente se comenta 'se lee de un tir¨®n'. Detalles todos que no siempre son bien mirados, seg¨²n Juan Madrid. "Busco tambi¨¦n el ritmo oculto; conseguir ese eco que dejan las palabras o esa historia oculta. Lo no dicho, lo intu¨ªdo, lo que se puede percibir tras las palabras. La novela es como un iceberg, del que s¨®lo se ve una m¨ªnima parte".Como periodista que es, "el mejor oficio del mundo", que disfruta, adem¨¢s, enormemente con la cr¨®nica de sucesos, Juan Madrid define tambi¨¦n su ¨²ltima novela, Nada que hacer, como un c¨²mulo de "sue?os de reportajes" y le fascinan las situaciones l¨ªmite, como el asesinato o el robo, actos ambos propios de la delincuencia. "Aunque yo creo que siempre se deja al margen al ladr¨®n de guante blanco, al gran estafador, que es un delincuente como el que m¨¢s. Esa es la cr¨®nica de nuestro tiempo. En mis novelas el capitalista es siempre el malvado, el de la doble moral. Porque el mundo, desgraciadamente, est¨¢ dividido en explotadores y explotados, humillados, ofendidos. Esa es la gran ciudad; esa es la realidad", afirma.
"Siempre he querido vivir de la pluma"
Frente a la gran ciudad de hoy, Jes¨²s Pardo ha evocado el Madrid de ayer en Ramas secas del pasado, novela de estructura cl¨¢sica -"la literatura experimental me parece un fraude"- y realista -"mis maestros son Honor¨¦ de Balzac y Emile Zola"-, en la que el autor ha querido describir "la bohemia, la desesperanza econ¨®mica y vital que se viv¨ªa aqu¨ª, en la capital de Espa?a, en el a?o 1949". Como en su primera novela, Ahora es preciso morir, el personaje central es de nuevo Alejandro Malalbear, que ahora deja su ciudad, Santander, y llega al Madrid de entonces "de la berza, de la escasez, el racionamiento y la dictadura, en el que se enfrentan el mundo oficial con el de la calle; en el que relacionarse con un grupo de extranjeros es la ¨²nica forma de respirar un poco, de que entren aires nuevos".El autor de La colmena, Camilo Jos¨¦ Cela, estuvo en la presentaci¨®n de Ramas secas del pasado de dos formas diferentes. El Cela de hoy habl¨® de la nueva obra y, sobre todo, de su autor, que "creo tiene madera, verdadero talante de escritor; es violento, descarnado, domina el lenguaje y tiene imaginaci¨®n". El Cela de ayer, el de hace 30 a?os, estaba tambi¨¦n all¨ª, encarnado en uno de los personajes de la novela presentada, con otro nombre, pero "f¨¢cilmente reconocible", seg¨²n Pardo.
Para Jes¨²s Pardo, el ejercicio del periodismo y el de la literatura son igualmente manifestaciones literarias. "Del periodismo aprendes la concisi¨®n", dice. "Lo importante, lo que yo siempre he buscado, es vivir de la pluma".
Su proyecto literario es el de hacer una serie de cinco relatos que se suceden en sus planteamientos, pero que son, al mismo tiempo, cinco libros totalmente independientes. Una s¨®lida y extensa obra literaria que abarcar¨ªa una etapa comprendida entre la d¨¦cada de los veinte y la d¨¦cada de los sesenta.
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