Indonesia, la cuenca asi¨¢tica del Pac¨ªfico y la econom¨ªa espa?ola
Dos hechos han subrayado, en el curso de los ¨²ltimos meses, la positiva tendencia que registran las relaciones econ¨®micas entre Espa?a e Indonesia. Uno tuvo lugar el pasado 10 de septiembre: la presentaci¨®n, simult¨¢neamente en Bandung (Indonesia) y Getafe, del nuevo avi¨®n CN-235, desarrollado conjuntamente por CASA y Nurtanio (la empresa aeron¨¢utica indonesia). El CN-235 es el primer modelo propio de la aeron¨¢utica indonesia, al. mismo tiempo que es un avi¨®n espa?ol. Para fines del pr¨®ximo a?o est¨¢n previstas las primeras entregas, existiendo ya 124 pedidos en firme. El mercado potencial se estima en 600 aparatos.Para comprender el significado de la operaci¨®n debe tenerse en cuenta que es ¨¦sta la primera vez que la aeron¨¢utica espa?ola desarrolla un nuevo modelo a base de la cooperaci¨®n bilateral con otro pa¨ªs. Ni siquiera en Latinoam¨¦rica se ha alcanzado una f¨®rmula de cooperaci¨®n semejante. Por otra parte, las transferencias de tecnolog¨ªa se han hecho por parte de CASA en forma tan abierta, como reconocen los indonesios, que sin exageraci¨®n se puede afirmar que constituyen una contribuci¨®n a ese nuevo c¨®digo de conducta Norte-Sur, todav¨ªa en formaci¨®n, conocido como Nuevo Orden Econ¨®mico Internacional.
El segundo de los hechos a que me refiero es la terminaci¨®n, el pasado mes de febrero, en Dumai (Sumatra), de una refiner¨ªa construida por un consorcio internacional dirigido por las empresas espa?olas Centuni¨®n y T¨¦cnicas Reunidas. El coste del proyecto fue de 1.300 millones de d¨®lares. El valor de los equipos y servicios espa?oles asciende a unos 650 millones de d¨®lares.
Centuni¨®n ha construido, adem¨¢s, tres plantas cementeras en Indonesia. La capacidad combinada de todas ellas es de 3,5 millones de toneladas de clinker anuales. Esta misma empresa y T¨¦cnicas Reunidas forman parte de un, consorcio que est¨¢ construyendo un tren de laminado en fr¨ªo en Java.
Las relaciones econ¨®micas entre Espa?a e Indonesia han tenido un desarrollo muy r¨¢pido, ya que los primeros contactos de CASA en este pa¨ªs datan de 1974, y los de Centuni¨®n, de 1976. Si bien las cifras que arroja la balanza son todav¨ªa modestas, el crecimiento de nuestras exportaciones ha sido muy fuerte: de 18 m¨ªllones de d¨®lares en 1977, a 46 millones en 1980, 85 millones en 1981, 137 millones en 19,82 y 157 millones en 1983. La importaci¨®n espa?ola pas¨¦ de 67 millones de d¨®lares en 1977, a 87 millones en 1980, 65 millones en 1981, 58 millones en 1982 y 49 millones en 1983.
Ventajas para la inversi¨®n
Es cierto que Indonesia, como tantos pa¨ªses, atraviesa una coyuntura econ¨®mica delicada a causa de la reducci¨®n de los precios del petr¨®leo y de la recesi¨®n mundial. Sin embargo, la alarma de principios de 1982, cuando no se exclu¨ªa una ca¨ªda del precio de los crudos de mucha mayor gravedad que la que realmente se produjo, ha dado paso a una situaci¨®n de moderado optimismo, tanto por la aparente estabilizaci¨®n del precio del petr¨®leo de la OPEP como por las valientes decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica tomadas por las autoridades indonesias (reducci¨®n de subvenciones a combustibles y alimentos, devaluaci¨®n de la rupia en un 38%, aplazamiento de diversos proyectos industriales de gran envergadura y liberalizaci¨®n del sistema bancario para movilizar el ahorro privado).
Estas medidas, aplaudidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, evitaron un endeudamiento que podr¨ªa haber llevado a Indonesia a una situaci¨®n cr¨ªtica similar a la de ciertos pa¨ªses latinoamericanos.
A corto plazo, pese a las obvias limitaciones que estas medidas llevan aparejadas, Indonesia sigue siendo uno de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo que mejores perspectivas para hacer negocios ofrece a las empresas extranjeras. Ser¨ªa un error, en consecuencia, mirar a Indonesia y al sureste de Asia con gafas mexicanas.
Estos buenos augurios se han confirmado recientemente. En febrero, Indonesia acudi¨® al mercado financiero internacional en solicitud de un pr¨¦stamo de 500 millones de d¨®lares. La buena disposici¨®n registrada fue tal que, finalmente, Indonesia acept¨® 750 millones de d¨®lares. Esto demuestra que la comunidad financiera internacional tiene un grado de confianza muy elevado en la econom¨ªa indonesia y en los gestores de su pol¨ªtica econ¨®mica.
M¨¢s all¨¢ de la coyuntura pensando a medio y a largo plazo, Indonesia ofrece grandes posibilidades. ?stas son algunas cifras de su cuadro macroecon¨®mico: la poblaci¨®n asciende a 150 millones de habitantes y alcanzar¨¢ los 217 millones a fin de siglo. La renta per c¨¢pita pas¨®, seg¨²n cifras del Banco Mundial, de los 80 d¨®lares en 1970 a 580 d¨®lares el pasado 4?o. La tasa de crecimiento se ha situado en la pasada d¨¦cada entre el 7% y el 10%. Del 7% en 1981 disminuy¨® a un 2,2% en 1982. Para 1983, el Banco Mundial acaba de facilitar la cifra del 4,5%, superior a la prevista. La inflaci¨®n fue del 7,3% en 1981, del 10% en 1982 y del 12% en 1983.
La balanza de pagos indonesia ha registrado en los ¨²ltimos a?os, a causa de la crisis econ¨®mica mundial y de la disminuci¨®n del precio de los crudos, un r¨¢pido deterioro. De un super¨¢vit en la balanza por cuenta corriente de 2.500 millones de d¨®lares en 1980 pas¨® a un d¨¦ficit por id¨¦ntica cifra en 1981. En 1982, el d¨¦ficit por cuenta corriente ascendi¨® a 6.800 millones de d¨®lares. En 1983 se redujo el d¨¦ficit, siguiendo los consejos del Banco Mundial y con la ayuda de las medidas ya rese?adas, a 6.500 millones de d¨®lares. Se espera que esta cifra disminuya progresivamente en los pr¨®ximos a?os. El pago de la deuda exterior supone un 21% del valor de las exportaciones.
Las reservas de Indonesia, que se han recuperado tras las comentadas medidas del Gobierno, se acercan a los 8.000 millones de d¨®lares, suficientes para financiar cinco meses de importaciones. Adem¨¢s del espectacular proceso de desarrollo de los ¨²ltimos a?os, hay que tener en cuenta que Indonesia es uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo en materias primas: petr¨®leo, el primer productor y exportador del mundo en gas natural licuado, la segunda reserva de maderas tropicales del mundo, tras el Amazonas, segundo productor mundial de caucho, tercer productor mundial de esta?o, reservas importantes de carb¨®n, bauxita, n¨ªquel, etc¨¦tera. Tiene mano de obra abundante y barata, y una pol¨ªtica econ¨®mica seria gestionada por personal muy Ciapacitado.
El contexto de la zona
Indonesia debe contemplarse dentro de la zona econ¨®mica a la que pertenece, la formada por los pa¨ªses de econom¨ªa no planificada de la cuenca asi¨¢tica del Pac¨ªfico.
Componen esta zona un pa¨ªs muy desarrollado (Jap¨®n), gran locomotora de la regi¨®n y aun del mundo; cuatro pa¨ªses de industrializaci¨®n reciente (Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwan) y otros cuatro pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo (Indonesia, Tailandia, Malaisia y Filipinas). En su conjunto, los pa¨ªses de la cuenca asi¨¢tica del Pac¨ªfico han crecido m¨¢s de un 7% en la ¨²ltima d¨¦cada, por lo que se la puede considerar la zona m¨¢s din¨¢mica de la econom¨ªa mundial. Cada d¨ªa parece m¨¢s claro que el centro de gravedad de ¨¦sta se est¨¢ desplazando del Atl¨¢ntico al Pac¨ªfico, y el siglo XXI bien pudiera ser, como algunos dicen ya, el "siglo del Pac¨ªfico". Desde 1975, Estados Unidos mantiene a trav¨¦s del Pac¨ªfico unos intercambios comerciales superiores a los que mantiene a trav¨¦s del Atl¨¢ntico. Asia es ya el principal proveedor de bienes manufacturados de Estados Unidos, donde se levantan voces previendo que en el futuro este pa¨ªs puede llegar a convertirse en un exportador de productos agr¨ªcolas y materias primas a los pa¨ªses asi¨¢ticos e importador de manufacturas y alta tecnolog¨ªa de los mismos. Los pol¨ªticos y hombres de negocios de Estados Unidos y Europa occidental est¨¢n s¨®lo empezando a captar las verdaderas implicaciones de esta tendencia.
Es obvio que, para Espa?a, Jap¨®n y los cuatro pa¨ªses ya industrializados citados son grandes competidores en los mercados mundiales, y la capacidad de penetraci¨®n de nuestros productos industriales en ellos es limitada. Los cuatro pa¨ªses. en v¨ªas de desarrollo de la zona son los que ofrecen mejores perspectivas para nuestra industria. Estos pa¨ªses forman, junto con Singapur, la ASEAN (Asociaci¨®n de Pa¨ªses del Sureste Asi¨¢tico). Consta de 260 millones de habitantes y tiene un PIB superior a los 200.000 millones de d¨®lares, adem¨¢s de gran abundancia de mano de obra y de materias primas. Su comercio, tanto de importaci¨®n como de exportaci¨®n, creci¨® durante la pasada d¨¦cada un promedio de un 20% anual.
Un informe del Comit¨¦ de Industria y Comercio de la C¨¢mara, de los Comunes brit¨¢nica y otro del Institut f¨²r Writschafforschung de Munich, dirigido al empresariado europeo, llegan a conclusiones parecidas: los empresarios y las administraciones de los pa¨ªses occidentales han visto con retraso las posibilidades econ¨®micas de la zona y deben redoblar sus esfuerzos de penetraci¨®n en ella.
A fines de abril de este a?o visit¨® Indonesia el presidente de la comisi¨®n de la CEE, Gaston Thorn, (la ASEAN es el ¨²nico grupo, adem¨¢s de la Convenci¨®n Lom¨¦, con el que la CEE mantiene un di¨¢logo a nivel ministerial), quien se pronunci¨® en id¨¦ntica forma que los dos informes citados, subrayando la necesidad del estrechamiento de lazos entre la CEE y la ASEAN.
Las posiblidades de Espa?a en la zona, demostradas ya con hechos bien elocuentes en el caso de Indonesia, obedecen a estas razones: somos una potencia de grado medio que no suscita el m¨¢s m¨ªnimo temor de poder inducir dependencia alguna; carecemos de un pasado colonial rec¨ªente en la zona y de la mala imagen que siempre lleva aparejado; nuestra tecnolog¨ªa es m¨¢s asequible que otras m¨¢s avanzadas, y hemos demostrado que la compartimos en forma m¨¢s abierta que otros. Las transferencias de tecnolog¨ªa, siguiendo el modelo CASA-Nurtanio, son un instrumento esencial para intensificar nuestra presencia econ¨®mica en toda la zona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.