Una dif¨ªcil sucesi¨®n
La sucesi¨®n del secretario general del Partido Comunista italiano, Enrico Berlinguer, en el caso de que no se recupere de la grave hemorragia cerebral que le abati¨® el jueves en Padua, no ser¨¢ f¨¢cil porque sorprende al partido en un momento muy particular de crisis pol¨ªtica. Se trata de un partido m¨¢s dividido internamente de lo que aparece en el exterior.Fundamentalmente existen hoy en el PCI dos grandes tendencias. Una es la de Berlinguer, que es mayoritaria, sobre todo entre los l¨ªderes hist¨®ricos, y que se caracteriza por la dura oposici¨®n al partido socialista, hoy en el Gobierno, y de simpat¨ªa hacia la izquierda democristiana. La otra la encarna Giorgio Napolitano, que propugna, al contrario, un di¨¢logo con los socialistas y con los llamados partidos laicos. Es una tendencia minoritaria.
Al margen de estas dos grandes tendencias, existe, por una parte, el min¨²sculo grupo de filosovi¨¦ticos, representado por Armando Cossutta, que por lo menos en el momento actual est¨¢ m¨¢s bien aislado, y, por otra, la del intelectual de la izquierda del partido, el filocat¨®lico Pietro Ingrao.
Si la elecci¨®n de Berlinguer hace 12 a?os fue el fruto de un compromiso entre las dos tendencias de entonces muy parecidas a las actuales y que estaban encarnadas en el conservador Giorgio Amendola y en el progresista Ingrao, hoy podr¨ªa llegarse a una soluci¨®n semejante. Por eso, m¨¢s que un problema de personas, la sucesi¨®n de Berlinguer plantea un problema de l¨ªnea pol¨ªtica. El partido tendr¨¢ que pensarlo dos veces antes de nombrar al nuevo l¨ªder del mayor partido comunista de Occidente.
Las personalidades que podr¨ªan tener en este momento mayores probabilidades para suceder a Berlinguer, seg¨²n los observadores, son Renato Zangheri -que revel¨® sus dotes pol¨ªticas y administrativas durante su paso por la alcald¨ªa de Bolonia y que hoy es un hombre de gran prestigio en la direcci¨®n del partido-, un berlingueriano liberal de extraci¨®n burguesa, o Giorgio Napolitano. Sin olvidar al delfin, quiz¨¢ demasiado joven, Achille Occhetto, hijo espiritual de Ingrao, pero fiel alumno de Berlinguer, ni a Luciano Lama, el alma sindical del partido comunista, que ser¨ªa la soluci¨®n m¨¢s innovadora. Con Lama, el PCI podr¨ªa abrir una nueva era en su historia.
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