Las contradicciones del eurocomunismo
Aunque el t¨¦rmino eurocomunismo haya dejado de estar de moda -el propio Berlinguer casi no lo empleaba en los ¨²ltimos a?os-, no cabe duda de que la personalidad de Berlinguer est¨¢ ligada a ese intento de transformaci¨®n del comunismo tradicional que tuvo lugar en la Europa de los a?os setenta. Si bien existen ra¨ªces anteriores, en particular en el memorial que Togliatti dej¨® escrito en Yalta horas antes de morir, se expresa ya una tendencia hacia un comunismo occidental susceptible de enfrentarse con el sistema autoritario sovi¨¦tico, considerado anteriormente como el modelo a seguir.Poco despu¨¦s del nombramiento de Berlinguer como secretario general del PCI, los partidos comunistas de Europa occidental celebraron en Bruselas una conferencia que era un primer intento de perfilar un programa en el que pudiesen coincidir partidos comunistas independientes de Mosc¨², decididos a luchar en los marcos democr¨¢ticos y convencidos de que sin un acuerdo con los socialistas no hab¨ªa posibilidad de realizar transformaciones progresistas en Europa. Desde el primer momento, las reticencias francesas se hicieron patentes. Por otro lado, ese proyecto requer¨ªa transformaciones profundas en lo que hab¨ªa sido el comunismo cl¨¢sico. El papel espec¨ªfico de Berlinguer -su papel hist¨®rico- consiste en que ha sido capaz de realizar en el seno del PCI una renovaci¨®n, no s¨®lo en las concepciones estrat¨¦gicas, sino en aspectos de la propia identidad del partido.
Quiz¨¢ lo m¨¢s dificil era convertir en realidad la independencia de la URSS. El PCI lo ha logrado sin excesivas rupturas, neutralizando de hecho a los sectores anclados en el pasado. Considerado por muchos como persona muy cauta, que mide cada uno de sus pasos, lo cierto es que Berlinguer ha sabido romper algunos de los mitos sagrados del comunismo tradicional: declar¨® que el impulso revolucionario de la revoluci¨®n de 1917 estaba agotado. Por tanto, la raz¨®n de ser del comunismo tendr¨ªa que renovarse profundamente. Partiendo de que el movimiento comunista internacional no existe, el PCI ha abierto el abanico de sus relaciones internacionales. Mientras ten¨ªa en Italia una situaci¨®n conflictiva con Craxi, ha mantenido intensas relaciones, en particular con los socialdem¨®cratas de Alemania Occidental y con los socialistas franceses.
Debate interno
Sobre todo en los ¨²ltimos a?os, Berlinguer ha facilitado el debate interno en el PCI, incluso sobre los problemas, antes tab¨²es, del funcionamiento y estructura del partido; ha fomentado la confrontaci¨®n de diversas opiniones. Ha sido particularmente audaz en un cambio de las actitudes, antiguas no s¨®lo org¨¢nicas, sino mentales, intelectuales, en relaci¨®n con los nuevos movimientos sociales, y con las nuevas corrientes pol¨ªticas y culturales que han aparecido en Italia y en toda Europa.En el per¨ªodo en que Berlinguer ha ocupado la secretar¨ªa general se ha producido una profunda evoluci¨®n de la actitud de los comunistas italianos en la cuesti¨®n de la construcci¨®n europea. ?l ha impulsado personalmente ese proceso: es diputado del Parlamento Europeo, participa activamente en sus trabajos; en realidad, es un pol¨ªtico europeo y goza como tal de gran prestigio, incluso entre sus adversarios. Es una evoluci¨®n que desborda el marco pol¨ªtico; afecta a concepciones te¨®ricas esenciales. El PCI ha defendido, frente a los comunistas franceses y tambi¨¦n frente a algunos socialistas, el nuevo tratado de uni¨®n europea aprobado recientemente en Estrasburgo, que tiende a introducir formas de supranacionalidad. Todas las discusiones sobre los caminos para avanzar hacia la Europa pol¨ªtica parten de dicho tratado. Y no puede olvidarse que la iniciativa en esta cuesti¨®n corresponde a Spinelli, diputado elegido como independiente en las listas del PCI.
El eurocomunismo, como fen¨®meno europeo, carece hoy de realidad. En cambio, es indiscutible que el PCI es una de las grandes fuerzas de la izquierda en Europa. Para comprender esa contradicci¨®n hay que considerar los cambios que Berlinguer ha sabido llevar a cabo en el PCI. Berlinguer, tras una imagen de modestia, casi de timidez, siempre ha sabido lo que quer¨ªa y, en gran parte, lo ha hecho.
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