La ¨²ltima 'queimada' del curso
Conforme a su costumbre, Manuel Fraga se levant¨® de la mesa poco antes de medianoche y se despidi¨® de los periodistas con un "bueno, se?ores, ma?ana tengo que madrugar". Hab¨ªa concluido la que muy probablemente ser¨¢, en el actual curso pol¨ªtico, la ¨²ltima de sus tradicionales queimadas con la Prensa, y en el ambiente qued¨® flotando la eterna pregunta: ?qu¨¦ futuro tiene la alternativa al socialismo?Las emisoras de radio transmit¨ªan en aquellos momentos una ins¨®lita conferencia de prensa con el presidente del Gobierno. Rodeado de algunos de sus fieles -Robles Piquer, Fern¨¢ndez Albor, Jorge Verstrynge, Rogelio Ba¨®n-, el l¨ªder de la oposici¨®n conservadora contemplaba c¨®mo alguno de los treinta periodistas que se sentaban a la mesa escuchaba, de cuando en cuando, un peque?o transistor para conocer qu¨¦ estaba diciendo Felipe Gonz¨¢lez. Fraga tuvo una reacci¨®n inmediata, de pol¨ªtico con oficio: se ofreci¨® p¨²blicamente a protagonizar una conferencia de prensa similar a la que en aquellos momentos se celebraba en la Moncloa, con los mismos medios radiof¨®nicos y en los mismos t¨¦rminos. Pero, hasta ahora, nadie ha recogido este guante.
Luego, el presidente de AP atac¨® a fondo, calificando de "desverg¨¹enza" la promesa electoral socialista de crear 800.000 puestos de trabajo. Destac¨® las contradicciones en el Gobierno a prop¨®sito del tema OTAN y afirm¨® que su partido no se considerar¨ªa vinculado por los resultados de un refer¨¦ndum convocado por el Gobierno socialista, dejando entender que, en el caso de llegar al poder, Coalici¨®n Popular propiciar¨ªa una plena integraci¨®n de Espa?a en el sistema militar de la Alianza.
Pero la de la noche del martes fue una queimada l¨¢nguida, de conversaci¨®n coyuntural. A Fraga no se le formulan ya las grandes preguntas porque se conocen sus respuestas. Los rumores sobre desavenencias internas en AP son despachados con frases lac¨®nicas, pronunciadas en tono irritado: "Alfonso Osorio es el mejor vicepresidente, el m¨¢s leal, que lo sepan quienes lanzan rumores en otro sentido", dijo, tal vez olvidando la presencia en la mesa del vicepresidente primero de su partido, el presidente de la Xunta de Galicia, Gerardo Fern¨¢ndez Albor.
Lo mismo sucede cuando se habla de la marcha de Coalici¨®n Popular en general y de las relaciones con el PDP de Alzaga en particular. Incluso le cuesta trabajo reconocer p¨²blicamente que el tradicional absentismo de sus diputados afecta profundamente a la imagen que la opini¨®n p¨²blica pueda tener de la oposici¨®n conservadora, por m¨¢s que en las reuniones internas del Grupo Popular pida una y otra vez una mayor disciplina parlamentaria. Cuando se le pregunta por la definitiva configuraci¨®n de esa mayor¨ªa natural que, seg¨²n ¨¦l, batir¨¢ a la mayor¨ªa socialista, Fraga despacha al curioso advirti¨¦ndole que ¨¦l no especula sobre el futuro.
No admite dudas sobre su liderazgo personal al frente de la oposici¨®n conservadora -"estoy fuerte como un roble gallego", dijo recientemente, en frase que se hizo c¨¦lebre- y se enfurece en privado cuando alg¨²n fot¨®grafo le capta sesteando en el esca?o. Medios pr¨®ximos a Fraga aseguran que el presidente de AP es consciente de que algunos c¨ªrculos, incluso no lejanos a su partido, especulan con una sucesi¨®n en el liderazgo de la oposici¨®n conservadora, alegando que "a este paso no ganamos ni las pr¨®ximas elecciones ni las de 1990". Pero tambi¨¦n es consciente de que, por el momento, ¨¦l es el ¨²nico con el carisma y la fuerza suficiente como para intentar detener lo que en medios del Grupo Popular se califica como riesgo de mexicanizaci¨®n en caso de que los socialistas se perpet¨²en en el poder.
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