Los nuevos autores se quejan del olvido que sufren en los teatros institucionales

La dotaci¨®n de v¨ªas a trav¨¦s de las que mostrar al p¨²blico las nuevas creaciones teatrales es la mejor pol¨ªtica que puede hacer la Administraci¨®n, seg¨²n la opini¨®n generalizada de los asistentes a la tercera y ¨²ltima jornada del Seminario La escritura teatral a debate, organizado por el Centro de Nuevas Tendencias Esc¨¦nicas del Ministerio de Cultura. Los asistentes al encuentro se quejaron -el n¨²mero de quejas ser¨ªa innumerable- del olvido que sufren en la programaci¨®n de los teatros institucionales.

La sesi¨®n matutina de ayer estuvo dedicada a dialogar sobre cu¨¢l debe ser la pol¨ªtica teatral de los poderes p¨²blicos. Frente a la afirmaci¨®n hecha el d¨ªa anterior por Albert Boadella ("hay que expulsar de la sala al administrador pol¨ªtico cultural"), ayer se ped¨ªa atenci¨®n y apoyo por parte de la Administraci¨®n hacia las obras de estos llamados j¨®venes autores, surgidos, en su mayor parte, en la d¨¦cada de los sesenta, al amparo de un teatro militante y politizado que dej¨® de tener sentido a partir de 1975.Carla Matteini centr¨® la discusi¨®n sobre la actuaci¨®n pol¨ªtica, para advertir que los centros dram¨¢ticos nacionales no son Lourdes ni pueden estrenar veinte obras al a?o, pero que s¨ª que se les puede exigir que cuenten con una mayor intervenci¨®n de los autores j¨®venes y que se creen equipos de trabajo vivos y din¨¢micos.

Varias intervenciones se?alaron el papel electoral de los teatros institucionales donde se comenta un n¨²mero reducido de grandes obras que constituyen una clara operaci¨®n de prestigio, pero que se olvidan de proteger otra clase de teatro. ?ngel Alonso lleg¨® a¨²n m¨¢s lejos al afirmar que en los centros dram¨¢ticos nacionales se siguen haciendo el mismo tipo de producciones que cuando Tamayo era director.

Otra constante de ayer fueron las repetidas alusiones a la Prensa -concretamente, a este peri¨®dico- por considerar que informar del ¨²nico debate vivo que se ha producido en el encuentro (v¨¦ase EL PAIS de ayer) es una acci¨®n sensacionalista y amarillista.

La funci¨®n del equipo

Tanto ayer como durante las dos jornadas anteriores, los coloquios que han seguido a los debates han estado presididos por repetidas disgresiones sobre cu¨¢l es la vanguardia teatral en estos momentos. A tenor de lo o¨ªdo en la sala, la discusi¨®n se centra en la creaci¨®n en equipo o en la creaci¨®n individual del escritor. Las referencias al p¨²blico para aclarar este extremo han sido escasas.Y los ejemplos puestos en la misma sala sobre diferentes visiones acerca de esa vanguardia est¨¢n en el teatro que algunos grupos hacen en Catalu?a (Joglars, Comediants, la Fura dels Baus) frente a una dramaturgia calificada de experiemental y progresista que no se lleg¨® a definir.

Jordi Mesalles opina que puede que haya que dejar de definir lo que es vanguardia, porque ¨¦sta puede estar en muchas clases de teatro. "Yo, por ejemplo, reconozco la gran labor de esos grupos que aqu¨ª se est¨¢n mencionando tanto", explica, "porque hacen un teatro ligado a la provocaci¨®n y la animaci¨®n de los espacios urbanos. Cuando digo que hacen el teatro que le interesa a Jordi Pujol, debe entenderse como una broma, porque lo que quiero precisar es que sirven de liberaci¨®n para las clases medias.

Respecto a lo que espera de este encuentro, Mesalles dice que el inter¨¦s est¨¢ en "que se desbloqueen los saberes individuales y se analice la atomizaci¨®n de los grupos independientes sufrida a partir de 1975. Con que se produzca ese di¨¢logo es ya bastante".

En opini¨®n de. Albert Boadella, director de Els Joglars, protagonista del m¨¢s duro debate del seminario y que en sus 25 a?os dedicados al teatro ha creado veinte obras, opina que este seminario de j¨®venes autores tiene el inter¨¦s de poner en contacto a los colegas, no por los planes culturales que se puedan decidir.

Del papel jugado por los grupos de teatro independiente surgidos en la d¨¦cada de los sesenta, la mayor parte de los cuales asiste a este encuentro, Boadella dice que "son gentes que denunciaron y rompieron con el teatro desfasado de la corte franquista, pero adolecen de querer decir cosas muy importantes al margen del medio. Eran producto del psicodrama pol¨ªtico y ahora est¨¢n desplazados".

Boadella no cree en la definici¨®n de la vanguardia. "La investigaci¨®n es un cuento para no hacer nada. En su nombre se han ido matando todas las artes. La vanguardia, lo contempor¨¢neo, es lo que est¨¢ a nuestro lado. No basta con ponerse unos tejanos y hacer contorsiones sobre un escenario para conectar con la sensibilidad de esta ¨¦poca. En el teatro hay que distraer al espectador durante dos horas, y si eso no se consigue, es que no hay ni oficio, ni talento, ni, por supuesto, vanguardia".