El funcionario, consciente de su mala imagen
Una encuesta realizada el pasado a?o por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas entre 1.698 funcionarios, para saber su opini¨®n ante algunos aspectos de la reforma administrativa, ofrec¨ªa algunas conclusiones especialmente significativas: el 80% es consciente de que los funcionarios tienen mala imagen ante la opini¨®n publica; la mitad de ellos no conf¨ªa en la eficacia de la Administraci¨®n; el mismo porcentaje opina que la f¨®rmula empleada para la promoci¨®n ha sido tanto la "buena preparaci¨®n" como "la amistad" con el Gobierno de turno, y el 41% considera que sobran funcionarios.Esta situaci¨®n, por otra parte, no parece nueva. Desde la consagraci¨®n de las cesant¨ªas a finales del pasado siglo, la peculiar carrera administrativa que consagraba el Estatuto de Maura y que lleg¨® a configurar un sistema en el que hab¨ªa m¨¢s jefes que indios, y los malabarismos de la posguerra espa?ola, donde las tasas constitu¨ªan un elemento primordial en el cap¨ªtulo retributivo, no se puede decir que los funcionarios espa?oles de a pie hayan tenido aparentemente excesivos motivos de orgullo profesional, aparte de los derivados de la seguridad en su empleo.
Sin embargo, los mejor situados, los pertenecientes a la aristocracia dorada de los altos cuerpos, han conseguido ir perfeccionando un esquema fuertemente te?ido de un corporativismo que tuvo su m¨¢ximo exponente con la llegada de la tecnocracia opusde¨ªstica al poder, a principios de la d¨¦cada de los sesenta. A partir de este momento, y dada la peculiar vertebraci¨®n pol¨ªtica de la Espa?a de los ¨²ltimos a?os del pasado r¨¦gimen, los puestos de responsabilidad son cubiertos en la mayor parte de los casos por t¨¦cnicos de alto grado de la Administraci¨®n. El ingreso en el Movimiento para hacer carrera pol¨ªtica comenzaba a estar ya mal visto.
Los esquemas meritocr¨¢ticos sobre los que se fundamentan estos altos cuerpos experimentan importantes conmociones, que transcurren en paralelo con la p¨¦rdida de poder pol¨ªtico que registran sus iaiembros a partir de la restauraci¨®n del modelo de Estado democr¨¢tico. Esta situaci¨®n se ve agravada, para estos funcionarios, por una p¨¦rdida real de poder econ¨®mico y las d¨ªficultades para mantener sus cotos hist¨®ricos. Sin embargo, una parte importante de estos funcionarios, seg¨²n las impresiones m¨¢s generalizadas entre los expertos en las materias de la Administraci¨®n, han votado al PSOE en las ¨²ltimas elecciones, apostando por una modernizaci¨®n de las estructuras del aparato del Estado.
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