Juli¨¢n Ariza, a punto de perder el control de Comisiones Obreras
Juli¨¢n Ariza perder¨¢ poder en el secretariado permanente, m¨¢ximo ¨®rgano de decisi¨®n de CC OO. Una de las secretar¨ªas de mayor influencia, la de organizaci¨®n, parec¨ªa ayer irremediablemente perdida para esta tendencia con la salida casi segura de F¨¦lix P¨¦rez. El sector de Antonio Guti¨¦rrez, los gerardistas u oficialistas, s¨®lo hab¨ªa ofrecido a Juli¨¢n Ariza sus propias secretar¨ªas (la de relaciones pol¨ªticas y unitarias y la de finanzas), aunque est¨¢n dispuestos a cederle una tercera, siempre que sea de escasa importancia. Ariza asegur¨® ayer que si se pon¨ªan vetos a personas o secretar¨ªas, es decir, si pierde parte del poder que actualmente tiene estaba dispuesto a llevar su candidatura hasta el final del III Congreso de Comisiones Obreras, que se est¨¢ celebrando en Madrid.Cuatro candidaturas llegaron ayer a comisi¨®n: la oficial; la de Juli¨¢n Ariza; la de los prosovi¨¦ticos, encabezada por Alfredo Clemente, y la de la Liga Comunista Revolucionaria, encabezada por Joaqu¨ªn Nieto. Y las cuatro ten¨ªan en la noche de ayer todas las posibilidades de llegar al pleno. Los intentos de acuerdo por conseguir una lista unitaria no fructificaron. Los gerardistas, la tendencia encabezada por Antonio Guti¨¦rrez y Agust¨ªn Moreno, no estaban dispuestos ayer a ceder ni un ¨¢pice en el secretariado. Y no s¨®lo eso: quieren que pase bajo su control la secretar¨ªa de organizaci¨®n, hoy en manos de F¨¦lix P¨¦rez, uno de los hombres de Ariza.
La primera batalla para definir la correlaci¨®n de fuerzas entre los dos grandes bloques se libr¨® ayer a la hora de elegir el presidente de la comisi¨®n de candidaturas: Antonio Guti¨¦rrez obtuvo 26 votos, y Juli¨¢n Ariza, siete. Ninguna de las propuestas de Ariza ten¨ªa, salvo cambios de ¨²ltima hora, muchas posibilidades. Pasa a la p¨¢gina 39
Los 'carrillistas' perder¨¢n casi toda la influencia en el secretariado de CC OO
Viene de la primera p¨¢gina
Ariza quiere las secretar¨ªas que tiene en este momento: la de relaciones pol¨ªticas, la de organizaci¨®n y la de finanzas. Si pierde la de organizaci¨®n, la de finanzas -directamente dependiente de aqu¨¦lla- tiene muy escaso valor. Otra de sus alternativas -ampliar en dos secretar¨ªas el secretariado actual- era ayer cuestionada mayoritariamente.
Hay que tener en cuenta que el reparto de secretar¨ªas no se realiza en el congreso. Se lleva a cabo, posteriormente, por la ejecutiva. Y que nada impide que si una tendencia obtiene la mayor¨ªa absoluta, como parece que va a ser el caso, puede, en pura hip¨®tesis, formar un secretariado monocolor. Sin embargo, la pr¨¢ctica habitual, en una organizaci¨®n que mantiene unos sistemas de elecci¨®n rigurosamente democr¨¢ticos y en los que todos los debates est¨¢n abiertos, han impuesto que el secretariado recoja en lo posible las diferentes tendencias.
Ganan los"gerardistas"
Pero aunque esto sea as¨ª, no deja de ser un elemento de presi¨®n el saber que la mayor¨ªa puede siempre dar un golpe de poder. La tendencia de Antonio Guti¨¦rrez -ayer exultante por los pasillos del Palacio de Congresos- juega, adem¨¢s, con los resultados claramente favorables a sus tesis de los tanteos que, a lo largo de estos dos d¨ªas, se han ido realizando en las diferentes comisiones.
El sector de Antonio Guti¨¦rrez, ahora crecido, quiere no s¨®lo el control de las secretar¨ªas que en este momento ya ostenta, sino arrebatar la parcela de poder de Ariza y recoger la que deja vacante la corriente socialista autogestionaria. Con la marcha de Jos¨¦ Mar¨ªa Corell, la secretar¨ªa de empleo queda disponible. Salce Elvira, del sector de Guti¨¦rrez, podr¨ªa ser una de las candidatas m¨¢s firmes, lo que evitar¨ªa que dicha secretar¨ªa fuera a manos de los prosovi¨¦ticos, tal como ellos pretenden. Tambi¨¦n parece perfilarse el nombre de Antonio Montalb¨¢n, igualmente de esta tendencia, para ocupar la secretar¨ªa de organizaci¨®n.
Cabe una ¨²ltima posibilidad. Que Marcelino Camacho haga valer su influencia e intervenga en n debate del que hasta ahora se ha mantenido al margen y ceda a las presiones de Juli¨¢n Ariza, entreg¨¢ndole esta secretar¨ªa.
En cualquier caso, la p¨¦rdida de poder en los ¨®rganos de direcci¨®n no parece socavar el poder que Juli¨¢n Ariza mantiene, como figura hist¨®rica y carism¨¢tica en el sindicato. Y posiblemente, aunque ceda org¨¢nicamente, sus tesis seguir¨¢n pesando en la din¨¢mica sindical de CC OO.
De hecho, las tesis que se van perfilando en los debates del congreso aparecen m¨¢s afines a las del sector de Juli¨¢n Ariza que a las de Antonio Guti¨¦rrez. La ambig¨¹edad con que en el informe general se plantea el tema del futuro acuerdo social, y las escasas diferencias que a nivel puramente formal enfrentan a las dos opciones, en la pr¨¢ctica van a favorecer la corriente de dureza representada por Juli¨¢n Ariza.
No deja de ser significativo a este respecto que Marcelino Camacho se haya mostrado favorable a asumir en el informe general muchas de las cr¨ªticas m¨¢s izquierdistas efectuadas en las distintas comisiones.
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