El apoyo de Marcelino Camacho al sector gerardista de CC OO provoca un voto de castigo en su reelecci¨®n
Marcelino Camacho recibi¨® esta madrugada un voto de castigo en su reelecci¨®n como secretario general de CC OO. El 33% de los 945 sufragios emitidos rechazaron su nombre. S¨®lo el 61% se pronunci¨® a favor, contra m¨¢s del 90% en el anterior congreso. El 6% restante prefiri¨® abstenerse. Los resultados se interpretan como una respuesta al apoyo que Camacho prest¨® al bloque gerardista, que ostentaba la candidatura oficial. Sus dirigentes, Antonio Guti¨¦rrez y Agust¨ªn Moreno, se enfrentaban a las listas encabezadas por Juli¨¢n Ariza (carrillistas), Alkedo Clemente (prosovi¨¦ticos) y Joaqu¨ªn Nieto (trotskistas). Pero los resultados no se corresponder¨¢n con la ejecutiva que habr¨¢ de salir de estas listas. El escrutinio se iniciaba al filo de las tres horas de hoy.
Los pron¨®sticos recogidos por este peri¨®dico a las tres de la madrugada coincid¨ªan en dar entre 26 y 28 puestos a la candidatura de Antonio Guti¨¦rrez, entre 10 y 11 a la de Juli¨¢n Ariza, entre 8 y 10 para la de Alfredo Clemente y uno o dos para los trotskistas de la Liga Comunista. El escrutinio para la secretar¨ªa general, cuyo ¨²nico candidato era Marcelino Camacho, empez¨® a las 1,00 horas de la madrugada, despu¨¦s de que desfilaran ante las urnas el millar de delegados.
El momento de mayor tensi¨®n emocional de los tres d¨ªas de sesiones, que concluir¨¢n hoy al mediod¨ªa, se registr¨® hac¨ªa las 21,30 horas de ayer, cuando Juli¨¢n Ariza, con l¨¢grimas en los ojos y la voz quebrada, explicaba ante el pleno del tercer congreso confederal que no ha sido posible conseguir una candidatura unitaria.
Pr¨¢cticamente entre sollozos Ariza se quejaba del trato que su tendencia ha tenido a lo largo del debate: los vetos de personas, el escaso reconocimiento a su labor, y el deseo de otros de imponer a costa de todo la mayor¨ªa. Marcelino Camacho, a continuaci¨®n, intervino, emocionado, para defender su candidatura, diciendo: a todos los conoc¨¦is, juzgar vosotros; yo confiaba en que s¨®lo hubiera, como mucho, dos candidaturas, no tengo nada preparado. Sin embargo, Camacho, al defender su candidatura, advirti¨® a los delegados, en un tono de moderaci¨®n -m¨¢s alejado de la l¨ªnea carrillista que sus anteriores discursos que tuvieran mucho ojo a la hora de votar, porque el sindicalismo efectivo no consiste en dar bruscos tirones de las masas, sino en proceder con suavidad. Y manifest¨® que ha debido enfrentarse a compa?eros de ideolog¨ªa, en lo que se interpret¨® como clara referencia a Juli¨¢n Ariza.
Negociaciones
Las cuatro candidaturas llegaron al pleno del congreso tras agotadoras sesiones, en las que no hubo posibilidad de lograr acuerdo alguno. Las fuertes tensiones registradas a lo largo de los tres d¨ªas explosionaron en el pleno, con fuertes protestas por el sistema elegido para presentar las candidaturas. Por primera vez en la historia de CC OO se presentan cuatro listas alternativas. Ha sido la ¨²nica manera de encontrar, por medio del voto, el equilibrio que no fue posible hallar mediante la persuasi¨®n y la negociaci¨®n.
La secretar¨ªa de organizaci¨®n, hasta ahora en manos del sector carrillista de Juli¨¢n Ariza, ha servido de elemento de discordia. Pero lo que subyace en todo el debate es el control del sindicato que ambas tendencias -los gerardistas, posici¨®n mayoritaria encabezada por Antonio Guti¨¦rrez, y los, carrillistas- desean. Bien es cierto que se trata de un control muy relativo. Porque, en el fondo, lo que importa es la capacidad que cada sector tiene para imponer en la pr¨¢ctica sus propias tesis.No obstante, si algo ha quedado m¨¢s o menos evidente en este congreso, ha sido que Juli¨¢n Ariza ha perdido por primera vez una batalla en CC OO. Para muchos delegados resulta impensable ver a Juli¨¢n Ariza encabezando una lista en la que no est¨¢ Marcelino Camacho. Y mucho m¨¢s que precisamente Marcelino Camacho defienda la candidatura contraria a Juli¨¢n Ar¨ªza.
La imposibilidad de un acuerdo entre las cuatro listas presentadas fundamentalmente entre las tendencias encabezadas por Juli¨¢n Ariza y Antonio Guti¨¦rrez, oblig¨® a los representantes de cada una de ellas a reuniones a puerta cerrada, largos recesos y reuniones de pasillo, con el fin de no presentar la imagen p¨²blica de una posible ruptura. Antonio Guti¨¦rrez lo recordaba al presentar el resultado de los trabajos de la comisi¨®n. Advert¨ªa que la presentaci¨®n de cuatro alternativas no supon¨ªa la ruptura interna de la organizaci¨®n por el contrario, era la demostraci¨®n manifiesta de la pluralidad y el respeto.
Los gerardistas se mantuvieron inflexibles en su deseo de controlar una de las grandes secretar¨ªas hasta ahora en manos de Juli¨¢n Ariza, la de organizaci¨®n. Y Ariza no consigui¨® imponer sus criterio a este respecto. ?l hubiera desea do que la misma comisi¨®n distribuyera el secretariado permanente. El sector de Antonio Guti¨¦rrez mantuvo en todo momento que ¨¦sta era una tarea que hab¨ªa de realizar la ejecutiva que saliera elegida. Juli¨¢n Ariza pon¨ªa adem¨¢s, como condici¨®n para aceptar una candidatura unitaria, que antes se estableciese el reparto y que se mantuviera su actual correlaci¨®n de fuerzas. Es decir, que se le respetaran las secretar¨ªas que ten¨ªa hasta ahora: la de relaciones pol¨ªticas, la de finanzas, y, sobre todo, la de organizaci¨®n.
Pero lo que parece haber quedado claro es que el secretariado permanente, verdadero ¨®rgano de poder, no va a tener la composici¨®n actual. Los gerardistas, hasta ahora excesivamente en la sombra, han dado un salto al poder que cambiar¨¢ sensiblemente la composici¨®n de un secretariado. A sus manos pasar¨¢ la secretar¨ªa de organizaci¨®n y posiblemente la de empleo -cuyo candidato m¨¢s firme es Salce Elivra- que vendr¨¢n a sumarse a las que ya controlan: informaci¨®n y acci¨®n sindical.
A pesar de todo, en un sindicato como el de CC OO este acopio de poder no tiene por qu¨¦ cambiar las cosas. Juli¨¢n Ariza seguir¨¢ al frente de una secretar¨ªa de dif¨ªcil clasificaci¨®n, la de relaciones pol¨ªticas y unitarias, que le permitir¨¢ estar en cada una de las actividades m¨¢s importantes del sindicato. Pero, adem¨¢s, Juli¨¢n Ariza, ha conseguido, que gran parte de sus tesis sean aceptadas por Marcelino Camacho en su informe general. La postura de dureza ante la posibilidad de un acuerdo social, las fuertes cr¨ªticas a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, la necesidad de primar una pol¨ªtica de movilizaciones, la presi¨®n, en definitiva, como f¨®rmula de acci¨®n sindical, fueron asumidas ayer por Marcelino Camacho. As¨ª, el informe general fue aceptado sin discusi¨®n (80% de votos a favor), salvo excepciones. No se han recogido posturas excesivamente radicales, como la alternativa de defender una negociaci¨®n convenio a convenio frente a una, pol¨ªtica de concertaci¨®n, pero el informe en su conjunto resulta suficientemente amplio y abierto.
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