El pecado de desnudarse
Los naturistas gallegos reciben m¨¢s playas, pero tambi¨¦n mas piedras
Mar¨ªa del Carmen, de 18 a?os vecina de Vigo, estuvo en medio de la gresca el 'otro d¨ªa en Bascuas, una bella cala situada enfrente de la isla de Ons y escenario de un violento enfrentamiento entre partidarios y opositores al nudismo,' que arroj¨® un saldo de m¨¢s de una decena de heridos leves y tres nudistas detenidos, que m¨¢s tarde fueron conducidos ante el juez acusados de exhibicionismo. Mar¨ªa del Carmen estaba en ba?ador, como hoy mismo, pero en la disputa opt¨® por el campo liberal. Conserva en el pecho la se?al de un golpe, pero pudo devolverlo con un buen sopapo. "Yo uso ba?ador, pero a m¨ª no me molesta que la gente est¨¦ en la playa como quiera".La bruma ha disuadido hoy en Bascuas a muchos asiduos. Tambi¨¦n la tensi¨®n que late, como la pleamar, despu¨¦s de lo sucedido el ¨²ltimo domingo. Hay casi m¨¢s mirones que ba?istas. En las laderas toman posiciones matrimonios, ya entrados en a?os y arropados hasta el cuello, que otean el horizonte en busca de traseros al aire. Algunos paisanos se hacen los despistados tras las matas. Por la pista que serpentea a lo largo de la costa llegan un sargento y dos n¨²meros de la Guardia Civil en motos todo terreno y se les oye dar entre s¨ª el "sin novedad"-
En el cuello del pol¨¦mico arenal ¨²nicamente hay dos chal¨¦s de reciente construcci¨®n y un quiosco de bebidas. En Bascuas "se pescan peces de todos los tama?os", un eufemismo utilizado para indicar que es lugar de desembarco de contrabando.
La fuerza p¨²blica s¨®lo act¨²a s se produce alguna denuncia, como ocurri¨® el domingo. Seg¨²n la versi¨®n de Camilo, 20 a?os, y ?scar de 22, ambos vecinos del cercano Sanxenxo y frecuentes usuarios de Bascuas desde hace a?os, no se trat¨® exactamente de una pelea entre nudistas y escandalizados padres de familia. "Aqu¨ª nunca hubo follones de este tipo hasta que se construy¨® los chal¨¦s gente bien situada de Pontevedra; el otro d¨ªa ten¨ªan invitados, y uno de ellos empez¨® a sacar fotos a los nudistas, chicos y chicas, que jugaban con un bal¨®n, y uno de ellos le llam¨® la atenci¨®n; fue entonces desde los chal¨¦s, cuando empezaron a llamarles cerdos y cosas parecidas".
Este d¨ªa los chal¨¦s est¨¢n cerrados a cal y canto. El due?o del quiosco tiene un d¨ªa ocioso que aprovecha para blanquear las paredes. Es de Ayos, aldea pr¨®xima a la playa, estuvo hace poco emigrado en Suiza y proclama sin titubeos su apoyo a los nudistas. "Hay algunos se?ores que quieren la playa para ellos solos, pero para arreglar la pista o traer el tel¨¦fono no ponen tanto empe?o". Berta, la mujer, asiente. "A m¨ª los nudistas no me molestan, hasta ahora se comportaron bien y aqu¨ª pagan lo que se llevan".
"Cruzada de 'ayatollahs'"
La pareja que regenta el establecimiento est¨¢ preocupada por el futuro. "La gente no vendr¨¢ si se encuentra intranquila", dice el hombre se?alando el anfiteatro playero con los muchos mirones y los escasos nudistas que procuran clamufiarse en los pe?ascos. Teme que sus convencinos de Ayos, hasta ahora ajenos a la pol¨¦mica, se vean empujados a pronunciarse contra los nud¨ªstas, en un nuevo episodio de lo que la Coordinadora, especie de brazo te¨®rico del nudismo aut¨®ctono, denomina "cruzada de los ayatollahs gallegos".
Aunque espectacular, el de Bascuas fue el ¨²nico incidente en un p¨®rtico veraniego radiante que favoreci¨® la eclosi¨®n naturista, animada tambi¨¦n por la noticia de que el Ayuntamiento de Oleiros legalizaba por vez primera una playa para nudistas en Galicia, la de Bastiagueiro Pequeno, en la bah¨ªa coru?esa. La iniciativa de la mayor¨ªa de izquierdas cont¨® con el ins¨®lito apoyo de un edil de Alianza Popular, que ese mismo d¨ªa romp¨ªa con su grupo. El concejal discrepante, Manuel Barreiro, un campechano pescador de Mera, justific¨® su voto diciendo que cuando voy al mar veo a los nudistas desperdigados por las rocas; mejor que est¨¦n juntos y en una playa".
"Con este acuerdo, intentamos contribuir a la liberalizaci¨®n de las costumbres gallegas", dice el alcalde de Oleiros, el socialista Jos¨¦ Mar¨ªa del Monte. La cala escogida, de cantos rodados, apenas era utilizada por los ba?istas y est¨¢ muy apartada, demasiado, seg¨²n los nudistas, que ya hablan de una legalizaci¨®n vergonzante". En la zona, como en Bascuas, hay dos chal¨¦s, uno de ellos con el cierre invadiendo irregularmente el arenal, y los propietarios est¨¢n moviendo todos los resortes para que la iniciativa se paralice. Los portavoces del Grupo Popular le. preguntaron al alcalde por qu¨¦ no se legalizaba tambi¨¦n una playa para gays, otra para negros, etc¨¦tera". Aunque no llegaron a afirmar, como hizo alguno de sus correligionarios de Foz, en la costa de Lugo, que la legalizaci¨®n de una playa nudista "aumentar¨ªa las enfermedades ven¨¦reas y acudir¨ªan a la misma las prostitutas".
Esta ¨²ltima intervenci¨®n motiv¨® una fulgurante respuesta de la Coordinadora Nudista, en la que se aconseja a las "mentes subdesarrolladamente calenturientas" que acudan con m¨¢s frecuencia "a la consulta de tan doctas profesionales para de esta forma evitar con El 'pecado' de desnudarse
fundir los culitos al aire en una playa con las t¨¦mporas". Ante el peligro de legalizaciones en cadena, los sectores conservadores gallegos estrechan filas para impedir "un desmadre veraniego". "Para nosotros no es un asunto fr¨ªvolo, sino la lucha para conquistar un derecho tan elemental como ba?arse cada uno a su aire", dice Sanz de Siria, astr¨®nomo y c¨¢mara de televisi¨®n, que consigui¨® en 1983, pr¨¢cticamente en solitario, m¨¢s de 5.000 firmas pidiendo la legalizaci¨®n de playas nudistas, contando entre ellas las de seis sacerdotes y ocho militares, aparte de ilustres personalidades, como el delegado general del Gobierno en Galicia, Garc¨ªa Sabell, y el escritor Torrente Ballester.
Otro miembro de la Coordinadora Nudista, Miguel Cancio, soci¨®logo y profesor de la universidad compostelana, opina que la persecuci¨®n del nudismo en el pa¨ªs "es coherente con una cierta realidad gallega, donde siguen vigentes las formas arcaicas de dominaci¨®n, del palo y tentetieso y de una moral que tiene como pecado m¨¢s atroz la carne, en la que incide la Iglesia integrista". "Aqu¨ª hay mucha gente", a?ade Cancio, "que entiende que a este valle de l¨¢grimas se viene a sufrir y sobre todo a hacer sufrir".
El recuerdo de don Sabino
Miguel Cancio mantiene a distancia una incruenta disputa alrededor de los pecados de la carne con don Sabino, el cura p¨¢rroco de Baro?a, que abander¨® la primera batalla contra el nudismo. Precisamente al pie de El Castro de Baro?a, un lugar lleno de evocaciones mitol¨®gicas, se constituy¨® la Coordinadora Nudista Ecol¨®gico-Radical, formada para impedir la construcci¨®n de un chal¨¦ en forma de bunker que violentaba la virginidad del arenal y alteraba el entorno castrexo, rico en yacimientos arqueol¨®gicos. A la denuncia antiespeculativa se unieron las proclamas nudistas, con un lenguaje vitalista y libertario, constituy¨¦ndose Baro?a en una referencia paradis¨ªaca.
Pero, tras un titubeo inicial, el socialista Antonio Gonz¨¢lez, alcalde de Porto do Son, municipio al que pertenece El Castro, acab¨® aline¨¢ndose en el frente antinudista, junto con don Sabino, con quien no se habla por motivos pol¨ªticos, y los paisanos del lugar, calificando a los nudistas de Baro?a como "peque?o grupo de exhibicionistas, mezclado con alg¨²n gamberro y alg¨²n que otro drogadicto". Cancio tiene duras palabras para Gonz¨¢lez Groveiro, "que actu¨® por puro electoralismo". "El cambio", dice, "tiene que incidir especialmente en la vida cotidiana".
La experiencia de Baro?a termin¨® con el procesamiento de 14 nudistas, que fueron conducidos al cuartel de la Guardia Civil de Porto do Son y luego al de Santiago de Compostela, a 50 kil¨®metros, "donde nos tomaron fotograf¨ªas y nos midieron los pies, aun no sabemos para qu¨¦". Otros seis nudistas detenidos en la playa de Barra, en Cangas de Morrazo, fueron juzgados por la Audiencia Provincial de Pontevedra, que los conden¨® a un mes y un d¨ªa dearresto, multa de 20.000 pesetas y seis a?os y un d¨ªa de inhabilitaci¨®n profesional.
El Tribunal Supremo denegar¨ªa el recurso de una joven pontevedresa en una hist¨®rica sentencia en la que se califica el nudismo como "ese retorno a tiempos ed¨¦nicos anteriores al pecado original". Conocido el fallo, los pioneros gallegos del nudismo reiteraban sus peticiones legislativas en un telegrama al Gobierno que comenzaba diciendo: "La Coordinadora Nudista est¨¢ por el retorno a tiempos ed¨¦nicos anteriores y posteriores al pecado original".
Pese a todas las dificultades, el nudismo parece ir ganando vertiginosamente adeptos en Galicia, sobre todo en las generaciones j¨®venes. Don Sabino venci¨® al pecado en su demarcaci¨®n de Baro?a, pero las costas gallegas son demasiado extensas e intrincadas. En alg¨²n punto. de esos 693 kil¨®metros de litoral, ese peque?o diablo llamado Miguel Cancio escribe el ¨²ltimo bando convocando al despelote.
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