Los polacos esperan en Pulawy un milagro de la Virgen
En Pulawy, una peque?a ciudad situada a unos 200 kil¨®metros sureste de Varsovia, numerosas personas se dirigen desde hace varias semanas a un parque y contemplan los ¨¢rboles, donde algunos creen ver reflejadas las im¨¢genes de la Virgen, de Jesucristo y hasta del papa Juan Pablo II. Una anciana asegura que vio la Virgen y hasta all¨ª se desplazan peregrinos de otras ciudades para ser testigos del milagro. El corresponsal de EL PA?S en Varsovia estuvo en Pulawy y se mezcl¨® con gentes que desean un milagro a toda cosa.
La carretera hacia Pulawy discurre casi paralela al V¨ªstula. Desde lejos se divisan las gigantescas moles de cemento de la industria de abonos qu¨ªmicos, que llena, a oleadas, de un olor apestoso la zona. Hasta Varsovia llegaron los ecos de los milagros de Pulawy, donde aseguran "se apareci¨® la Virgen de Czestochowa" Algunas versiones en la capital polaca aseguran que la polic¨ªa acordon¨® la ciudad de Pulawy y no permiti¨® la entrada m¨¢s que a los habitantes de la ciudad. En un paso a nivel, kil¨®metros antes de Pulawy, unas viejas aseguran al corresponsal de EL PA?S que, efectivamente, "se apareci¨® la Virgen".En Pulawy nada parece indicar que ocurra algo sobrenatural. Todo est¨¢ tranquilo en una tarde veraniega. S¨®lo en un parque, al lado de un hospital, un centenar de personas se re¨²nen excitadas en torno a los ¨¢rboles y miran al cielo. Una mujer acaricia un ¨¢rbol rodeado de velas, y con sus manos se pasa por la cara la resina. A su lado aseguran que d¨ªas atr¨¢s una mujer que hab¨ªa sufrido un accidente y ten¨ªa continuos dolores de cabeza se le pasaron cuando toc¨® el ¨¢rbol Otros afirman que un viejo impedido tir¨® el bast¨®n y ech¨® a correr.
Todos intentan descifrar una mancha sobre el ¨¢rbol que, aseguran, es la Virgen: "Mire, el manto y la corona". Un fot¨®grafo avispado vende por cien zlotys (160 pesetas) fotos del ¨¢rbol con una inscripci¨®n que dice: "Pulawy. Junio. A?o 1984". La resina del ¨¢rbol es para unos sangre y para otros l¨¢grimas. Una anciana que deambula por all¨ª asegura que vio a la Virgen. "Ahora no se ve nada, pero hace d¨ªas yo s¨ª la he visto, cuando estaba sentada bajo el ¨¢rbol y no hab¨ªa gente aqu¨ª como ahora. La primera que la vio fue una enfermera del hospital, que lo empez¨® a contar a la gente. Los m¨¦dicos la agarraron, porque creyeron que se hab¨ªa vuelto loca, y luego la enfermera perdi¨® el conocimiento"
La vieja contin¨²a su relato y explica que "hab¨ªa un resplandor que irradiaba desde el ¨¢rbol y la enfermera sinti¨® un gran miedo...". Un jubilado de unos 50 y tantos a?os la interrumpe y precisa que "c¨®mo no se iba a atemorizar si vio un resplandor tan grande y adem¨¢s a la Madre de Dios".
A la pregunta de c¨®mo era la Virgen, la vieja explica que "estaba sentada y s¨®lo ten¨ªa puestas unas sandalias, llevaba un vestido oscuro y se parec¨ªa mucho a la Virgen de Czestochawa y a la que tenemos en la iglesia; ten¨ªa aspecto normal, llevaba una corona y velo, pero no se mov¨ªa, estuvo sentada todo el tiempo. Yo estaba donde aquellas piedras y, al verla, me acerqu¨¦ al ¨¢rbol y me santig¨¹¨¦".
A la entrada del parque se detiene un autob¨²s, del que descienden unas tres docenas de ni?os, acompa?ados de tres maestras. Vienen de Varsovia y un maestra dice que hab¨ªan salido de excursi¨®n y se acercaron a Pulawy. Las maestras reaccionan con recelo a las preguntas del corresponsal de este peri¨®dico y reprenden a los ni?os para que guarden el orden y se abstengan de responder.
La huella de la imagen en el ¨¢rbol puede parecerse a una imagen de la Virgen o cualquier otra cosa, seg¨²n los mecanismos de proyecci¨®n del que la contempla. Algunos aseguran que "el ¨¢rbol late", y otros, que "da calor", pero en realidad no se nota nada.
Bajo otros ¨¢rboles se arremolinan grupos, que miran hacia lo alto. En una rama adivinan reflejada la imagen de Jesucristo. Se trata de una mancha, que podr¨ªa interpretarse como la cara de un anciano. Otros gritan, excitados: "El Papa, el Papa", y se?alan con el dedo una rama, donde creen ver a su compatriota Karol Wojtyla.
Los que creen en el milagro de Pulawy no est¨¢n muy de acuerdo con el cura de la cercana parroquia, que neg¨® la posibilidad de una aparici¨®n de la Virgen, porque, asegura uno, "el cura dice que en estos casos siempre hay una aurora boreal y aqu¨ª no la hubo".
Multas de la polic¨ªa
En las proximidades del parque, un hombre comenta indignado que, todo esto s¨®lo ha servido para destrozar el c¨¦sped que ha quedado pisoteado por" miles de personas. Pero peor ha sido en otro pueblo de aqu¨ª cerca, donde empezaron a ver apariciones en un jard¨ªn de infancia y, como empez¨® a llegar la gente, destrozaron los columpios y no qued¨® nada sano".Centenares de personas esperan el milagro en Pulawy, en tras a la puerta del pa que la polic¨ªa multa con mil zlotys (1.600 pesetas al cambio oficial) a los coches mal aparcados. No hay forma de convencer al polic¨ªa de que levante la multa, "porque nos dieron ¨®rdenes de que ech¨¢semos un vistazo a todo esto".
A lo lejos, las moles de cemento de la f¨¢brica de abonos recuerdan la realidad de la dura vida cotidiana, del trabajo y la contaminaci¨®n del medio ambiente, mientras en el parque pisoteado unos seres cr¨¦dulos y sencillos se empe?an en creer en el milagro de "Pulawy, en junio del a?o 1984", como dice la imagen captada por el fot¨®grafo, que agot¨® sus existencias y tuvo que pedir nuevos suministros, y advierte: "Si espera un poco m¨¢s, llegar¨¢ un amigo de Radom con fotos mejores".
Para el vendedor de fotos, el milagro es algo mucho m¨¢s prosaico, como para muchos hoy d¨ªa en Polonia: llegar a fin d¨¦ mes con suficientes zlotys para poder pagar la comida. Quiz¨¢ para escapar de esta realidad la gente busca un milagro.
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