Epa?a-CEE, negociaciones contra-reloj
Junto con la pesca, vino y aceite de oliva son dos de los escollos importantes que a¨²n quedan por resolver
Bajo la presidencia irlandesa de la Comunidad Econ¨®mica Europea, que entra hoy en funciones, Espa?a va a tener que emplearse a fondo, siempre que cuente con la necesaria colaboraci¨®n de los funcionarios de Bruselas, para ultimar todos los cap¨ªtulos pendientes para que puedan finafizarse las negociaciones para la adhesi¨®n este mismo a?o. La pasada cumbre de Fontainebleau ha dado v¨ªa libre para la constituci¨®n de la Europa de doce miembros, en la que los ciudadanos espa?oles van a obtener algunas ventajas e inconvenientes inmediatos y otras que se ir¨¢n dejando notar a medida que pase el tiempo. Si las previsiones se cumplen, el 1 de enero de 1986 Espa?a podr¨¢ ser miembro del Mercado Com¨²n, aunque durante un cierto tiempo se ver¨¢ sometida a un per¨ªodo de transici¨®n para adaptarse al impacto comunitario.
Poco m¨¢s de dos meses es el tiempo que le queda al Gobierno espa?ol para poder cerrar todos los cap¨ªtulos de la negociaci¨®n hispanocomunitaria si se quiere cumplir el calendario previsto por Francia y ratificado en la reciente cumbre de Fontainebleau para finalizar las negociaciones el 30 de septiembre de este mismo a?o. Tanto los funcionarios comunitarios de Bruselas como sus hom¨®logos espa?oles deber¨¢n dar un empuj¨®n veraniego para dejar vistos para sentencia los espinosos temas pendientes que todav¨ªa deben resolverse. En este caso se encuentran todav¨ªa cap¨ªtulos de particular trascendencia para los intereses nacionales, como son el agr¨ªcola, el pesquero, el,desarme arancelario para la industria, m¨¢s dos apartados en los que apenas si se ha entrado, como son el del vino y el del aceite de oliva.En el calendario pendiente de la negociaci¨®n se encuentran tambi¨¦n otros trascendentes, como el cap¨ªtulo social, en el que los negociadores van a intentar conseguir la mejor situaci¨®n posible para los espa?oles. que se encuentran desde hace tiempo trabajando en pa¨ªses comunitarios, y otros de menor entidad relativa, como los r¨¦g¨ªmenes aplicables a Canarias, el de los recursos propios o el de los aspectos institucionales, entre otros.
Si la sesi¨®n negociadora del pasado d¨ªa 19 de junio en Luxemburgo represent¨® un avance para los intereses espa?oles, tanto en el apartado agr¨ªcola como en el del desarme industrial, la pasada cumbre de Fontainebleau ha representado no s¨®lo un bal¨®n de ox¨ªgeno para la Comunidad, sino la ratificaci¨®n de que la ampliaci¨®n se llevar¨¢ a cabo. Desde la pasada cumbre de Stuagart de junio de 1983, el incremento de los recursos propios y el paso de la CEE de diez a doce miembros se encontraban indisolublemente unidos, y la segunda no pod¨ªa conseguirse sin la primera, que a su vez se encontraba bloqueada por la falta de soluciones al contencioso brit¨¢nico.
Hasta ahora, en el apartado vitivin¨ªcola se conoce s¨®lo una propuesta de la Comisi¨®n, del pasado mes de mayo, en la que, adem¨¢s de rechazarse el sistema de cuotas a la producci¨®n, se obligaba a que Espa?a, durante el presumible per¨ªodo de transici¨®n de 10 a?os, no pudiera replantar m¨¢s de un 50% de sus vi?edos. La propuesta de la Comisi¨®n, basada en una comunicaci¨®n realizada un mes antes por el comisario encargado de la ampliacio¨®n, Lorenzo Natah, y por el franc¨¦s Paul Dalsager, estipulaba indemnizaciones para los viticultores que renunciaran a renovar sus vifiedos (800 unidades de cuenta europea -ECU- por hect¨¢rea, equivalentes a algo m¨¢s de 100.000 pesetas), con un segundo escal¨®n. de indemnizaciones para los que se decidieran a arrancarlos voluntariamente y de forma definitiva. En este segundo supuesto, la indemnizaci¨®n ser¨ªa de 5.440 ECU (unas 650.000 pesetas) para-los vi?edos en terrenos de buena calidad, y 4.231 ECU (320.000 pesetas) para los radicados en terrenos menos f¨¦rtiles.
Reducir excedentes de vino
En estos momentos, en los diferentes ministerios econ¨®micos espa?oles se est¨¢ estudiando hasta qu¨¦ punto esta progresiva eliminaci¨®n de vi?edos es econ¨®micamente soportable para el erario espa?ol. De sus arcas deber¨ªa salir casi el 60% del coste de estas supresiones de vi?edos, mientras que el resto proceder¨ªa de los fondos comunitarios.
El objetivo n¨²mero uno de la CEE es ir eliminando paulatinamente la que denominan potencialidad vin¨ªcola espa?ola. Con 1,7 millones de hect¨¢reas cultivadas, equivalentes al 65% del vi?edo comunitario, Espa?a se ve desde Bruselas como un mar de vino que amenaza con inundar a¨²n m¨¢s las ya saturadas bodegas comunitarias.
Aunque es consciente de que el rendimiento medio de los vi?edos espa?oles es tres veces menor que el de la CEE, en la comunicaci¨®n del comisario Natali y de Paul Dalsager se subrayaba que la replantaci¨®n y su explotaci¨®n, "hacen temer un aumento de los rendimientos", a lo que se a?ad¨ªa que el mantenimiento del incremento medio de la producci¨®n espa?ola registrado en los ¨²ltimos 20 a?os conducir¨ªa, tras cinco a?os, a un aumento de la producci¨®n de unos cuatro millones de hectolitros" (la producci¨®n actual es de unos 37 millones de hectolitros, de los que. seis millones se dedican a la expotaci¨®n).
Los comunitarios intentar¨¢n hacer valer estos argumentos para conseguir que Espa?a reduzca el volumen de sus vi?edos, a los que es de esperar que por parte espa?ola se planteen otros no menos v¨¢lidos. As¨ª, seg¨²n estudios realizados por expertos en el sector, se est¨¢ demostrando que la utilizaci¨®n de az¨²car para incrementar la graduaci¨®n alcoh¨®lica del vino, pr¨¢ctica que actualmente llevan a cabo algunos pa¨ªses de la CEE, sirve para producir 20 millones de hectolitros. En caso de que se sustituyera este az¨²car de remolacha por mosto de uva, esto provocar¨ªa un descenso de aproximadamente el 12,5% de la producci¨®n de los diez, cantidad superior al actual nivel de excedentes de la CEE, que se eleva a unos 16 millones de hectolitros, con lo que se acabar¨ªa el problema. Es decir, que la negociaci¨®n en este cap¨ªtulo no va* a estar exenta de argumentos m¨¢s o menos v¨¢lidos por ambas partes.
Hasta ahora, apenas si se tiene noci¨®n de c¨®mo puede quedar el cap¨ªtulo del aceite de oliva, cuya propuesta se encuentra en estos momentos en elaboraci¨®n por la Comisi¨®n Europea, y de la que ya se ha conocido alguna filtraci¨®n a modo de globo sonda en la que se aventura un per¨ªodo de transici¨®n de 10 a?os renovables y la necesidad de que se supriman los aranceles a la-importaci¨®n de soja y otras semillas. Tambi¨¦n aqu¨ª el problema econ¨®mico ser¨¢ uno de los que primar¨¢ en su discusi¨®n, particularmente en lo que respecta al coste financiero qu¨¦ la irrupci¨®n del aceite de oliva espa?ol va a suponer para la CEE, as¨ª como el acercamiento de precios que vaya a experimentar respecto a los dem¨¢s aceites de semillas. La inva
Espa?a-CEE negociaci¨®n contra-reloj
si¨®n francesa en el sector aceitero espa?ol que se ha Producido en las ¨²ltimas semanas permite pensar, sin embargo, que el pa¨ªs vecino va a tener mucho que decir en los intereses de un mercado que, de ser t¨ªpicamente espa?ol, va a pasar a ser controlado por una empresa francesa. Es sintom¨¢tico que uno de los directivos de esta compa?¨ªa diera por hecho esta misma semana, en charla informal, un per¨ªodo de transici¨®n de 10 a?os para el aceite de oliva espa?ol, cuando oficialmente a¨²n no se conoce ning¨²n documento oficial. Y coincidiendo con el fin de la presidencia francesa, en c¨ªrculos diplom¨¢ticos de este pa¨ªs se comentaba que este cap¨ªtulo no iba a presentar dificultades, haciendo hincapi¨¦ en que pr¨¢cticamente est¨¢ resuelto.Dificultades para la pesca
Y, si en agricultura se vislumbra una cierta apertura, as¨ª como en el apartado del desarme industrial, en el que la Comunidad ofrece seis a?os de transici¨®n, a falta de concretar los escalones y el grado de rapidez del desarme arancelario, el cap¨ªtulo pesquero sigue siendo el que puede ofrecer m¨¢s dificultades. De momento, los puntos de vista espa?oles y comunitarios est¨¢n sensiblemente enfrentados. Espa?a no acepta el "discriminatorio" sistema de licencias que se quiere imponer, ni las restricciones para faenar en determinados caladeros, ni la exclusi¨®n de facto en la negociaci¨®n de la pol¨ªtica pesquera com¨²n hasta el a?o 2002 que se desprend¨ªa de la propuesta comunitaria.
En respuesta, las pretensiones espa?olas defienden el reconocimiento de los derechos tradicionales, que posibilitar¨ªan faenar en la zona de las 12 millas francesas, tanto atl¨¢nticas como mediterr¨¢neas, cuotas crecientes en la denominada zona econ¨®mica exclusiva, aceptaci¨®n y renovaci¨®n de los acuerdos bilaterales con terceros pa¨ªses, aproximaci¨®n de precios y desarme en tramos iguales, y que las organizaciones de productores puedan beneficiarse desde el primer momento de la adhesi¨®n de las subvenciones comunitarias. Los negociadores espa?oles argumentan adem¨¢s que las exportaciones de pescado de la CEE a Espa?a son cada vez mayores en los ¨²ltimos a?os, en los que se han beneficiado del alto nivel de consumo de pescado de los espa?oles (38 kilogramos por habitante y a?o). Las posiciones est¨¢n, pues, muy distanciadas tambi¨¦n en este sector, que da empleo en Espa?a a m¨¢s de 100.000 personas.
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