Cuando los atletas salieron por piernas
Jaume Miratvilles, comisar¨ªo de propaganda de la Generalitat de Catalu?a en tiempos de la Rep¨²blica, explica que la idea fue de un jud¨ªo polaco. Barcelona hab¨ªa perdido el 13 de mayo de 1931 la votaci¨®n en la que el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) concedi¨®, por 36 contra 19, la organizaci¨®n de los JJ OO de 1936 a Berl¨ªn. Curiosamente, esa votaci¨®n se produjo en Barcelona. "Aquel hombre pens¨® que nuestra ciudad era el lugar ideal para albergar una especie de contraolimpiada". El ide¨®logo de lo que m¨¢s tarde se titular¨ªa Olimpiada Popular y llevar¨ªa el subt¨ªtulo de Semana del Deporte y del Folklore lleg¨® incluso a recorrer a pie la distancia que separa Varsovia de Barcelona, con el fin de entrevistarse con Llu¨ªs Companys, presidente de la Generalitat.A Companys le gust¨® la idea y puso el proyecto en manos de Miratvilles, el doctor Trabal y Eduard Ragassol. Durante semanas se prepar¨® un gran acontecimiento, que iba a inaugurarse bajo el c¨¢ntico de un himno escrito por Josep Mar¨ªa de Segarra: "Contra los bajos gritos innobles / levantemos hacia el cielo nuestras manos / para que se vuelvan m¨¢s grandes/ y m¨¢s libres los pueblos". Incluso se hab¨ªa solucionado el problema m¨¢s grave que ten¨ªan los organizadores: la falta de camas. Se esperaban, seg¨²n anuncio del programa oficial, 5.000 deportistas. Adem¨¢s de las cientos de habitaciones que hab¨ªan ofertado las familias de Barcelona y los pueblos de su alrededor, se necesitaban 2.000 camas, que fueron ofrecidas por el capit¨¢n general Llado de la Encomienda.
Los Jocs deb¨ªan inaugurarse el 19 de julio de 1936. Veinticuatro horas antes estall¨® la guerra civil. A partir de ese instante, los organizadores s¨®lo pensaron en c¨®mo sacar del pa¨ªs a cerca de 2.000 atletas, algunos de los cuales se hab¨ªan desplazado a Barcelona con sus familias. "LLegamos incluso a utilizar un barco, que iba de Roses a Port Vendres, para ir sacando a la gente", comenta Miravitlles, que ha negado en varias ocasiones que parte de esos cientos de deportistas se enrolaran en las Brigadas Internacionales. "Como mucho se quedaron un par de docenas de militantes".
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