El curso de interpretaci¨®n contempor¨¢nea, una obra necesaria
En la universidad de Salamanca, a la sombra hist¨®rica de Francisco Salinas, medio centenar de j¨®venes m¨²sicos acabaron este fin de semana el primer curso internacional de interpretaci¨®n de m¨²sica contempor¨¢nea, organizado por la Asociaci¨®n de Compositores Sinf¨®nicos Espa?oles.Los autores han demostrado lo que muchos sabemos hace tiempo y tantos otros quieren ignorar: que el hacer obras ¨²tiles no depende de grandes presupuestos ni tiene nada que ver con suntuosos libros-programa. Se trata, simplemente, de no reincidir en los cursos t¨®picos y emprender un camino que a la novedad una la eficacia.
Dividiendo las ense?anzas en te¨®ricas y pr¨¢cticas, esto es, siguiendo todav¨ªa las antiguas normas de la universidad salmantina, docentes y conferenciantes han explicado durante 15 d¨ªas el qu¨¦ y el c¨®mo de la m¨²sica actual: sus t¨¦cnicas, sus teor¨ªas, su est¨¦tica y su interpretaci¨®n.
El- curso, dirigido por Ram¨®n Barce y coordinado por Carlos Cruz de Castro y D¨¢maso Garc¨ªa Fraile, tiene la garant¨ªa de cuatro profesores: la soprano Esperanza Abad, para el canto; Jes¨²s Villarrojo, para el clarinete; el cubano Flores Chaviano, para la guitarra, y Pedro Espinosa, para el piano. A ellos se han unido los compositores Francisco Otero, Agust¨ªn Berdomeu, Javier Darias, Tom¨¢s Marco, Agust¨ªn Gonz¨¢lez Acilu y los portugueses ?lvaro Salazar y Jorge Peixinh.o para abordar el tema de las graf¨ªas musicales: primera y ¨²ltima cuesti¨®n, pues se trata de la representaci¨®n final del pensamiento sonoro y, a la vez, de la imagen que es puerta de ingreso a la m¨²sica actual, como a la de todo tiempo.
Un cent¨®n de partituras
Los organizadores, puntuales como germanos y flexibles como latinos, pusieron a disposici¨®n de los cursillistas un cent¨®n de partituras impresas o fotocopiadas. Muchas de ellas eran trabajadas por los int¨¦rpretes no s¨®lo junto al profesor, sino tambi¨¦n al lado del autor. Por la universidad salmantina han pasado, adem¨¢s de los citados, Miguel Alonso, Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Laborda, Claudio Prieto, Juli¨¢n Mart¨ªnez y Jos¨¦ Iges.
Para muchos de los llegados, estudiantes en muchos conservatorios en los que la m¨²sica contempor¨¢nea es algo as¨ª como el rinc¨®n de los misterios, la sorpresa del descubrimiento ha sido grande y la asimilaci¨®n r¨¢pida. Tanto como la del p¨²blico de Ciudad Rodrigo, B¨¦jar o la capital, a las que el tercer verano cultural organizado por la comunidad aut¨®noma ha llevado la voz y la inteligencia creadora de Esperanza Abad, Pedro Espinosa, Chaviano y sus disc¨ªpulos.
He escuchado en la iglesia-auditorio de San Blas estupendas interpretaciones de Algo para guitarra, de Carlos Cruz de Castro, innovador a partir de la misma materia sonora, al jovenc¨ªsimo Avelino Alonso; los dif¨ªciles Galvanismes 2PH, de Francisco Otero, a Jes¨²s S¨¢nchez; las atractivas Coplas, de Garc¨ªa Laborda, a Antonio Rebollo, o las precisas y estructurales Pinceladas, de Villarojo, a Lastenia Carvallo, por no citar la expresi¨®n meridional de las Tentativas, de Juli¨¢n Mart¨ªnez Fern¨¢ndez, tocadas con primor por Marcos Mart¨ªn.
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