El alto precio de la guerra

"Muy exagerado", contest¨® el ministro israel¨ª de Hacienda, Ygal Cohen Orgad, cuando, durante un encuentro celebrado en enero con la Prensa en Jerusal¨¦n para presentar el presupuesto israel¨ª de austeridad controlada, algunos periodistas le preguntaron si el mantenimiento del Tsahal (fuerzas armadas israel¨ªes) en el sur de L¨ªbano costaba al contribuyente un mill¨®n de d¨®lares diarios (160 millones de pesetas).Deseoso de mostrarse convincente, pero omitiendo dar cifras, el titular de la cartera de Hacienda explic¨® que incluso su "colega de la Defensa, que intenta obtener la mayor cantidad de dinero, nos somete peticiones que se sit¨²an m y por debajo de ese monto".

M¨¢s persuasivo a¨²n a la hora e restar importancia al precio de la aventura militar libanesa, el propio ministro de Defensa, Mois¨¦s Arens, lleg¨® a proporcionar p¨²blicamente la cifra de 300 millones de d¨®lares al a?o (825.000 d¨®lares o 132 millones de pesetas al d¨ªa).

Pero ante una comisi¨®n del Kneset el mismo Arens reconoci¨® que en 22 meses (de junio de 1982 a marzo de 1984) el gasto militar en L¨ªbano ascend¨ªa a 1.050 millones de d¨®lares (1,6 millones de d¨®lares o 256 millones de pesetas al d¨ªa), seg¨²n el diario hebreo Maariv. Esta cantidad astron¨®mica, se apresur¨® despu¨¦s a matizar un colaborador del ministro, "incluye el esfuerzo inicial de guerra", cuando el Tsahal tuvo que avanzar en territorio enemigo consumiendo combustible y municiones en abundancia. "Pero la actual rutina", a?adi¨®, "no nos sale por m¨¢s de 300 millones".

La lectura de los informes econ¨®micos oficiales desmiente, sin embargo, parcialmente a ambos ministros al poner de relieve que el coste diario de la presencia de miles de soldados al norte de la frontera septentrional del Estado se acerca o incluso rebasa el mill¨®n de d¨®lares. La profunda crisis econ¨®mica que atraviesa el pa¨ªs, se?alaba en sustancia el documento anual publicado en junio por el Banco de Israel, se debe, en primer lugar, al conflicto de L¨ªbano, que ha originado un aumento anual, en t¨¦rminos reales, del 7% del presupuesto de defensa, el m¨¢s alto del mundo per c¨¢pita.

Suponiendo que uno de cada 14 d¨®lares consagrados a la defensa est¨¢ siendo invertido en la expedici¨®n libanesa, su coste se elevar¨¢ est¨¦ a?o a 330 millones de d¨®lares (9 10.000 d¨®lares o 145 millones de pesetas al d¨ªa).

Esta ¨²ltima cifra resulta, sin embargo, ampliamente superada si se mide y se le a?ade el da?o encubierto que causan a la econom¨ªa israel¨ª, desde hace dos a?os, las frecuentes movilizaciones por el Ej¨¦rcito de numerosos profesionales que abandonan su trabajo durante un par de meses al a?o, pero a los que sus empresarios tienen que seguir pagando sus sueldos.

15.000 soldados

Aunque los portavoces castrenses de Tel Aviv reh¨²san dar cifras sobre los efectivos israel¨ªes destacados en L¨ªbano, el n¨²mero que oficiosamente se baraja en Israel gira en torno a los 15.000 soldados, pero fuentes allegadas a la fuerza de cascos azules de la ONU, tambi¨¦n desplegados en el sur del territorio liban¨¦s, los eval¨²an en m¨¢s de 20.000. Las p¨¦rdidas econ¨®micas por ausencias laborales achacables al cumplimiento del deber militar alcanzaron, obviamente, su cenit en 1982, cuando m¨¢s de 120.000 israel¨ªes se encontraban en L¨ªbano, y a lo largo de ese a?o, el 46,2% de la poblaci¨®n -porcentaje sin precedentes en los anales de la historia b¨¦lica fue movilizado por lo menos una vez, seg¨²n la Agencia Norteamericana para el Control de las Armas y el Desarme (ACADA).

Si se eval¨²a este perjuicio, dif¨ªcilmente cuantificable con precisi¨®n, el coste real de la contienda asciende en dos a?os, seg¨²n una estimaci¨®n oficiosa confirmada por fuentes laboristas, a 2.500 millones de d¨®lares (400.000 millones de pesetas).

La ocupaci¨®n desde hace 26 meses de unos 2.500 kil¨®metros cuadrados de territorio liban¨¦s no es m¨¢s que la punta del iceberg de la asignaci¨®n de 4.700 millones de d¨®lares (762.000 millones de pesetas) -entre la cuarta y la quinta parte del presupuesto nacional- concedida al Ministerio de Defensa.

El gasto militar anual es ahora tan desmesurado, recalca la instituci¨®n bancaria en su informe m¨¢s pesimista desde la fundaci¨®n del pa¨ªs en 1948, que, si no se consigue reducirlo, Israel hipoteca cualquier posibilidad de resolver sus problemas econ¨®micos.

"El dispendio del Estado para financiar el presupuesto de defensa", explicaba recientemente en una publicaci¨®n especializada el profesor de econom¨ªa Elhanan Helpman, "es el principal responsable de la inflaci¨®n", que este a?o alcanzar¨¢ probablemente el inaudito porcentaje del 400%.

El d¨¦ficit p¨²blico ha crecido en los seis primeros meses de este a?o, seg¨²n el banco central, en un 280% con relaci¨®n al mismo per¨ªodo del a?o anterior, y al Gobierno s¨®lo se le ha ocurrido para financiarlo aumentar la creaci¨®n monetaria en un 190% m¨¢s que en la primera mitad de 1983, al tiempo que la deuda externa -la m¨¢s alta del mundo per c¨¢pita- progresaba en un 8%, superando los 23.000 millones de d¨®lares.

Asustado por la desmesurada afici¨®n gubernamental por la impresi¨®n de moneda para subsanar el d¨¦ficit, el gobernador del Banco de Israel, Mois¨¦s Mandelbaum, ha sugerido al Kneset que apruebe una ley que la regule e impida los actuales abusos.