El parque natural de la Pedriza

Nos vemos obligados a escribir esta carta en vista de la monstruosa y progresiva degradaci¨®n que viene sufriendo el parque natural de la Pedriza de Manzanares.Aplaudimos en su d¨ªa la iniciativa de controlar, aunque fuera m¨ªnimamente, el vertido de basuras, las zonas de acampada y las restricciones en cuanto a la posibilidad de encender fuegos.

Pero lamentablemente esto no basta, y al parque llegan todos los fines de semana personas que con su actitud muestran un gran desprecio por el bello entorno natural que supone la Pedriza. Hablamos de las personas que, a pesar de haber recibido una bolsa para depositar basuras a la entrada del parque, siguen arrojando materiales no degradables en su suelo. Hablamos de aquellos que dajan sus rastros de detergente en r¨ªos y fuentes, que llegan a enjabonarse en las aguas del parque. Hablamos de los que no sienten reparos en destrozar un pino para asar unas sardinas. Hablamos, en fin, de la desgracia que para el parque supone recibir 10.000 coches todos los fines de semana: embotellamientos, contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, malos humores y sobre todo verdaderas escenas de vandalismo por parte de aquellos cuya entrada al parque deber¨ªa estar prohibida por decreto.

Para la supervivencia del entorno ser¨ªa preciso que el Icona tomase inmediatamente dr¨¢sticas medidas, la mejor de las cuales ser¨ªa no, permitir el acceso sino a pie. Pero, desgraciadamente, no creemos que llegue a tomarse una-medida semejante. Quiz¨¢ m¨¢s factible fuera establecer un contingente a la entrada de autom¨®viles, o bien tasas por veh¨ªculo suficientes como para costear el cuidado y mantenimiento del parque.

lcona, no nos cabe duda, est¨¢ estudiando medidas tendentes a la conservaci¨®n del parque. Nuestra intenci¨®n es que estos trabajos se agilicen, ya que en las actuales condiciones un a?o puede ser decisivo. y Marcos P¨¦rez de Tudela.