Lo que dicen y lo que hacen

El presidente del Gobierno se lamenta con insistente frecuencia de las insuficiencias de la pol¨ªtica informativa de su propio Gobierno: "Hemos dedicado el 95% del tiempo a la gesti¨®n y s¨®lo el 5% a informar de lo que hacemos", ha llegado a decir.No voy a discutir estos porcentajes. Me parece m¨¢s interesante introducir, en relaci¨®n con el tema de la informaci¨®n que emana del Ejecutivo, la cuesti¨®n de su distribuci¨®n en el tiempo; esto es, el volumen de informaci¨®n que se ofrece antes y despu¨¦s de cada decisi¨®n pol¨ªtica. En efecto, el Gobierno socialista acostumbra a hablar demasiado de lo que va a hacer y muy poco de lo que hace. La raz¨®n es, obviamente, que del dicho al hecho hay mucho trecho.

Uno de los m¨¢s llamativos y escandalosos ejemplos de este comportamiento es lo anunciado y lo realizado en todo el tema fiscal, y concretamente en el proyecto de ley de Tributaci¨®n de Activos Financieros. En la informaci¨®n televisiva que sigui¨® al Consejo de Ministros del 30 de mayo, en el que se aprob¨® el citado proyecto de ley -junto con el de medidas contra el fraude fiscal-, el se?or Boyer dec¨ªa, nada menos, que ambos proyectos significaban "el ataque m¨¢s fuerte a las bolsas de fraude fiscal que jam¨¢s se haya realizado". Como es sabido, el proyecto ha tardado m¨¢s de un mes en llegar a las Cortes, y en el camino se ha perdido lo esencial del mismo, de forma que ya no recuerda en nada a la idea primitiva del anterior secretario de Estado de Hacienda, Jos¨¦ V¨ªctor Sevilla.

Vergonzante art¨ªculo

Naturalmente, cuando lo que ha quedado del proyecto ha llegado al Parlamento, la acci¨®n informativa del Gobierno se limita a un vergonzante art¨ªculo del actual secretario de Estado de Hacienda, Jos¨¦ Borrell -EL PAIS, 11 de julio-, cuya ¨²nica finalidad es demostrar que, pese a los recortes sufridos, el proyecto de ley sigue siendo v¨¢lido. La debilidad pol¨ªtica que subyace en todo el penoso proceso atravesado por este proyecto se hace patente cuando el propio secretario de Estado concluye diciendo que, "rehuyendo a la vez los teoricismos y los voluntarismos ut¨®picos, el proyecto de ley, cuando se aplique, va a conseguir que las rentas del capital tributen sustancialmente m¨¢s de lo que ahora pagan". Hombre, claro: lo dif¨ªcil ser¨ªa el que todav¨ªa pagasen menos; aunque todo est¨¢ por ver.Pero el p¨¢rrafo rese?ado no tiene desperdicio. La referencia a los "teoricismos" no puede entenderse sino como un intento de encubrir la propia incompetencia y la chapuza t¨¦cnico-fiscal que anima a todo el proyecto. En cuanto al "voluntarismo ut¨®pico", o es un inocente eufemismo para designar la falta de decisi¨®n pol¨ªtica o es el nombre del men¨² que cenaron en el palacio de la Moncloa la v¨ªspera del primer Consejo de Ministros deliberante de junio los banqueros y el presidente del Gobierno, y donde definitivamente se quebr¨® "el mayor golpe al fraude fiscal de toda la historia".

Efectivamente, en la precipitada y ya famosa cena del presidente con los representantes de la banca se encuentra la clave del par¨®n fiscal, y la lectura pol¨ªtica que debe hacerse de la misma trasciende de los aspectos meramente tributarios. En efecto:

1. La forma misma en que se produce el encuentro, a propuesta urgente de la banca la v¨ªspera de un Consejo de Ministros y para discutir los asuntos que iba a tratar el Gobierno el d¨ªa siguiente, dice muy poco en favor de la propia estima que tiene el presidente de su papel institucional.

2. La presi¨®n de la banca para dificultar la homologaci¨®n fiscal de nuestro pa¨ªs con el entorno europeo es un exponente m¨¢s de su insistencia en defender privilegios insolidarios con la situaci¨®n de crisis econ¨®mica y social de la naci¨®n.

3. El hacer concesiones en la lucha contra las bolsas de fraude fiscal, en un momento en que tantos sacrificios se est¨¢n exigiendo a los trabajadores, pensionistas y j¨®venes que no encuentran su primer empleo, es enormemente significativo a la hora de valorar el talante de la pol¨ªtica econ¨®mico-fiscal del Gobierno.

Privilegio para las rentas de capital

Porque, en definitiva, ?qu¨¦ es lo esencial del proyecto de ley que el Gobierno ha enviado al Congreso? Pues, sencillamente, que se admite un trato diferencial, de privilegio, para las rentas del capital, en relaci¨®n con otras fuentes de renta, y concretamente con las rentas del trabajo. Esta discriminaci¨®n se manifiesta en:1. La ausencia de retenciones en los Pagar¨¦s del Tesoro, que se traduce en la pr¨¢ctica en la falta de control de sus rendimientos y, por tanto, el que queden fuera del ¨¢mbito tributario; los m¨¢ximos responsables del Ministerio de Hacienda han llegado a decir incluso que no les parece mal que el Estado tenga el monopolio del dinero negro, con lo cual se est¨¢ avalando expl¨ªcitamente la existencia del mismo.

2. Otro argumento empleado en defensa de la no retenci¨®n es que mientras haya d¨¦ficit p¨²blico debe haber pagar¨¦s y que para que los pagar¨¦s tengan buena acogida en el mercado deben quedar fuera del sistema de retenciones; es una f¨®rmula curiosa de enfocar el asunto, pero probablemente si se les incluyera dentro del sistema de control que suponen las retenciones, el d¨¦ficit ser¨ªa menor y tambi¨¦n la necesidad de emitir pagar¨¦s.

3. Se garantiza en la pr¨¢ctica el anonimato fiscal, a trav¨¦s de una retenci¨®n ¨²nica del 45% para los activos financieros privados de inter¨¦s impl¨ªcito -letras, pagar¨¦s de empresa, etc¨¦tera-. Pero la garant¨ªa pr¨¢ctica de anonimato va a ir acompa?ada adem¨¢s de un importante fracaso recaudatorio, por el juego del r¨¦gimen transitorio de la ley y el largo per¨ªodo transcurrido entre su aprobaci¨®n por el Consejo de Ministros y su publicaci¨®n por el Bolet¨ªn de las Cortes. En efecto, aprovechando este largo per¨ªodo, los intermediarios financieros se han provisto de una abultada y variada cartera de t¨ªtulos, emitidos con anterioridad a la publicaci¨®n del proyecto en el Bolet¨ªn y, por tanto, sin que les pueda afectar la retenci¨®n del 45%.

Ser¨ªa de desear, desde una perspectiva de izquierda, que el Parlamento reconsidere al menos el inaudito r¨¦gimen transitorio de la ley.

4. El hecho, reconocido por el se?or Boyer, de que el levantamiento del secreto bancario ha quedado enunciado s¨®lo en el terreno de los principios, lo que equivale a posponer su desarrollo normativo. Lo que verdaderamente interesa, la letra peque?a, queda relegada para mejor ocasi¨®n, y esperamos que no sea objeto de una segunda cena en la Moncloa.

Todo esto es suficientemente grave e ilustrativo de la distancia que media entre lo que los socialistas hacen y lo que dec¨ªan que iban a hacer. Pero sobre todo es indicativo de una peculiar situaci¨®n pol¨ªtica: la escasa confianza y convicci¨®n en su propio programa de un Gobierno con 10 millones de votos y mayor¨ªa absoluta en el Parlamento.

Por eso, cuando el presidente del Gobierno habla de las insuficiencias de su pol¨ªtica informativa -que, por cierto, todos sufrimos-, le viene al pelo la moraleja que Alicia escuchaba de la duquesa en el delicioso libro de Lewis Carroll: "Cu¨ªdese m¨¢s del contenido, que las rimas ya se arreglan por s¨ª solas".