La derecha francesa se une, con el objetivo de que Mitterrand convoque elecciones anticipadas
La oposici¨®n conservadora-liberal al Gobierno socialista franc¨¦s ya ha encontrado el lema-discurso con el que piensa desencadenar una ofensiva sin respiro contra el nuevo Gobierno presidido por Laurent Fabius: petici¨®n de la disoluci¨®n de la Asamblea Nacional. Desde que hace una decena de d¨ªas el presidente Fran?ois Mitterrand lanz¨® su campa?a de golpes de efecto espectaculares para reconquistar la iniciativa pol¨ªtica, los tres grandes tiburones de la oposici¨®n -Val¨¦ry Giscard d'Estaing, Raymond Barre y Jacques Chirac- mantienen un sigilo calculado, pero sus allegados se encargan de anunciar, a partir de este mismo verano, que Mitterrand lo va a pasar mal.
Neogaullistas, centristas, giscardianos y barristas (de Raymond Barre), por unos momentos, casi se vieron atrapados cuando Mitterrand, primero, sorprendi¨® al pa¨ªs con el anuncio de un refer¨¦ndum, y sin dejarles tiempo de respirar, nombr¨® a Fabius primer ministro. Pero el tercer acto de la revoluci¨®n mitterrandista, es decir, la formaci¨®n del Gobierno sin los comunistas, ha sido como una iluminaci¨®n para toda la oposici¨®n, que ha reaccionado compacta, sin fallas.El partido neogaullista de Chirac, Agrupaci¨®n por la Rep¨²blica (RPR), y los tres que m¨¢s o menos fr¨¢gilmente se cobijan bajo las siglas UDF (Uni¨®n por la Democracia Francesa) recitan desde hace 48 horas de memoria el mismo catecismo: la salida de los comunistas del Gobierno ha dejado solo a Mitterrand, que es superminoritario en el pa¨ªs.
Su razonamiento ampliado es el siguiente: los comunistas, en primer lugar, se han ido por su propia voluntad, no ha sido Mitterrand quien los ha expulsado; y adem¨¢s, si los diputados socialistas son mayor¨ªa en la Asamblea, es porque los candidatos comunistas los apoyaron en su d¨ªa al retirarse de las legislativas en la segunda vuelta.
Conclusi¨®n primera: Mitterrand sigue siendo prisionero de los comunistas. Segunda parte del razonamiento de la oposici¨®n: los comunistas se han ido del Gobierno diciendo que lo van a apoyar desde fuera, pero eso es una ilusi¨®n. En cosa de semanas o de meses, el PCF, con su central sindical, la Confederaci¨®n General de los Trabajadores (CGT), la m¨¢s poderosa del pa¨ªs, se habr¨¢n colocado en la oposici¨®n m¨¢s radical, como en los mejores tiempos del antimitterrandismo visceral.
Conclusi¨®n segunda de neogaullistas, liberales y centristas, que en las ¨²ltimas elecciones europeas, con otros grupos de la oposici¨®n de derechas, consiguieron alrededor del 55% del electorado: a partir de ese momento, por no decir desde ahora, Mitterrand s¨®lo estar¨¢ apoyado por los socialistas, es decir, por el 21%. escaso de los franceses que votaron el PS en el ¨²ltimo comicio europeo.
?Es posible continuar gobernando, en un pa¨ªs democr¨¢tico como Francia, con s¨®lo el 21% del cuerpo electoral? Un¨¢nimemente, la oposici¨®n dice que no, y entiende que el presidente de la Rep¨²blica, para encontrar una mayor¨ªa que apoye su pol¨ªtica, o para no encontrarla, debe convocar elecciones legislativas anticipadas.
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