Vendidas las entradas de los pa¨ªses ausentes
Miles de personas forman desde ayer, en las villas ol¨ªmpicas de Los Angeles, grandes colas para hacerse con alguna de las casi 100.000 localidades que se pusieron a la venta, en su gran mayor¨ªa v¨¢lidas para las grandes finales, a excepci¨®n de las pruebas de gimnasia, de las que no quedaba ninguna. Estas entradas provienen de las reservas hechas por los pa¨ªses que renunciaron a acudir a Los Juegos Ol¨ªmpicos.El Comit¨¦ Organizador ha tranquilizado a quienes hace casi un a?o compraron 300.000 localidades por correo y a¨²n no las han recibido. Las entradas fueron borradas del ordenador central del Comit¨¦ por un fallo el¨¦ctrico, aguardan a sus leg¨ªtimos propietarios en las taquillas de los estadios correspondientes, y les ser¨¢n entregadas al ense?ar el resguardo correspondiente.
Una de las grandes atracciones de la villa ol¨ªmpica ha resultado ser el sal¨®n de peluquer¨ªa. Adem¨¢s de haberse convertido en un lugar de reuni¨®n, ha despertado en los atletas un agudo sentido del estrellato. Quienes all¨ª trabajan aseguran que varios atletas europeos han pedido que se les ti?a el pelo, y algunos con colores tan llamativos como el azul y el verde. El peluquero Vidal Sassoori, que regenta el lugar, ha dise?ado varios modelos de peinados, pensados espec¨ªficamente para nadadores y saltadores. El de los primeros se llama aqua cut, y, para limitar el roce del agua, deja el pelo ce?ido a ambos lados de la cabeza. El primero en probarlo ha sido el norteamericano Steve Lundquist.
De entre las atletas ha salido ya el primer contrato para trabajar de modelo despu¨¦s de los Juegos: la saltadora noruega Tine Tollan, que ha aceptado una oferta de una firma neoyorquina, despu¨¦s de que las fotograf¨ªas que le realizaron en la peluquer¨ªa fueran a parar a manos de un cazatalentos de Hollywood.
Si la congesti¨®n de las autopistas de Los ?ngeles era de esperar, lo que no entraba en los c¨¢lculos de los organizadores es que este problema se repitiera tambi¨¦n sobre los polucionados cielos de la ciudad. Los helic¨®pteros, siempre omnipresentes en esta metr¨®poli, se han multiplicado por 10. De la fuerza especial de vigilancia prestada a la ciudad por el arma a¨¦rea estadounidense provienen 80; otro n¨²mero similar pertenece a los medios de comunicaci¨®n, especialmente a las televisiones, y a todos ellos hay que sumar los ya habituales de las polic¨ªas locales. El problema que presentan, aparte del mencionado amontonamiento, es el de que la mayor¨ªa de los pilotos reci¨¦n llegados desconocen la topograf¨ªa angelina. La ciudad se asienta sobre un arrugado contorno de monta?as, valles y colinas. Da la impresi¨®n de que sus edificios son de baja altura, pero enormes rascacielos salpican indiscriminadamente el paisaje. En un d¨ªa nublado o de alta poluci¨®n, un piloto que desconozca el terreno est¨¢ expuesto a toda clase de sorpresas. Lo que s¨ª han asegurado las autoridades es que, a pesar de que la misi¨®n de estos hombres es la de combatir un posible ataque terrorista, ninguno de los ingenios volantes ir¨¢ equipado con misiles, para evitar la posibilidad de unos inesperados fuegos artificiales.
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