Los improbables beneficiarios de la campa?a
Es dif¨ªcil para un esp¨ªritu que hace toda clase de intentonas para ser libre percatarse de qu¨¦ mueve a diversos obispos, y a la parte militante de su grey, a fabricar el esc¨¢ndalo de Teledeum. Sus razones tendr¨¢n, pero se escapan. La idea emitida por el arzobispado de Burgos de que el da?o moral que su contemplaci¨®n y escucha puede causar al pueblo cristiano sea "quiz¨¢ irreparable" alarma sobre lo que supone de fragilidad, inconsistencia, inseguridad de ese pueblo cristiano, al que una suave broma esc¨¦nica, que no parece ir m¨¢s all¨¢, podr¨ªa perder para siempre. Y sobre la posibilidad de una situaci¨®n muy inestable de la Iglesia misma, sobre todo en las di¨®cesis escandalizadas. Como, por las pruebas de la persistencia de esa Iglesia a lo largo de los siglos y por su misma fuerza actual como poder f¨¢ctico, no se puede llegar a esa conclusi¨®n, habr¨¢ que pensar en dos razones: una hiperestesia de los obispos que no cuadra con el ideal de sus figuras o unas razones pol¨ªticas que expl¨ªcitamente aparecen en la nota del arzobispado burgal¨¦s: "Lo que resulta del todo inaceptable es que sea la propia autoridad del gobierno de la regi¨®n quien promueva, subvencione y respalde espect¨¢culos como ¨¦ste". Se sabe que no es s¨®lo el "gobierno de la regi¨®n", sino el de Espa?a, el que, por sus mecanismos propios de protecci¨®n al teatro, sostiene tambi¨¦n este espect¨¢culo. Frecuentemente se est¨¢ aludiendo a una condenada permisividad, o incluso fomento, de espect¨¢culos que no son del agrado episcopal y emparentado: en la televisi¨®n, en el cine, en el teatro. Parece que todo ello forma parte de la misma campana que asuntos que podr¨ªan tener mayor envergadura nacional que esta obrilla: la LODE, el divorcio, el aborto y los anticonceptivos, hasta las costumbres propias de la sociedad no dirigida. En este caso concreto podr¨ªa ocurrir que muchas personas que no han visto Teledeum, llevadas por su esp¨ªritu de obediencia, lo boicotearan sin siquiera conocerlo, y creyeran realmente que es escandaloso, y que, hasta m¨¢s all¨¢ de la obediencia, perpetrasen -como est¨¢ sucediendo- algunas agresiones.Un ejemplo es el del empresario del teatro de Burgos donde deb¨ªa representarse esta noche: le ha cerrado sus puertas "por la inmoralidad de la cosa", seg¨²n sus palabras.
Utilizado el tema, como otros enunciados, por una oposici¨®n no s¨®lo parlamentaria, sino de motivaciones m¨¢s lejanas que el Congreso, puede producir un resultado muy contraproducente para sus prop¨®sitos: el que se revele, tras sus precauciones de conciencia, una ansiedad represiva, una nostalgia de las prohibiciones, los castigos, la censura. La envoltura de clamar por la libertad y por el "respeto por parte del Estado espa?ol hacia las creencias e ideolog¨ªas de los ciudadanos espa?oles con la libertad de expresi¨®n y el pluralismo ideol¨®gico" no se sostienen: el lenguajismo no siempre puede enmascarar la verdad, y la libertad consiste en que Boadella y su compa?¨ªa puedan representar su obra para aquellos cuya noci¨®n del pluralismo y la libertad les atraiga hacia ella, y que no acudan a verla quienes la perciban como desagradable u ofensiva para sus personales creencias. Las amenazas, los ataques, las prohibiciones, est¨¢n saliendo ya de lo que es puro magisterio para ser impura pol¨ªtica y para dar una imagen de algo que parec¨ªa purgado.
No es a Boadella a quien perjudica esta campa?a. Otra que sufri¨® m¨¢s grave -con c¨¢rcel, proceso, exilio-, la de La Torna, le convirti¨® en figura central y simb¨®lica de la lucha por la libertad de expresi¨®n (adem¨¢s, naturalmente, de su gran condici¨®n personal de uno de los mejores hombres de teatro de nuestro tiempo). ?sta puede reafirmarle en ese papel excesivo. A quien perjudica seriamente es al derecho p¨²blico, a los espectadores que desean ver la obra y tener su juicio personal sobre ella, a la libertad de expresi¨®n y a quienes la emiten y aparecen una vez m¨¢s como regresivos, como intolerantes: como enemigos de algo que parece muy firmemente establecido.
Los que busquen votos en torno a esto deber¨¢n tenerlo presente: se les van a ir. No hay mal que por bien no venga.
Babelia
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