Esther Williams, estrella de la nataci¨®n sincronizada
ENVIADO ESPECIALLos Juegos Ol¨ªmpicos han entrado en la fase definitiva del exotismo pazguato con la nataci¨®n sincronizada, la gimnasia r¨ªtmica y la doma ecuestre. El olimpismo parece destinado a admitir en su seno a cuantas innovacciones con proyecci¨®n comercial se presenten. En Los ?ngeles ha sido novedad, adem¨¢s de las especialidades citadas, la tabla a vela. Para Se¨²l ha sido a?adido el tenis de mesa. La gran atracci¨®n de la nataci¨®n sincronizada, fue Esther Williams, que narr¨® para televisi¨®n los ejercicios que recordaron su ¨¦poca dorada de Hollywood.
La nataci¨®n sincronizada tiene cierta belleza pl¨¢stica, pero no es un deporte. Es simplemente un ballet acu¨¢tico de los que hicieron famosa a la Williams, con la diferencia de que, en lugar de colocar a la orquesta del viejo Xavier Cugat, se pone m¨²sica enlatada. La nataci¨®n sincronizada permite ver a se?oritas con preciosos tocados y maquillajes cinematogr¨¢ficos, y su futuro debe estar en constituirse en un sustitutivo del Holiday on Ice. Para subir al podio deber¨ªa ser obligado el traje tul ilusi¨®n. Intentar bailar, corno hicieron dos muchachas canadienses, La danza del sable es toda una cursilada.
Detr¨¢s de la nataci¨®n sincronizada debe haber un buen negocio, como lo hay tras las tablas a vela, con la salvedad de que esta especialidad requiere unas condiciones f¨ªsicas notables. Pero a?adir por a?adir es un error. A este paso, los Juegos se convertir¨¢n en una feria. de muestras en la que cada cual acudir¨¢ para vender lo suyo. Ya en estos momentos el deporte mundial est¨¢ regido por cuatro multinacionales dedicadas a la vestimenta deportiva que han impuesto sus productos en todo el mundo. Esther Williams, que, a causa de una poliomielitis infantil, se dedic¨® a la nataci¨®n como terapia, estuvo a punto de ser ol¨ªmpica en 1940, pero aquellos Juegos programados para Helsinki se los llev¨® la segunda guerra mundial. La Williams no esper¨® cuatro a?os y, por consejo de un empresario, dedic¨® sus habilidades natatorias al mundo del espect¨¢culo. Aquella famosa pel¨ªcula Escuela de sirenas, en versi¨®n ol¨ªmpica, es la que ha sido incluida en los Juegos como uno de los numeritos que habr¨¢ que padecer en el futuro. Por si algo faltara, en los concursos ecuestres existe tambi¨¦n la doma, programa en el que unos se?ores con levita hacen caminar a los caballos con escasa gracia. Cualquiera de los caballos de ?lvaro Domecq o los Peralta producir¨ªa un mayor impacto.
La gimnasia r¨ªtmica, que en Espa?a ha alcanzado un singular nivel, no es otra cosa que un suced¨¢neo de la gimnasia deportiva pasado por la habilidad circense y la gracia del minu¨¦. O sea que la cosa tambi¨¦n va de ballet, con el agravante de que sus practicantes, en algunos casos, padecen los mismos problemas fisiol¨®gicos que las de la gimnasia deportiva. Ya se habla de ellas como de las ni?as que se alimentan con alpiste.
Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que empezar a explicar que el deporte no siempre crea salud.
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