M¨¦xico impedir¨¢ que se utilice su territorio para actos violentos contra Guatemala

El Gobierno de M¨¦xico mantiene intactos sus principios de asilo pol¨ªtico, protecci¨®n a refugiados y solidaridad humanitaria, pero al mismo tiempo "impedir¨¢ que se utilice territorio mexicano para apoyar acciones violentas en Guatemala o en cualquier otro pa¨ªs", dijo ayer el presidente Miguel de la Madrid en su segundo informe a la naci¨®n.En estos t¨¦rminos, justific¨® la decisi¨®n de volver a instalar en el Estado de Campeche, lejos de la frontera, a los 46.000 guatemaltecos que se han asilado en M¨¦xico por la conflictiva situaci¨®n que vive el pa¨ªs.

La violencia, que se ha establecido de forma permanente en toda la regi¨®n centroamericana, constituye, a juicio del presidente mexicano, "una amenaza para nuestra seguridad". De ah¨ª la participaci¨®n activa en las negociaciones de paz emprendidas por el grupo de Contadora.

Frente a las cr¨ªticas que se han formulado durante los ¨²ltimos d¨ªas por el punto muerto al que parece haber llegado el di¨¢logo, De la Madrid reivindic¨® la potencialidad de este foro, que ha evitado hasta ahora "que la guerra se convierta en un conflicto generalizado", abriendo al mismo tiempo canales de comunicaci¨®n entre los cinco Gobiernos centroamericanos. "Una paz duradera en esa ¨¢rea debe sustentarse", afirm¨®, "en el derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos y en el principio de no injerencia".

De la Madrid apunt¨® como objetivos inmediatos el cese de hostilidades, acuerdos en materia de control de armamentos y el compromiso de cada pa¨ªs de no tolerar que se lleven a cabo desde su territorio acciones desestabilizadoras contra otros Gobiernos.

El presidente mexicano agreg¨® que una soluci¨®n de largo alcance pasa por el desarrollo de instituciones democr¨¢ticas y la superaci¨®n de su atraso econ¨®mico.

En el universo de las relaciones exteriores de M¨¦xico ocupa primer¨ªsimo lugar la superpotencia del Norte, a la que le unen 3.000 kil¨®metros de frontera.

De la Madrid calific¨® de "franco y cordial" el di¨¢logo con Estados. Unidos, cuya colaboraci¨®n ha sido positiva en la reestructuraci¨®n de la deuda externa y en el tratamiento de las cuestiones comerciales y fronterizas.

La alusi¨®n son¨® tal vez excesivamente halagadora para Washington en un momento en que M¨¦xico tiene evidentes discrepancias en relaci¨®n a Centroam¨¦rica, hay quejas por el proteccionismo norteamericano ante ciertas mercanc¨ªas de exportaci¨®n tradicional, existe malestar por la ley migratoria Simpson-Mazzoli -que entorpecer¨¢ una emigraci¨®n anual estimada en 800.000 mexicanos- y, los responsables financieros se quejan, en fin, por el alza de las tasas de inter¨¦s, sumamente gravosas para un pa¨ªs que debe cerca de 90.000 millones de d¨®lares.

Este tono, escasamente pol¨¦mico en la formulaci¨®n de la pol¨ªtica exterior, se hizo casi triunfalista al exponer los logros pol¨ªticos y econ¨®micos de su gesti¨®n.

En el primer cap¨ªtulo apunt¨® la renovaci¨®n moral -que no es una moda de comienzo de sexenio-, el esfuerzo realizado para depurar a las polic¨ªas, el mantenimiInto del Estado de derecho y la profundizaci¨®n de las libertades.