Juan Bautista Sanz
El patr¨®n del pesquero 'Santa Teresa de Jes¨²s' se siente v¨ªctima de los intereses econ¨®micos de Espa?a y Marruecos
ENVIADO ESPECIALEn momentos de desesperaci¨®n, que los tiene y con frecuencia, s¨®lo pide que aparezca por la puerta la Guardia Civil y que le lleven detenido al cuartelillo "para que se acabe esta tragedia". Refugiado en el despacho del empresario que le comercializa el pescado, para huir del asedio de los periodistas y de los curiosos, a unos 200 metros del muelle del puerto de Naos, donde est¨¢ fondeado el barco, Juan Bautista Sanz (Juan para todos despu¨¦s de 25 a?os de faenar en estas aguas) reflexiona amargamente sobre los derechos que le confiere tener un documento de identidad espa?ol "si he de ser obligado a acudir desde mi pa¨ªs para responder ante los tribunales de otro" y sobre el peligro de quiebra para la empresa que fundara su padre, ahora viejo y enfermo, a quien se pretende ocultar la verdad de los hechos.
Las huellas que han dejado en su rostro casi cinco d¨ªas sin dormir son indisimulables, pero para el patr¨®n del barco de Campello (Alicante) lo peor es que se le haya quedado la cabeza en blanco. Si hasta el mi¨¦rcoles tuvo la clara idea de ir a Agadir a responsabilizarse de la acusaci¨®n de faenar sin licencia en aguas marroqu¨ªes, ayer, con el propio empresario, su consignatario y un periodista por testigos, echaba marcha atr¨¢s en todo, se preguntaba si era constitucional enviarle a otro pa¨ªs y ped¨ªa garant¨ªas suficientes por escrito de que no iba a ser represaliado en Marruecos.
"Todos me han dado muy buenas palabras", a?ade. "Exteriores, la Subsecretar¨ªa de Pesca y las autoridades militares. Pero ?qui¨¦n me asegura a m¨ª que eso se va a cumplir cuando llegue, solo, a Agadir, aunque all¨ª haya un consulado? Y sobre todo, ?qui¨¦n me asegura que en un futuro pueda seguir faenando en estas aguas sin temor a otras represalias por parte de Marruecos? Porque de un detalle sin importancia, como fue el de recalar en Arrecife para repostar y luego seguir a Agadir, se ha creado un problema entre los dos Gobiernos, que no se hubiese producido si el lunes las autoridades de Marina me hubiesen permitido zarpar".
No s¨®lo los nueve hombres de la tripulaci¨®n, que se han negado a ir y que se han desenrolado ya del barco, sino la gran mayor¨ªa de sus amigos en Canarias le han desaconsejado el viaje. Tal como parecen haberse puesto las cosas, de poco le puede servir su experiencia, dice el propio patr¨®n, de hace cuatro a?os, cuando el Santa Teresa de Jes¨²s fue apresado tambi¨¦n por los marroqu¨ªes en Tarfaya.
En medio de una gran angustia por su propio futuro y el de la empresa, a Juan Bautista Sanz s¨®lo le ha cabido el consuelo del abrazo entre l¨¢grimas que le dio ayer su cu?ado Manuel Perales, arribado poco antes a Lanzarote para acompa?arle en este trance.
M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 13
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