Las falsificaciones en la aduana de Barcelona se remontan a 1978 y ya superan la veintena
Las falsificaciones en la Aduana de Barcelona se remontan a 1978 y ya superan la veintena, seg¨²n las primeras conclusiones a que se ha llegado en la investigaci¨®n del fraude fiscal descubierto en dicho organismo. Simult¨¢neamente, se ha sabido que la Administraci¨®n desconoce el paradero del ¨²ltimo jefe de contabilidad de la Aduana, Luis Campos, quien goza de excedencia desde el pasado 1 de setiembre. El fraude descubierto consiste en falsificaciones practicadas en el libro oficial de pagos de la citada dependencia, por valor de 420 millones de pesetas. Estas irregularidades implican principalmente a la empresa Batchiller¨ªa, que el pasado martes present¨® expediente de suspensi¨®n de pagos -con un pasivo de 516 millones, 514 de los cuales son deudas a Hacienda- y no a su participada AYMSA, empresa que, entre otras, est¨¢ siendo objeto de investigaci¨®n administrativa.
Desde el pasado 1 de septiembre, Campos se encuentra en excedencia laboral. Aunque esta situaci¨®n fue solicitada en junio pasado, un mes antes de que los hechos fueran denunciados en Madrid, en algunos medios ha causado sorpresa que la excedencia se haya concedido a pesar de que el jefe de contabilidad figura entre las personas relacionadas con este tipo de control. Medios del sector han expresado su extra?eza porque los inspectores del Ministerio de Hacienda no hayan formulado ning¨²n requerimiento al ex jefe de contabilidad, ni hayan mostrado inter¨¦s por interrogarle, si bien otras fuentes de alto nivel destacan que son muchos los funcionarios con acceso al citado documento oficial. La Administraci¨®n desconoce el paradero de Campos.En medios pr¨®ximos a la Aduana barcelonesa ha llamado la atenci¨®n lo que califican como "exquista prudencia mostrada por la Administraci¨®n", que ni siquiera ha interrogado a los funcionarios relacionados con la documentaci¨®n falsificada, en contraste con la "fulminante destituci¨®n" del administrador de la Aduana de Barcelona, Jos¨¦ Crist¨®bal Ponce.
La Administraci¨®n conf¨ªa en que los responsables de Batchiller¨ªa facilitar¨¢n finalmente la identidad del funcionario o funcionarios de Aduanas que efectuaban las simulaciones de pago. Las anomal¨ªas descubiertas en la contabilidad de la Aduana se realizaban mediante la impresi¨®n de fechas, en el listado de ordenador, simulando la conformidad del pago de unas cantidades que en realidad no se hab¨ªa efectuado.
Declaraci¨®n jurada
Fuentes solventes han precisado que las irregularidades no son simples atrasos en los pagos, como en un principio hab¨ªa trascendido, ya que el per¨ªodo m¨¢ximo permitido en estos supuestos es de 45 d¨ªas, mientras que los pagos simulados se efectuaron a finales de 1982, en 1983 y en junio pasado.Las investigaciones de Hacienda se retrotraer¨¢n hasta 1978, fecha en la que seg¨²n todos los indicios, se iniciaron las irregularidades. De momento se han descubierto ocho falsificaciones en 1982, nueve en 1983 y otro n¨²mero similar en 1984. Dos equipos de inspectores desarrollan su actividad en un doble frente. Por una parte, han iniciado la inspecci¨®n de a?os anteriores y, por otra, la investigaci¨®n de otras empresas.
Los agentes de aduanas han acordado presentar una declaraci¨®n jurada en el plazo de 72 horas, en la que deber¨¢n determinar la cuant¨ªa de sus deudas a la Administraci¨®n que hayan superado el plazo de 45 d¨ªas.
En relaci¨®n con el alcance de las responsabilidades, existe disparidad de criterios en el seno de la propia Administraci¨®n. As¨ª, mientras un sector opina que la responsabilidad inmediata se concentra inicialmente en el jefe de contabilidad, asciende luego hacia el interventor y finaliza en ¨²ltima instancia en el administrador, otras fuentes, cercanas a la Direcci¨®n General de Aduanas, se?alan al administrador y al segundo jefe de la Aduana como ¨²nicos responsables del contenido de los libros oficiales.
Tambi¨¦n en el seno de la propia Administraci¨®n existen opiniones contrapuestas sobre la ejecutoria profesional del administrador cesado.
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