Viviendo el pasado
En el pasado viv¨ªan todos aquellos j¨®venes que abarrotaban el pabell¨®n, un lugar tan absolutamente inc¨®modo como cualquier otro donde se celebren macroconciertos. Previo pago de 1.500 pesetas, intentaban revivir ese pasado de torsos desnudos, melenas desordenadas y cogorzas liberadoras. Quer¨ªan reconocerse a s¨ª mismos entre las coordenadas pasotas de una m¨²sica que, cronol¨®gicamente, pertenece al despertar a la vida de sus, ya muy mayores, hermanos. Unas coordenadas que tuvieron su l¨®gico desarrollo en los tempranos y decadentes setenta.En el pasado vive la mejor m¨²sica que Ian Anderson, eterno dictador de Jethro Tull, haya compuesto en su vida. P¨¢ginas tan completas como Aqualung, 1971, o Thick as a brick, 1972, son parte de un pasado emotivo e importante. Pero en absoluto vigente, dado que el rock tendi¨® a partir de 1977, a discurrir por caminos radicalmente opuestos, y a¨²n se mantiene esta tendencia.
Jethro Tull
Concierto de 'rock'. Pabell¨®n del Real Madrid. Jueves, 13 de septiembre.
Sabidur¨ªa comercial
Lo ¨²nico que todav¨ªa, probablemente siempre, pertenece al presente es el maniobrismo industrial y comercial, del que Anderson, virtual due?o del imporptante sello discogr¨¢fico Chrysalis, sabe tanto. A?os han pasado desde aquellos discos arriba mentados. A?os en los que el combo ha editado ¨¢lbumes pretendiendo, repescar el ¨¦xito a base de introducirse en los estilos menos indicados de cada ¨¦poca. A?os repletos de actuaciones donde se suple la novedad musical con alucinantes efectos esc¨¦nicos. A?os llenos de cambios en la formaci¨®n del grupo, a excepci¨®n del sufrido Martin Barre, guitarra armado de paciencia. Deber ser dif¨ªcil soportar al l¨ªder indiscutible.Y nos plantamos en 1984. El negocio todav¨ªa funciona y ahora Anderson viste de rockero de lujo, tapando su calva con una gorrita. Lejos queda el abrigo menesteroso, la melena salvaje y la pose c¨ªnica, la indumentaria que le otorg¨® el car¨¢cter que ahora explota. Aparte de M. Barre, le acompa?an David Pegg (bajista), Peter John Vatesse (piano) y Gerry Conway (bater¨ªa). El escenario es tan alucinante como cab¨ªa esperar. Hasta los roadies de escenario participan de la coreograf¨ªa esc¨¦nica. Todo suena bien, todo se ve lindo. El p¨²blico reacciona, yo a¨²n no s¨¦ a qu¨¦ terreno de lo audiovisual. Y todos los temas van sonando, h¨¢bilmente mezclados con canciones menos conocidas, fragmentos de A Passion Play, y temas de su ¨²ltimo elep¨¦, Under wraps, una especie de sondeo para ver hacia d¨®nde hay que dirigir la pr¨®xima maniobra m¨²sico-musical del grupo. Y a destacar, Too old to rock'n' roll, too young to die, canci¨®n que simboliza la verdadera situaci¨®n de Anderson en este mundo, escrita en 1976 y absolutamente vigente para ¨¦l en este momento. Y, c¨®mo no, Living in the past, que en castellano quiere decir: Viviendo en el pasado.
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