La sombra de la duda
El estallido de una crisis en SelIberg, SA, vuelve a poner en entredicho el sistema de financiaci¨®n del PSOE
JOAQU?N PRIETO El destino incierto que hayan podido tener cuatro talones -de 10 millones de pesetas, 2 millones, 3 millones y 2 millones- librados por la empresa Saneamientos Sellberg, SA, constituye la cuesti¨®n central de algunas de las oscuras informaciones publicadas estos d¨ªas en torno al cobro de comisiones ilegales por parte del PSOE a cambio de contratas adjudicadas a la citada entidad o a sus filiales por diversos ayuntamientos socialistas.
Las tres primeras cantidades fueron cobradas por Vicente Torres Garc¨ªa, actual director general de la empresa Sellberg, SA; la cuarta lo fue por Francisco Zapatero, ex directivo de la entidad, posteriormente despedido de la misma.
El primero afirma que ese dinero fue utilizado en gastos de inversi¨®n de la, compa?¨ªa,"s¨®lo que realizados en efectivo para conseguir mayores facilidades", mientras que se desconoce lo que el segundo haya podido hacer con el dinero, ya que ha permanecido ilocalizable durante esta semana.
Las tres primeras cantidades (10 millones de pesetas, 2 millones y 3 millones) fueron abonadas por Seliberg, SA, en el a?o 1981. Seg¨²n la persona que entonces ocupaba la direcci¨®n general de la compa?¨ªa, Carlos Franco Arandilla, el primero de dichos talones fue entregado a Vicente Torres, siguiendo instrucciones de los consejos de administraci¨®n de Ingenier¨ªa Urbana, SA, y Saneamientos Sellberg, SA, "para que el citado se?or Torres Garc¨ªa, despu¨¦s de cobrado, entregara su importe en efectivo a don Emilio Alonso Sarmiento, del PSOE, en calidad de donativo". El ex director de la empresa a?ade que "el tal¨®n aludido se extendi¨® a nombre del se?or Torres Garc¨ªa, quien deb¨ªa cobrarlo en efectivo y hacer la entrega del mismo en solitario, por cuyo motivo yo no puedo asegurar que el importe total del mismo (10 millones de pesetas) fuera realmente entregado a don Emilio Alonso". Este ¨²ltimo es el responsable de Administraci¨®n y Finanzas del PSOE.
El ex director solicit¨® a Vicente Torres recibo de haber percibido esta cantidad "con el fin de poder justificar tan importante salida de dinero ante los auditores de ambas compa?¨ªas" (la firma Arthur Andersen).
El receptor de estos 10 millones de pesetas, Vicente Torres -que recibi¨® tambi¨¦n otros dos talones de dos millones y tres millones en la misma ¨¦poca-, niega haberlos entregado a Emilio Alonso Sarniento ni a ning¨²n otro dirigente del PSOE. Seg¨²n Torres, ese dinero se utiliz¨® para lograr las contraas, del siguiente modo: "En el mundo empresarial", dice, "el dinero en efectivo es m¨¢s apreciado lue el que est¨¢ sometido a controes, problemas fiscales, etc¨¦tera. Nosotros consegu¨ªamos esas contratas m¨¢s f¨¢cilmente si pod¨ªamos hacer unos gastos en efectivo que por los procedimientos normales de plazos, cuentas bancarias, etc¨¦tera".
Las fechas de los talones cobralos por Torres (abril, mayo y sepliembre de 1981) coinciden con las le adjudicaci¨®n a Sellberg, SA, -de contratas por parte de los respectivos ayuntamientos de Lorca, Murcia y M¨¦rida, todos elles gobernados por socialistas. Del asunto de Murcia hubo referencias en la Prensa, en el sentido de que pod¨ªa tratarse de una comisi¨®n entregada a cambio de que el grupo Sellberg fuera favorecido con la contrata.
Una empresa con feroces enfrentamientos
A la vista de tales sospechas, el alcalde de Murcia requiri¨® al director de Sellberg, S.A para que explicara las implicaciones que se hac¨ªan a su ayuntamiento. La respuesta del director, el citado Carlos Franco Arandilla, realizada mediante notario, fue la que figura transcrita m¨¢s arriba, es decir, que los talones fueron pagados a Torres y que ¨¦l, como director, no sabe lo que hizo con ellos, a?adiendo que le constaba la honorabilidad demostrada por "la totalidad de los pol¨ªticos y los funcionarios" del Ayuntamiento de Murcia. Vicente Torres, receptor de tres de las cantidades en cuesti¨®n, es amigo y vecino de Emilio Alonso Sarmiento, secretario federal de administraci¨®n y Finanzas del PSOE. Es un hombre con "mucha mano" en los ayuntamientos socialistas e incluso en varios ministerios, seg¨²n personas que como, en su capacidad de influencia. Torres trabajaba para Semat, una empresa de la competencia, cuando fue contratado en 1981 por Carlos Franco Arandilla,director reneral de Sellberg, SA, debido a que esta ¨²ltima consideraba "vital para su continuidad" conseguir la ,contrata del Ayuntamiento de Murcia. Gracias a este fichaje,
Sellberg obtuvo no s¨®lo esta contarta, sino las de Lorca y M¨¦rida: el citado Carlos Franco dice que todo eso se consigui¨® a cambio de unos "acuerdos" con Emilio Alonso Sarmiento, responsable de Finanzas del PSOE.
Despu¨¦s de estos logros, la empresa entr¨® en una crisis: Carlos Franco Arandilla, que hab¨ªa sido el director general durante 12 a?os, fue destituido tras escribir una larga carta al accionista mayoritario -Per Sellberg, un ciudadano sueco- en la que expon¨ªa una notable cantidad de irregularidades (al parecer, relacionadas con desviaciones de dinero) que se estaban cometiendo en el seno de la empresa.
En esta carta, el director general ped¨ªa un cambio de pol¨ªtica empresarial, o bien que se le indemnizara para abandonar el cargo.
El consejo de administraci¨®n opt¨® por destituirle a ¨¦l, en marzo de 1982, y posteriormente despidi¨® tambi¨¦n a otros mandos intermedios de la entidad. El destituido recurri¨® a la Magistratura de Trabajo, y ¨¦sta se inhibi¨® por tratarse de un cargo no sujeto a contrato laboral. Carlos Franco, que ha fundado otra empresa -Contenedores Urbanos, SA-, mantiene una reclamaci¨®n para que Sellberg, SA, le pague una indemnizaci¨®n; por su parte, la compa?¨ªa present¨® hace meses querella contra ¨¦l por supuesto manejo irregular de fondos y otros presuntos delitos.
Con posterioridad a este despido se produjo el de Francisco Zapatero, que era director t¨¦cnico del grupo. Este ¨²ltimo es la persona cuyo juicio por despido deb¨ªa haberse visto en Magistratura el lunes pasado, y que fue aplazado al solicitar la empresa la pr¨¢ctica de varias pruebas. Zapatero tiene pendiente asimismo una querella por supuestos delitos, que se sigue en el juzgado n¨²mero 19 de Madrid. El testimonio atribuido a esta persona es el que sirvi¨® a Diario 16 para informar, el pasado lunes, de que Sellberg, SA, pretend¨ªa entregar una comisi¨®n ilegal de dos millones de pesetas a dos concejales socialistas de Ceuta a cambio de obtener la contrata de limpieza urbana, a?adiendo que fue despedido por negarse a hacerlo; curiosamente, el mismo peri¨®dico aclar¨® ayer que en realidad Francisco Zapatero nunca ha hablado con Diario 16. EL PAIS ha tratado de aclarar directamente con Zapatero su versi¨®n de los hechos y preguntarle qu¨¦ hizo con los dos millones de pesetas que supuestamente le entregaron para un soborno en Ceuta, pero ha permanecido iloca- lizable durante toda esta semana, y la ¨²ltima llamada telef¨®nica efectuada ayer a su domicilio fue contestada por una mujer en los siguientes t¨¦rminos: "Zapatero sigue fuera, ?qu¨¦ passa?".
Para completar el cuadro, sucede que Sellberg, SA, y su filial Ingenier¨ªa Urbana tienen una deuda tributaria con el Ministerio de Hacienda correspondiente a los a?os 1979 a 1983. Las denuncias que provocaron la intervenci¨®n de la Inspecci¨®n de Hacienda fueron hechas, al parecer, por el propio director destituido de Sellberg, SA, Carlos Franco. Su sucesor, Vicente Torres, considera "incre¨ªble" que su antecesor haya denunciado irregularidades con Hacienda, que en su mayor parte corresponden al per¨ªodo de gesti¨®n del denunciante.
Demasiados antecedentes
En todo lo expuesto resalta la evidencia del estallido interno de una empresa, que resulta ser concesionaria de numerosos ayuntamientos socialistas. Todo parece indicar que el asunto se ha politizado al m¨¢ximo, en v¨ªsperas de las actuaciones judiciales promovidas por los despedidos contra la empresa, o las de ¨¦sta contra aqu¨¦llos, seg¨²n los casos. Sin embargo, circunscribir el problema al conflicto interno de una empresa ser¨ªa una explicaci¨®n insuficiente, porque llueve sobre mojado: la existencia de otros antecedentes hace sospechar que el PSOE puede tener responsabilidades mayores de las que sus dirigentes est¨¢n dispuestos a admitir en cuanto a sistemas irregulares de financiaci¨®n.
Entre esos antecedentes destacan los casos del ex teniente de alcalde de Madrid Alonso Puerta y el de un dirigente del Partido Socialista del Pa¨ªs Valenciano, Pedro Lorca Rubio. El primero de ellos fue expulsado del PSOE y del ayuntamiento madrile?o en 1981, tras denunciar intentos de soborno de representantes de empresas a altos cargos de la corporaci¨®n. El segundo dirigi¨® en 1979 una circular a concejales socialistas de la regi¨®n valenciana, en la que encargaba que mantuvieran informada a la ejecutiva de cuantas contratas se realizaran por el m¨¦todo de adjudicaci¨®n directa, debido a "la importancia, tanto econ¨®mica como pol¨ªtica, que tiene para el partido el control de esta contrataci¨®n". La circular fue revelada por Fernando Abril, durante su ¨¦poca de vicepresidente del Gobierno, en las Cortes; despu¨¦s de hacerse p¨²blico el asunto, el autor de la circular fue expedientado.
En cuanto al caso Puerta, al margen de las toneladas de tinta vertidas, existen tres documentos concretos que precisan el final oficial del asunto. Uno de ellos es el acta de expulsi¨®n del partido, donde se reconoce que, una vez abierto el concurso para adjudicaci¨®n de la contrata de limpieza en Madrid, "cierto militante del partido" hab¨ªa ofrecido un donativo al PSOE; y se explica la actuaci¨®n de Alonso Puerta en el ayuntamiento corno la de un hombre que, "abrumado por la responsabilidad de la correcta adjudicaci¨®n de la contrata de limpieza", realiz¨® la petici¨®n de explicaciones internas con tal intensidad -"temeridad", dice el acta- que el asunto deriv¨® en esc¨¢ndalo. De ah¨ª se desprende que el principal motivo de que Puerta fuera expulsado no es que careciera de raz¨®n al sospechar los intentos de cohecho, sino que el asunto salt¨® a la Prensa.
Adem¨¢s de echarle del partido, el PSOE le impidi¨® tambi¨¦n la entrada en el ayuntamiento. La Audiencia de Madrid declar¨®, el 12 de abril de 1983, que no era conforme a derecho la prohibici¨®n a Alonso Puerta para ejercer sus funciones de concejal; la Audiencia recordaba adem¨¢s que ya exist¨ªan dos sentencias del Tribunal Constitucional en las que se declaraba inconstitucional esa pr¨¢ctica. A pesar de todo, el ayuntan-dento recurri¨®, pero el Supremo confirm¨® el fallo de la Audiencia. Cuando lo hizo ya se hab¨ªan realizado nuevas eiecciones y Puerta no pod¨ªa volver al sill¨®n de concejal, por lo que los efectos pr¨¢cticos de la sentencia no fueron otros que abonarle todos los salarios devengados y no percibidos en ese per¨ªodo (cinco millones de pesetas).
Y en tercer lugar, Puerta plante¨® querella contra la persona que en el acta de expulsi¨®n del PSOE se describe con la expresi¨®n "cierto militante", cuyo nombre era Pedro Galindo, as¨ª como contra Vicente Torres, el actual director de la tantas veces mencionada compa?¨ªa Sellberg, SA. Puerta fracas¨® en la v¨ªa judicial, debido a que la Audiencia Provincial, que encontr¨® indicios de delito en el caso de Pedro Galindo, declar¨® que no pod¨ªa seguir procedimiento contra ¨¦l porque hab¨ªa fallecido.
En cuanto a Vicente Torres, la Audiencia declar¨® que sobre ¨¦l no pesan sino vagas afirmaciones inculpatorias acerca de promesas de remuneraci¨®n a favor del partido (se refiere al PSOE) en supuesto de adjudicaci¨®n de los servicios municipales solicitados", pero que no cuentan con m¨¢s testigo que la declaraci¨®n de Carlos Franco Arandilla (el ex director de Sellberg, SA), a cuyo testimonio no se le concede valor por su car¨¢cter de "enfrentado al querellado se?or Torres Garc¨ªa, actual rector de Sellberg". Por lo cual se archivaron las actuaciones.
Alonso Puerta afirma hoy que personalmente no tiene inter¨¦s en seguir protagonizando noticias, y que sus manifestaciones de estos d¨ªas lo son a preguntas de los per¨ªodistas. "Yo tengo la conv¨ªcc¨ª¨®n", dice, "de que la direcci¨®n del PSOE, y concretamente el ¨¢rea de administraci¨®n, ha permitido el sistema de comisiones, porqu.e hay infinidad de adjudicaciones en los ayuntamientos socialistas y el modelo de funcionamiento adoptado se presta a ello. Caso singular es el que a m¨ª me toc¨® vivir, y por eso lo conozco. Pero no quiero ofrecer la imagen de un revanchista: mis discrepancias actuales con el PSOE son pol¨ªticas, y las mantengocomo militante del Pasok (antiguo PSOE hist¨®rico)".
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