Guatemala reconoce la violaci¨®n del derecho internacional en el asalto a la Embilda espa?ola en enero de 1980
Espa?a y Guatemala reanudaron ayer relaciones diplom¨¢ticas tras la firma de un comunicado conjunto que satisface las exigencias presenta das por el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez tras la ruptura, el 31 de enero de 1980, como consecuencia del asalto policial a la embajada espa?ola sin la autorizaci¨®n del embajador, M¨¢ximo Cajal En el protocolo, suscrito por los ministros de Exteriores de Espa?a, Fernando Mor¨¢n, y de Guatemala, Fernando Andrade, el Gobierno guatemalteco reconoce que aquellos tr¨¢gicos sucesos constituyeron una violaci¨®n de la Convenci¨®n de Viena (art¨ªculos 22 y 29) y acepta las consecuencias jur¨ªdicas.
Testigo excepcional y anfitri¨®n fue el presidente Belisario Betancur, cuya mediaci¨®n jug¨® "un decisivo papel" en el acuerdo, seg¨²n pone de manifiesto el telegrama de felicitaci¨®n enviado por el rey Juan Carlos. El acto tuvo lugar a mediod¨ªa en el palacio presidencial de Nari?o, en el sal¨®n donde se re¨²ne el Consejo de Ministros. Tambi¨¦n estuvieron presentes el secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Joao Baena Soares, y los cancilleres de Colombia y Venezuela.El acuerdo firmado ayer estaba listo desde el 22 de agosto pasado. Fernando Andrade explic¨® que no se hab¨ªa firmado antes por no haber tenido ocasi¨®n, pero parece indudable que ha se ha querido rubricar antes del encuentro de Costa Rica, donde ambos ministros tendr¨ªan que encontrarse.
Digno y honorable
Mor¨¢n y Andrade coincidieron al considerar el acuerdo como digno, justo, honorable y ecu¨¢nime.
El asalto a la embajada es calificado como allanamiento y el Gobierno de Guatemala presenta excusas por ello. Al aceptar los efectos jur¨ªdicos de un il¨ªcito internacional, est¨¢ de hecho reconociendo la obligaci¨®n de indemnizar, aunque este t¨¦rmino no se mencione espec¨ªficamente en ninguno de los ocho puntos. Al parecer, los militares guatemaltecos se han opuesto sistem¨¢ticamente a toda reparaci¨®n econ¨®mica, por entender que las v¨ªctimas estaban vinculadas a la guerrilla. En cualquier caso, una comisi¨®n bilateral deber¨¢ decidir este asunto en el plazo de un a?o.
Algunos diplom¨¢ticos han se?alado como una laguna del protocolo la falta de toda referencia al embajador espa?ol, M¨¢ximo Cajal, que fue el ¨²nico superviviente de la tragedia. Aunque cogida un poco por los pelos, podr¨ªa entenderse que la menci¨®n al art¨ªculo 29 de la Convenci¨®n de Viena constituye una referencia impl¨ªcita, ya que alude justamente al car¨¢cter inviolable de todo agente diplom¨¢tico.
La ausencia de toda referencia expresa al embajador responde a la misma pol¨ªtica seguida en el curso de las negociaciones, donde nunca se mencion¨® su nombre. Ello contrasta con la postura del Gobierno guatemalteco, que en repetidas ocasiones lo ha presentado p¨²blicamente como c¨®mplice de los ind¨ªgenas que ocuparon la sede diplom¨¢tica.
Fernando Mor¨¢n, que tiene a¨²n escayolada su pierna izquierda, dijo que el acuerdo entre los dos pa¨ªses "representa el triunfo de la buena voluntad y la raz¨®n que deben presidir las relaciones entre los pueblos y que los gobiernos deben interpretar mediante los actos internacionales. Se ha llegado a una soluci¨®n digna, justa y honorable para una situaci¨®n lamentable como era la falta de relaciones diplom¨¢ticas entre dos naciones tan unidas en la historia. Ninguna de las dos partes ha cedido en sus intereses ni siente menoscabado su honor. Ambas ganan al ganar la justicia".
Termin¨® su discurso se?alando que el acto constitu¨ªa "una feliz reuni¨®n de familia, que presagia una acci¨®n com¨²n en defensa de nuestros valores e intereses comunes y en pos de la paz, la justicia y el entendimiento internacional".
El canciller guatemalteco, Fernando Andrade, dijo por su parte que "los guatemaltecos podr¨ªan referirse con j¨²bilo y satisfacci¨®n al acuerdo al que han llegado ambos pa¨ªses y con el cual se pone fin a una situaci¨®n que nuestros pueblos deploraban muy sinceramente. Desde hoy, nuestras naciones retoman, remozado, el rumbo de la concordia, la hermandad y la cooperaci¨®n mutua, gracias a un entendimiento honroso, justo y ecu¨¢nirne, sin avasallamientos, logrado con celo escrupuloso de ambas partes por la dignidad de sus naciones".
Himno de reconciliaci¨®n
El presidente colombiano, cuyo protagonismo en esta negociaci¨®n es destacado por el propio comunicado conjunto, dijo que el acto reun¨ªa a "dos pueblos con m¨¢s identidades que antagonismos". Agreg¨® que "el reencuentro se cumple por libre decisi¨®n y libre voluntariedad y porque el desencuentro no debi¨® producirse".
"Todas nuestras manos", dijo, "se levantan ahora en un himno de reconciliaci¨®n, anhelantes de que muchas manos m¨¢s se eleven en gesto similar". Calific¨® la reconciliaci¨®n entre los dos pa¨ªses como una "alta pedagog¨ªa" en el concierto de la comunidad internacional. "Se ha llegado a una soluci¨®n que respeta la dignidad y, el honor, la soberan¨ªa y el decoro, tanto de Guatemala como de Espa?a. Damos fe de que estas mismas categor¨ªas iluminaron todo el discurso de las conversaciones. De todo ello no quedan cenizas ni rescoldos, sino olivos de respeto mutuo, con los cuales Espa?a y Guatemala salen enaltecidos".
Al t¨¦rmino de su discurso, Betancur record¨® a los muertos de la tragedia, en una menci¨®n que por otra parte fue la ¨²nica de todo el acto, pese a que 39 personas perdieron la vida en el asalto a la embajada.
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